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El Proyecto Gaia. Restablecimiento de los Antiguos Misterios

El Proyecto Gaia
Restablecimiento de los Antiguos Misterios




Por Carl A. P. Ruck

El antiguo testimonio acerca de la experiencia religiosa ofrecida a miles de peregrinos en el santuario de la Diosa en la pequeña aldea de Elefsina (Eleusis), aproximadamente once millas al oeste de la gran ciudad de Atenas, es unánime. El Himno Homérico a Deméter declara que era esencial para el arte de vivir: “Quien sea entre los hombres que deambulan la tierra que haya visto estos misterios es bendecido, pero quien sea que no fuera iniciado y no haya recibido su porción del rito, no tendrá la misma suerte que los otros una vez muera y habite la mohosa tumba más allá donde el sol desciende". Los iniciados juraban secreto y al evento se le denominaba Misterio. El rito fue representado anualmente por más de dos mil años, empezando en la mitad del segundo milenio antes de Cristo, aproximadamente en el mismo lugar, modificado y ampliado sobre el curso del tiempo para acomodar al siempre creciente número de participantes. La construcción del santuario, destruyó el registro arqueológico de la temprana ocupación del sitio, pero es probable que fuera sagrado desde el Neolítico, o antes quizá.

En el siglo sexto antes de Cristo, pasó bajo control ateniense y se convirtió en la influencia decisiva que produjo la mentalidad que caracterizó a la Era Clásica, fuente de la subsiguiente civilización europea. Casi toda la gente importante, así como también hombres y mujeres comunes, extranjeros y griegos semejantes de todos los estratos de la sociedad, buscaron la iniciación al menos una vez en su vida. En la Era Romana, el orador y filósofo Cicerón, lo declaró el más grande regalo de Atenas al mundo, el ímpetu esencial para la elevación de la humanidad desde el salvajismo, impartiendo el poder, no sólo para vivir con alegría sino también para morir con mayor esperanza. “Entre las muchas excelentes y sin duda divinas instituciones que tu Atenas ha creado y que contribuyeron a la vida humana, ninguna, en mi opinión, es mejor que aquellos Misterios” (Cicerón, De legibus, 2.14.36).

Eleusis fue llamada como Elíseo, espejo de los campos paradisíacos (Los Campos Elíseos), que recibían a los muertos tras su llegada al otro mundo. Era sagrado para la Diosa y su hija, las dos hembras sagradas, la “Madre” y la “Doncella”, que podrían ser nombres atribuidos, después de la revisión patriarcal que estableció el Misterio, como Deméter y Perséfone, aunque más sagradamente, ellas eran sólo las dos diosas sin nombre (tó theó), intercambiables como madre que produjo la hija y la hija que en cambio se volvió madre. La esencia masculina para su reproducción era la personificación del dichoso grito de los iniciados mientras caminaban en procesión al lugar de llegada, Iacchos- un juego de palabras con “droga o toxina” (ia-trós, ‘boticario’) y sobre la deidad de la posesión extática a lo largo del sagrado camino de Atenas a Eleusis, Dionisos/Baco, dios del vino y los embriagantes, fuertemente sugiere que un alterado estado de consciencia era necesario para acceder al Misterio. Él era idéntico aquí a su personaje ctónico, Hades, el señor del inframundo, llamado el “no visto”, que también es el nombre del invisible reino hacia el cual los vivos desaparecen a su llegada a los lujuriosos campos del paraíso del otro mundo.

Una tercera hembra ensombrecía el personaje de ambas diosas, la postmenopáusica madre nutricia, quien llevaba el nombre aterrador de Hécate, patrona de la hechicería, que alimentaba a los vivos con la leche destinada a su hijo muerto; Pero los tres roles eran intercambiables, dado que la madre era la nodriza de la hija de la hija, y era esta tercera quien unía a los dos sagradas hembras en una triunfante trinidad. En su iconografía, era representada por tres mujeres jóvenes, espalda con espalda, sosteniendo emblemas sagrados de la iniciación.

El paradigma uniendo vida y muerte era la semilla implantada en la tierra, encomendada a la oscuridad de la tierra, con la expectativa de que retornaría y brotaría, sin lo cual no habría vida aquí, en el reino de arriba. Lo que los iniciados experimentaban era un viaje del espíritu a una realidad en una dimensión paralela, estableciendo caminos de comunicación y derechos de amigable visitación recíproca, entonces aquella vida era alimentada por el acorde o testamento que definía los términos de la relación de la humanidad con Gaia. Era más que una mera metáfora. A los iniciados se les ofrecía la oportunidad de identificarse con los ciclos de la naturaleza en el más profundo nivel de su existencia.

