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Jamila Medina (Cuba)

Por: Jamila Medina

 

 

Campo de Amapolas en Hatia

 

 

Por Jamila Medina Ríos
Tomado de big-sur.com.ar

De Huecos de araña
(Premio David 2008, Ediciones Unión, La Habana, 2009)

 

Campo de Amapolas en Hatia I

Hay en Hatia una estatua al abuelo con el nieto muerto entre los brazos en 1943 /vive
también allí una anciana de 213 años –Elena Barikova la llaman y dicen de ella que amó
mucho París– /

todos la conocen por la sola costumbre de llorar en las tardes frente al samovar a la hora
del timbre / cuando queda vacío / raquítico y vacío como sus brazos gruesos de matrona
que ahogan en el aire un suspiro de muertos / de minutos pequeños y contados –
manchados como un potro manchado– pagados, acabados... //

II

En 1942 mi abuelo tenía veintiséis años y tomó una foto a ciento veinte campesinos / cada uno con su azada en la Loma de los Perros /en un cartel que sostenían aún se puede leer: Por la derrota de Hitler /

habían recaudado trescientos cincuenta pesetas para esa derrota ¡y la creían! / la
escuchaban tañer como a aquellas monedas de las que no llegaría a Bielorrusia ni un
pistilo / ni una sorda corchea.//

III

Existe en Hatia una explanada adonde se ha llevado tierra de las seiscientas catorce aldeas que los germanos arrasaron / cada urna contiene –ortohédrica simétrica idéntica– un paralelo infierno una muerte equidistante y enmarcada numerada nombrada para el viaje
/

en el camión donde las llevaron embaladas en cajas de arquita alguna se volteó
derramando parte de sí sobre las otras / sangrando, desterrándose /

el hombre que cubrió cada sudario aún vive / se hace llamar Lev Tolstoi y pertenecía a la Poliana a la que corresponde la urna trescientos cuarenta y tres pero que hoy es realmente la doscientos sesenta y uno / su nombre es un adagio un adorno una punta
bordada en su cabeza de orate /

los que lo conocen y venían a diario en mil novecientos ochenta y siete –en cualquiera de los autobuses de Hatia– a reencontrarse con la infancia / se han inventado un laberíntico recorrido de seiscientas catorce paradas / de modo que trazan en la procesión un escudo con la hoz y el martillo en el centro –irregulares– / y van de aldea en aldea sumergida mientras Tolstoi corre tras ellos jurando haber reconstruido como en un mapa exacto el mosaico de aldeas / no haberse equivocado ni una vez al llenar el enorme crucigrama /

pero es más romántico soñar que cualquiera puede ser su patria en este campo reticulado de amapolas / al igual que habría sido más romántico si estos aldeanos hubieran nacido en una –sólo en una– de las trece ciudades héroes que hoy cimientan la colina de la victoria
en Minsk /

quizás entonces Padre les habría rendido tributo en Mayo de 1989 cuando dorara su ojo
frente a la llama eterna /

en cambio ser inmolado no pide el provinciano / no es su ansia/ son demasiado atávicos
sus sueños / es preferible ver pastar a los potros lanudos sobre el trigo / de coz gruesa
como los brazos de Elena / de pelambre jade jadeante jaspeada bien pagada... //

IV

Curiosamente hacia otro siglo me inclino / nos balanceamos peligrosamente nos caemos
callamos cavamos urnas /

a Elena se le está agotando el agua / demasiado Minsk sin Dniéper ni salinas demasiada
hambre de costa para gemir toda una muerte / los aislados no sabemos calcular palmo a
palmo (de paño) el privilegio del mar / de la carencia / no conocemos el grito la
incertidumbre del agua –por ninguna parte el ahogo del círculo– / pequeña muerte lo
llaman: al síndrome de las fronteras al estigma de su estrechez acorralando /

