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La  poesía territorio liberado del idioma

Por: Omar García Ramírez

                             

La poesía aspira a ser territorio liberado del idioma. Es por lo tanto, tierra en disputa de palabras y de imágenes que trasgreden la visión ordinaria de la vida. Sobre este vasto campo de experimentación semiótica, el poeta opera con su imaginación y oficio empleando las herramientas limitadas de su idioma. Pero es allí, en donde puede sugerir en vez de decir; puede vislumbrar epifanías, visiones y pesadillas dejando casi siempre una ventana abierta a la imaginación de sus lectores (cofradía mínima, ínsula secreta).

Romper los esquemas y las cuadrículas del idioma se hace necesario en toda aquella poesía que pretenda superar los límites de la lengua prosaica, de la lengua oficial y burocrática, del lenguaje adocenada y enquistado en una mecánica de comunicación para las masas.

Cruzar de un género a otro, utilizando herramientas conceptuales y estilísticas que aparentemente estaban reducidas y destinadas a ciertas parcelas de la literatura; se puede hacer dentro de la poética con mayor libertad. Creo que es la poesía y no la novela, la disciplina literaria que se muestra con mayor disposición para alimentarse de otros formatos escriturales de una manera creativa.

La poesía contemporánea goza de buena salud. Los límites estilísticos ya no son fronteras inamovibles, y el poeta se arriesga cada vez más a pasar estos vallados. Romper los moldes y la etiqueta para acceder al banquete completo con todos sus sabores; da las posibilidades para la creación de obras que pueda llegar a motivar los intereses espirituales, e intelectuales de una sociedad hipervinculada con las nuevas tecnologías de la información. Acercarse a los grandes interrogantes y problemas del hombre contemporáneo buscando sustraerle de esa parcela virtual en donde los limites se han desvanecido para conectarlo con la vida. No ser un eco más sobre el espejo del mundo. Hacerse una voz que arda en llama, Y que, en comunión con los lectores interrogue.  Ese es el gran reto de la poesía de estos tiempos.


Omar García Ramírez participará en el 24° Festival Internacional de Poesía de Medellin,  nació en Armenia, Colombia, en 1960. Poeta, novelista, cuentista y pintor. Estudió Artes Plásticas, Cinematografía de Animación, Investigación Cinematográfica  y Diseño Gráfico, Infografía, Animación y Multimedia.

Entre sus obras, se destacan: Tu negra sonrisa bajo la boca del lobo; Sobre el Jardín de las Delicias y otros textos terrenales; Urbana geografía fraternal; Altamira 2001 y La dama de los cabellos ardientes.

En 2008 obtuvo el premio Nacional de Poesía convocado por el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Al decir de German Ossa, la de Omar García Ramírez: es “una poesía llena de humor ácido, corrosivo y negro; una poesía hecha de desencanto pero también de humanismo. Una poesía autocrítica y en constante revisión, una obra que se aborda como trabajo de escritura sobre la condición postmoderna del poeta en tiempos de guerra, de alienación global, de ciertos oscurantismos virtuales.”

Publicado en febrero 22 de 2014.

Última actualización: 23/11/2022