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Los desafíos de la Mujer Shuar desde su origen

Por: María Clara Sharupi Jua

“El cielo se ha vestido de plumas blancas, con sus manos de triunfo me alimenta y endulza mi alma, como ríos corren los días y suspira el viento por los mil años de paz en Colombia,  se siente la fuerza y canto de las voces que ríen y duermen para soñar” 

- Mujer-
Hija de Arutam te saludo desde el amanecer y encierro en un puño al universo, despiertan las conciencias dormidas, fluye la sangre y nos fundimos los unos con los otros y somos hijos de la misma madre tierra en un solo universo.

Muranmaya nuwatijai – Mujer de la montaña soy Untsuri Shuar nuwaitjai – Soy mujer  Shuar de gente numerosa. Te hablo con mi hermana lengua  y topo el corazón de los que escriben y leen estas palabras a todos los presentes, y también te hablo desde esta segunda lengua hermana llamada  lengua dominante aprendida a través de la escuela, de la pluridiversidad,  de los medios masivos de información, publicidades comerciales y otros.

 La cultura Shuar es íntegra y no ha sido explotada culturalmente por las poblaciones propias del lugar, han sido los “otros” quienes se han llevado nuestra literatura, la arqueología, entre ellas están las tzantzas - cabezas reducidas que en algunos de los propietarios han dado usos diferentes, económicos o rituales, desvirtuando el verdadero significado de las prácticas ancestrales, los bienes patrimoniales han sido enajenados y no existe el apoyo de las instituciones o estudiosos del patrimonio cultural que defiendan, sin algún interés,  nuestras culturas ancestrales.

Los hombres Shuar en general son soñadores y valientes espiritualmente, son seres que gozan de un espíritu fuerte. Así logran cuanto han soñado y la mujer es igual; están más cerca a las deidades, la armonía y la estrategia. Antes, era ella quien planificaba el ataque al enemigo, así los hombres llegaban al lugar en la que estaban los enemigos sin ninguna dificultad y eran vencedores absolutos. Se destaca por su sabiduría ancestral. Sabe cuándo debe hablar y sabe cuándo debe callar; conoce los secretos de la medicina y trasciende hasta el cosmos,  entonando los sagrados anent, los nampet y los ujaj.

En cuanto a las historias de la nación Shuar, se publicitan varias, sobre todo por la práctica de la poligamia pero no saben más allá de las especulaciones modernas que desvirtúan la verdadera cultura; para el mundo occidental seguimos siendo llamados  “jibaros” – salvajes, nombre que nos pusieron los conquistadores, el candidato debía pasar por varias pruebas y demostrar la fuerza espiritual de un guerrero, y sus experticias como ser buen cazador, pescador y trabajador;  en sí,  debía poseer virtudes y cualidades que lo hagan merecedor de tener varias concubinas.

Ante la amenaza de la cultura dominante la magia de la mujer Shuar desempeña un papel muy importante en su manera de conocer el mundo exterior y persevera en amor a sus orígenes. Ella no sabe lo que es el miedo,  pero mantiene el temor hacia los preceptos de las leyes naturales.  Está alerta ante las amenazas del medio y no renuncia ni a la libertad, ni a la soledad, cuando abandona la selva  para hacer su nueva casa; donde se encuentre,  ella es la nueva ¹Tarimiat aents. Desde sus orígenes tiene desarrollado el sentido hacia dónde caminar, con sus ojos y su sensibilidad puede descubrir y sentir al enemigo. La aparente sumisión desaparece cuando debe defender una causa, una convicción o al ser amado. Poco a poco se va insertando en las políticas de la comunidad o conflictos sociales, ante la presencia de los nuevos colonizadores,  con la finalidad de explotar los recursos naturales, sean petroleros, madereros, mineros u otros,  ante un nuevo sistema impuesto por la globalización. El comportamiento ante la nueva sociedad que le espera siempre va sujeto al aprendizaje de su entorno. No conoce el interés particular, porque para los y las shuar la vida es familiar, no existen diferencias sociales ni de clases, lo más importante en la familia  es la palabra y, de allí,  se direcciona sus acciones y reacciones.

El primer compromiso de la mujer  es con la comunidad, una organización de base, allí cumple el primer rol como dirigente, elección realizada en base al consenso, nominación elevada a las organizaciones de segundo y tercer orden. La actividad que debe cumplir como dirigente no tiene ninguna remuneración. La discriminación se acrecienta más cuando la propuesta la hace una mujer indígena. En las diferentes instituciones locales y centrales; prima la exclusión y el racismo aflora, la falta de apoyo por parte de las autoridades locales, las iniciativas de los proyectos de mujeres indígenas son revisadas y archivadas sin que a nadie le importe estas situaciones. Frente a estas desilusiones, surge la iniciativa de aprovechar las destrezas y saberes ancestrales y no se detiene porque debe presentar informes en cada asamblea de la comunidad. El apoyo muto de parte de las mujeres de la comunidad es grande, existe la voluntad y el coraje para continuar. El apoyo nunca se ha llevado a cabo por parte de las autoridades locales, la distancia es parte del olvido. Ni las carencias económicas pueden detener el sueño de una mujer que sólo cuenta con el apoyo de los sabios tutelares y las predicciones vistas a través del Natem y Maikiua, la confianza en ella misma, en sus decisiones la llevan a cumplir compromisos mayores como es la lucha en la conservación de la lengua Shuar.