cuidadosamente mantengo abiertos los brazos toda vez que estrecho al abuelo / cadavez
que lo oigo renombrarme en su embrollo de recuerdos / historias cíclicas / entelequias / – una serpiente mitad de svástica que se muerde la cola parece un cír-­-culo y un anillo y un ano-­-rgásmico dolor en el vientre no-­-fértil, en los brazos desnudos de Elena / en los brazos cansados de acunar al hijo de metal del hijo...– /

siento que algo falta / algo pende de una hilacha de grano / mis venas han enflaquecido encanecido / han ido secándose como un lago cercado como una mar negro o rojo extirpado de fondo / en una amputación definitiva / mi agarre no es ya lazo de matrona y la imagen de abuelo sempiezalejar-­-seapergamina / queda cóncava en un álbum: resbala sin prisa esquivándose del círculo / amarilla y amarga / enjuta como una gota de té de mil setecientos ochenta y nueve feneciendo filtrando en la madera.///

De Primaveras cortadas
(libro inédito)

(1936-­-1972)
Grand Prismatic Spring

sobre la enorme primavera del lago en el parque de la piedra amarilla
esteras de bacterias entretejen la gran balsa azul de Flora
–estéril por la fiebre de un fondo de alta profundidad
pero tan maravillosamente multicolor a los lados
que las parejas desandan por los senderos
de madera apuñalados en el aire
sobre cuatro patíbulos.

Salta
del géiser
(un box spring)
el bosque virgen que no quisiste abrir
aunque espumaba a rabiar –como un alkazelzer en un vaso–
y ella quería contarte lo que acontece antes y después de la muerte (de la noche).

La sirena del fango cuya belleza sobrenada en un manto de invertebrados acuáticos
(gusanos caracoles cangrejos libélulas… pulsos de mujer)
no reina abajo; deja tu inmensa balsa quieta.

La primavera
es todavía balbuceante
pero el verano aquí rompe en humores ácidos (rojo lima)
y el invierno la arropará en un verde fronda verde capullo destripado:
su huevo en ninfa larva pupa y sola tú podrás al fondo refulgente de la charca
dentro del lago cruel: bocas pintadas de polichinelas con hilos de oro como la cara de la
princesa Wan Dou sobre una de las jade(antes) 2.600 teselas.

Te dejaré que lleves sanguinolento el sexo bajo un abrigo blanco de plumón
y la mano enjoyada con alguna otra mano de mujer cortada (quizás Norma J. Baker:
con los dientes blanqueados puntualmente en seconal)
que se te ajuste suave en la muñeca.

Rema y calla rema y calla chupa y rema
entre los ojos de buey del camaleón veo un campo de algas trepadoras
de pulpos color vino y cabezas con pañuelos que llenan de grafitis la lengua de tu voz
alzo esta cas/ja de música hasta la concha de tu oreja
escucha, son Les Quartiers de París:
una espiral de alcantarillas circulares
donde flotar en la stultifera navis.

La piedra de la locura, la piedra lunar, la piedra angular,
la piedra
filosofal
se puede extraer por la nariz y embalsamarte rápido
o puedes dejarte podrir emparedada en tu propio cuerpo
de junco de molino de trigo de mancuerna de espigas del arroz.

Del lodo
una capa infame
con incrustaciones de gusanos
medallones de almejas crujiente frufrú de cuerpos de libélula:
serás de hierro entonces un hierro al rojo vivo
que cunda entre los muslos cuando elijas
(ser Blanca Buda)

hasta que entre el invierno:
y seas de un verde ojos dormidos
un verde rabia de mujer y un verde
uñas de Sally Bowles
que en medio
de la nieve
calado
se atraviesa vertical: un árbol en vez de bulbo/a en flor.

Sobre el agua
del deshielo se podrán
rearmar para ti todas las muertes
caleidoscopio con los iris arrancados
en Yellowstone, THE GRAND PRISMATIC SPRING.