El misterio de la semilla renacida era personificado como el hijo nacido de la sagrada trinidad, que tenía el título de misterio de la Dama llamado Brímo, el terrible reinado. Él era su hijo, nombrado después de ellas en forma matriarcal como Brímos, pero tenía otro nombre menos aterrador, en honor a la benevolencia de esta trinidad, como el “triple guerrero”, Triptólemos. Fue a él a quien se le encomendó el arte de vivir y quien sembró el primer cultivo en los campos alrededor, en Rarian. Era la apaciguada antítesis de los análogos tóxicos de su origen, vida nacida de la muerte. Era también llamado el trípolos, campo sagrado cuyo arado inaugural, repetido simbólicamente como un rito anual, requería restitución en la forma de algún ofrecimiento a Gaia para compensar por la intrusión del arado fálico en el surco de la vulva de la Tierra, por lo cual la tierra salvaje se convertía en cultivo. El primer labrador era ofrecido como víctima sacrificial (1). En el mito del Misterio, era representado por su hermano Demophóön (‘víctima ofrecida en nombre del pueblo’), el niño cuya mortalidad Deméter había intentado quemar en el fuego de la chimenea. En honor a él, cada año un niño de Atenas se iniciaba, a costa del gasto público.

El gran salón de iniciación en Eleusis tenía la similitud arquitectónica de una cueva, cuya antigüedad como motivo puede ser rastreada hasta el Paleolítico, cuando los primeros humanos se levantaron sobre las bestias como Homo spiritualis, no sapiens, pero con los primeros indicios de espiritualidad, un recuerdo de sueños olvidados. (2) La cueva era el útero de Gaia, la vulva a un mundo más allá y una entrada al nacimiento en este reino de vida ordinaria. Platón usó el antiguo motivo como su alegoría de La Caverna (Platón, República, 514a-520b). Lo que el salón cavernoso del Telesterion ofrecía era liberarse de la Caverna del ver ordinario.

En la noche del gran Misterio, los iniciados se rematerializaban en el salón del santuario, después de su viaje espiritual al Eliseo, en el momento del milagroso nacimiento de este labrador primordial. Se experimentaban renacidos, como él, un niño concebido y nacido desde la muerte y destinado, como él, a volver a su familia ctónica. La valencia de la muerte se volvió positiva a través de la experiencia personal y el amo Hades fue reconocido como un joven apuesto de “buen consejo” (Euboúleus) y como fuente de la prosperidad (personificada como Ploútos) en su reino real y el del más allá.

Lo que sabemos de los Misterios data en gran parte desde el Siglo Séptimo antes de Cristo, fecha probable de los Himnos Homéricos y su subsecuente incorporación bajo control ateniense; pero sus orígenes se remontan al menos hasta la mitad del segundo milenio antes de Cristo. Como los grandes sitios religiosos antiguos del mundo clásico, representa la asimilación de un santuario preexistente al dominio desarrollado de los pueblos greco parlantes indo europeos, que migraron hacia tierras mediterráneas con su familia de doce deidades olímpicas, encabezadas por el patriarcal dios padre Zeus.

En deferencia a esta existencia anterior de la religión, Deméter, quien enseñará el Misterio a Triptólemos, asegura que la primera vez que ella llega a Eleusis, es desde la Creta minoica. Hades ha raptado a su hija, engendrada por su hermano Zeus, mientras recogía flores con un grupo de hermanas. El rapto espiritual experimentado como un secuestro es un motivo mitológico común, e implica siempre las fantasías especiales de quienes cortan hierbas, los recogedores de plantas mágicas o enteógenos. Tales plantas son tóxicas y crecen salvajes, y la doncella es abducida, no casada con el espíritu dominante que se materializó desde la planta mágica.

Un mito se lee como un diálogo en el lenguaje establecido por sus polaridades estructurales. Con la institución del Misterio, Perséfone se ha vuelto la esposa comprometida con su raptor, transitando desde la independencia matriarcal de una hermandad de mujeres hasta un confinamiento aislado dentro de lo doméstico dominado por su esposo. La abducción se asocia con la escobilla, la concubina de Hades, llamada Mínthe (Mentha pulegium), poleo, abortiva y tóxico insecticida. Como esposa, ella ha reemplazado su útero mortinato con el alumbramiento de su hijo. El rapto también está asociado con las mágicas flores llamadas nárkissos (‘narcóticos’), y la narcosis inducida por el opio es símbolo de muerte. La asociación de la amapola de opio con la diosa minoica pre indo-europea está bien documentada, así como también el triple personaje de su identidad dentro de una hermandad de mujeres. Es más, no sólo el rapto da paso al matrimonio, sino que a través de la muerte, Perséfone posibilita la vida. Ella come una semilla de granada mientras abandona el inframundo y regresa preñada del hijo de Hades. La granada semeja la cápsula de amapola de opio, pero significa el útero fértil en lugar de la muerte. Su nombre en griego (rhóa) identifica la roja matriz sórdida de su fruto con el flujo sangriento de la menstruación.

Perséfone habría sido una diosa olímpica, ya que su madre Deméter y su padre Zeus son olímpicos, pero ella contaminó su eterna esencia espiritual con materia física ya que había tomado comida y semilla en el inframundo, de modo que ella ahora pertenece, como los humanos, parcialmente al mundo de su esposo. Deméter se convierte en la suegra de Hades y tiene un nieto, como el hijo del Misterio, nacido del reino ctónico.