Para la mujer Shuar el reto para asumir algún cargo en la función pública empieza en base a experiencias vividas como Dirigente de la Mujer y empieza la búsqueda en la inserción en el sector público para defender y promover los derechos de la mujer Shuar. Los concursos de méritos y oposición no son nada fácil. Ante estos obstáculos tampoco se detienen, concursa y gana.  La relación con nuevas culturas es tan distinta, otras costumbres y otras formas de vida se hacen presentes. El mismo que la hace un ser humano igual. No hay ni más ni menos, todos somos iguales. Persevera, resiste. El vínculo con la comunidad y la región amazónica siguen siendo un compromiso de vida, por su parte los miembros de la comunidad saben que allí está una hija, una hermana y una compañera de lucha en quien confiar y buscar apoyo.

Ella empieza la defensa a la oralidad. El Shuar Chicham es uno de los instrumentos que debe practicar y defender; para ello escribe y habla la lengua madre, siente el discrimen.  Es latente y visible el miedo ante su nueva presencia, ella observa y piensa, sólo cuestión de aceptarnos mutuamente. La lucha es más fuerte, la necesidad de ser igual a las y los compañeros de trabajo la invitan a descubrir un mundo nuevo como es la pluridiversidad académica.

Ante los nuevos desafíos busca nuevas formas de vida, cierra ciclos y empieza con otras lunas y nace a la poesía escrita, hace de esta una nueva vida y continuidad de sus sueños; crece y se expande hacia los cuatro vientos, hermana y apasiona en cada palabra que pinta y escribe desde el corazón y el alma viva.

La participación de la mujer en los diferentes escenarios públicos es escasa.  Aún así poco a poco desde la necesidad propia y colectiva se ha logrado la presencia de mujeres indígenas en la Asamblea Nacional. Hemos tenido Ministras de Estado, y servidoras públicas en las instituciones en donde era imposible la presencia de las mujeres  de pueblos y nacionalidades entre ellas, la mujer Shuar. Las reformas que se ha dado, desde el gobierno nacional, son escasas. No existen políticas públicas para el respeto y los fortalecimientos de las lenguas, las lenguas están siendo afectadas y los hablantes son utilizados de manera folklórica comercial, en las mesas de debates, y eso no es una verdadera relación intercultural; en la Constitución se reconoce a la lengua Shuar Chicham como parte de  la relación intercultural y un derecho ciudadano.

Confiamos en que estamos construyendo nuevos destinos, hay nuevos desafíos por cumplir; el rol de la mujer Shuar se lo ejerce desde grandes sacrificios y dedicación, en el caminar, construye nuevos cambios ante un sistema heredado por los conquistadores y colonizadores. La presencia de la mujer Shuar ante nuevos retos y desafíos es para escribir la nueva historia, la justa historia, debe ir de la mano del apoyo de los gobiernos de turno. Así para mantener la lengua madre como sostén primario, Es el reto mayor frente a escenarios transculturales; somos actoras de la oralidad y cada día nos acercamos a la hermana escritura, a la participación de pueblos y nacionalidades dentro del Estado. Desde las instituciones es importante la presencia de la mujer Shuar, no con el objeto de justificar la participación de la mujer,  más bien con la necesidad de ejercer un derecho. Hoy nos negamos a que tomen decisiones en un escritorio sobre nuestras formas de vida, nos negamos a ser sólo una estadística o una propaganda política.

La participación y el verdadero desafío de la mujer shuar está más allá de ser una copia del mundo occidental, el verdadero desafío y la resistencia están en nuestros espíritus, con la misma sabiduría que heredamos de nuestros ancestros.

Tarimiat aents.- Nuevos pobladores, nombre que se daba a la primera esposa del varón Shuar.
Maikiua:- Planta utilizado por los Shuar para sanar varias enfermedades del cuerpo, mirar el futuro y adquirir la fuerza a través de sueños.
Natem.- Raíz utilizada por los uwishint – sabios, para mirar el futuro y sanar enfermedades del cuerpo y del espíritu, te permiten mirar el futuro, el presente y regresar al pasado.

Quito, 14 de mayo de 2013.

Última actualización: 30/08/2021