En corredores
púrpuras
y malvas:
soberbia
pudriendo lento
–como crece una alfombra
tejida a mano–
espinarás primero suave
y el oasis
irrumpirá violentamente por abril:
huertos de lilas
todas las lilas
vivas y muertas
a deshojar
en mayo.
Serás podada rigurosamente
prýgai, visná
(salta, salta, primavera)

acorralando

el jardín raja en ti.

 

Estigia

Febrero y no octubre rojo / novilunio y no noviembre y no domingo (sangriento). / Desde Petrogrado la prolongación de las riberas: / Trotsky bajo la metralla /

la Guardia Roja, soldados y marineros / (no confundir con el Ejército Blanco,
con el Ejército Verde, con el Ejército Negro) / contra los cadetes y el batallón de novias /

de la muerte / cuidándose de preservar las paredes verde claro del Palacio de Invierno / el Campo de Marte dragado muchas veces por la flota / –Lenin

inmerso en las Tesis de Abril– / para enterrar a los combatientes de la revolución /
–Lenin volviendo a una ciudad ahora llamada Leningrado– / Rusia, 1940 polacos /

velados / bajo los abetos rojos de Katyn / Trotsky con frío en la frente abierta
por una pica / Leningrado con el pan y el presupuesto recortados / quemando
sus casas de madera pero nunca sus árboles / premiando la conservación del verde
bajo el cerco: / enmascarados por los pintores: / la fábrica Kírov como un macizo

forestal / Smolny como un enorme claro en el bosque / Rusia, 1945
alemanas desfloradas sobre la marcha/ y a cambio sus hombres exhibiendo

sobre las ramas, en el camino de la vida/ la polacada sangrante del verano /
intactas sus venas por el hielo. / Maniluvio: / la boca de esta muchacha japonesa

envenenada / huele a violetas / a violetas las casacas / la besaron los ingleses /
la besaron los franceses y los rusos / pero la sangre sólo huele a sangre /

aunque reguemos abundantemente las palmas / de las manos /
dos mil veces en la penumbra tibia de la casa real / o haciéndolas correr

por las riberas de la Estigia, florecidas de loto / que son una infinita y sola ribera /
larga como una longaniza / rosa como la herida de las violadas. //

 

En Woodstock, toma Mnemosine

En los aserraderos
sobre el amarillo tibio de los prados de Aaru
viniendo de Bulu caravanas de película metálica
como un hogar de niebla subiendo
hasta los reservorios de la madera.

 

En la tiniebla infiernos tornasolados
(las redes de cavernas del Naraka congeladas y ardientes
del rojo vivo al loto azul utpala
el Naraka del aplastado el del gran grito el del calor y el gran calor
el de los dientes como castañas en el fuego, haciendo hu hu sin apagar la sed
y el Naraka del condenado a beber en un gran bol de colonia
con líneas negras que duran 1296 años
por donde cortan los sirvientes de Yama
con ardientes sierras y afiladas hachas
un cuerpo
y el Avici
el Naraka ininterrumpido de la hierba mora
macerada
por no se sabe cuántos pies).

Con los ojos bien cerrados oigo cantar los gallos
abajo
al fondo
en el camino de Bethel
el libro abierto de las puertas
del infierno y el cielo
oh Jardines de la morada y el pasto fresco de Guinee
Asgard, la ciudad amurallada, perfecta e incompleta a medianoche
y el lago de llamas de Gehena sobre el que crecen cabezas de demonio
tártaros báratros orcos
un fruto amargo sostenido que se debe comer morigerado
en la puerta de Din Yu:
Meng Pol prepara un té de cinco lotos
y en su puerta la niña de Tuonela (Tuonen Tyttö):
que nos guiará a través del río Gjöll o el Tuoni
en la corriente de cuchillos cayendo hacia los barrancos
en Uku Pacha en un cruce de camino entre los jícaros
me asomo a una casimba que es el ojo de la tierra
y cede un despeñadero
en que nada el espacio y nada el tiempo
vengo de Dilmun
donde habita la señora del aire, Ninlil
y nadie sabe que las semillas de sésamo sirven para comer
y para llenar barriles que te alejan del infierno (en Svalbard).

Food foot, fast food, football
hermana
emparédame gratis y rápido entre las Primaveras Amarillas
en una tumba / en una tundra de comida japonesa
quiero comer en Yomi-­-no-­-kuni
y regresar al j/rueg/do del big best acelerador
mientras la cruz roja expurga de ahogados el lodazal
y contra la malla eléctrica del escenario
se lanzan de cabeza mis cantantes semidesnudos favoritos.
Qué frío en el estómago Jimi
qué salto Janis y tu desabrigada
como una estrella en bruto minando la bandera
HELLTER SKELTER HELLTER SKELTER
calcula un descenso largo un suicidio en masa
planea(n)do en la internet.

Abre las puertas de la ciudad de luz
Jim Morrison duerme a salvo en casa
quería estrenar la bañadera de la reina de Saba la bañadera de Séneca
la bañadera de Cleopatra la piscina de la reina Victoria
el urinario de Duchamp la bañadera de Marat.

Dios nos asista
me han alcanzado los 27 años
ven que traigo en los bolsillos
del chocolate azul
y el primero en entrar en Sheol fue el blando Abel
nunca has tomado jugo de Soma
ven conmigo al Naraka de la ampolla y al de la ampolla abierta
al Naraka del gran loto donde tu cuerpo entero
terminará por romperse en piezas de carne cruda
tus órganos internos hacia el frío
rotos también más tarde
ya sin música.

Ven al Naraka de los escalofríos
que los mercaderes de la montaña rusa
ya no podrán llegar.

No busques más a la que ya nos ha encontrado
en el deslizador
tocando el agua
entrando en Tlalocan te daré el mapa de Amduat
y te daré mi secreto.


Jamila Medina   nació en Cuba en 1981. Es poeta, narradora, ensayista y editora. Licenciada en Letras por la Universidad de La Habana. Ha publicado, en poesía: Huecos de araña (Premio David 2008; Unión, La Habana, 2009), Primaveras cortadas (Proyecto Literal, México D.F., 2012), Del corazón de la col y otras mentiras (Colección Sur editores, La Habana, 2013) y Anémona (Sed de Belleza, Santa Clara, 2013). El cuaderno inconcluso «País de la siguaraya» le valió la Beca Prometeo 2012, que otorga La Gaceta de Cuba. JAMILA MEDINA en narrativa: Ratas en la alta noche (Malpaís Ediciones, México D.F., 2011) y Escritos en servilletas de papel (Ediciones Holguín, Holguín, 2012). JAMILA MEDINA en ensayo: Diseminaciones de Calvert Casey (Premio Alejo Carpentier 2012; Letras Cubanas, 2012). También Filóloga y editora. Su escritura transcurre transida entre lo púbico y lo público, metamorfoseándose entre lo aéreo y lo húmedo, lo vegetal y el hormigón armado. Tensionar del cuerpo y del lenguaje. Fascinación por transgresiones y desplazamientos, en cualquier tipo de portento giratorio (columpios, tranvías, tiovivos, estrellas, botecitos de remo, bicicletas). Lleva un piercing en la ceja y un armadillo en el antebrazo.

 

 

Poemas Huecos de araña Biblioteca Nacional de la República Argentina
Poemas Alascuba.blogspot.com
Poemas Circulodepoesía
Poemas Codexdepoetas.blogspot.com/
Poemas y recursos EcuRed
Videopoetas 2011 Youtube AEMACvideo
Campo de Amapolas en Hatia Big-sur.com.ar
La peligrosa persistencia de las ideas Por: Ahmel Echevarría. Inmediatofuturo.wordpress.com

 

Publicado el 30 de abril de 2015

Última actualización: 19/01/2024