Yo era miembro de un equipo que en los años 70’s buscaba descubrir lo que sucedió realmente en el santuario (3). Está bien documentado que la experiencia era visionaria, y que había sido profanada hacia el final del siglo V antes de Cristo, al ser inducida ilegalmente entre grupos de bebedores bohemios en fiestas privadas, que empleaban  el sagrado enteógeno como una droga recreativa. Demostramos que los iniciados se permitían vislumbrar una realidad trascendente por la ingestión de un poderoso agente psicoactivo derivado del ergot (Claviceps purpurea), sustancia similar al LSD (ácido lisérgico dietilamida), LSA (ácido lisérgico amida), la misma sustancia tóxica que es el agente activo en el ololiuqui, como derivado de ciertas campanillas en el chamanismo mesoamericano, (4) y aparentemente también conocido en la Grecia antigua y en las tradiciones populares europeas como convólvulo.

Los iniciados para la ceremonia bebían una poción especial, llamada el kykeón o “mixtura”, cuyos ingredientes en agua, como se registró en los Himnos Homéricos, eran la salvaje escobilla y la cebada cultivada. La intención era usarla como mediación mágica de todas las míticas polaridades estructurales. Obviamente debería ser algo visionario o un enteógeno, que no lo eran los ingredientes salvajes ni los cultivados. Algunos, que admitían que un intoxicante parecía lo indicado, habían asumido que la cebada se había fermentado en una cerveza, pero el grano no se fermenta a menos que sea macerado para transformar su fécula en azúcar fermentable, y las indicaciones del episodio de las profanaciones en la comedia Ática hacen claro que los granos de cebada estaban intactos. Un comentarista reciente sugiere que los pocos granos crudos de cebada con insecticida se destinaban como una rápida comida para terminar el ayuno de los candidatos a la iniciación. (5)

Una hierba común en los campos de grano provee la respuesta, abrojo o cizaña, y llena perfectamente los parámetros estructurales establecidos por el mito. La cizaña no crece como un cultivo de grano comestible, sino que es una planta silvestre invasiva en el campo labrado, llamada Lolium temulentum, la específica nomenclatura botánica latina la designa como “ebria” porque siempre está infestada con el hongo parasito cornezuelo, cuyas toxinas fueron reconocidas como causantes de alteraciones de la visión o alucinaciones. La toxicidad de la cizaña, sin embargo, deriva únicamente del cornezuelo parásito sobre ella. No es tóxica en sí misma. El grano del cual los cornezuelos de la cizaña no eran suficientemente extraídos era aparentemente convertido en un tipo de pan barato que causaba que uno viera cosas donde no estaban. Su exclusión del cultivo cosechado era también ritualizado en el festival romano de Robigalia, por la ofrenda de  una víctima sacrificial, análoga al labrador primordial, simbólico de su personaje salvaje, para librar los campos de la invasiva contaminación1. El color rojo del cornezuelo es el responsable de su nombre común como ‘óxido,’ robiga en Latín y erysíbe en griego. Con esta metáfora, se supone en la explicación mítica, que el óxido del cuchillo empleado en la ofrenda sacrificial del labrador primordial era una cura medicinal para la impotencia del hijo de un rey, quien pensaba que su padre iba a hacerlo la víctima humana. En contraste con la abortiva escobilla, el ergot era empleado por las parteras para controlar el sangrado postparto.

En el contexto de la mediación entre la tierra salvaje y el campo cultivado y entre alimentos letales y comestibles, la cizaña se consideraba una hierba salvaje que como una enfermedad podía atacar los granos de cereal, y, como tal, se pensaba tenía el potencial para reversar la hibridación del cultivo comestible, de regreso a las hierbas primitivas o primordiales. La expansión de la infección fúngica desde la cizaña del cultivo plantado, y particularmente a la cebada, la cual parecía más susceptible a la invasión, era una clara demostración de su amenaza reincidente. El más primitivo de los granos cultivados de los cuales la cebada era hibridada se deletreaba (Triticum spelta), mitologizado como el alimento de los antiguos días, del cual originalmente había sólo dos cizañas rojas o espigas escindidas (de ahí su nombre). Estas semejan las espigas protuberantes del cornezuelo como aparecen en la cebada, la cizaña y en las otras hierbas (6). Como la mayoría de las hierbas, la escanda, también, se infesta con el cornezuelo, y como la cizaña, la escanda era vista como la primitiva maleza que antecedía a los granos cultivados superiores hibridados, fruteciendo sólo con las dos cizañas, mientras que las hierbas hibridadas como la cebada producen una gavilla entera o mazorca.

El cornezuelo es fácilmente reconocible como micótico ya que los granos infestados de cizaña hospedan el mycelium, con un crecimiento que semeja una raíz que permea y acrecienta el grano, y cuando cae a la tierra, brota en etapa frutal como claramente discernibles honguitos, haciendo al grano infestado de cornezuelo parecer la semilla de un hongo de otra manera totalmente salvaje e incultivable. La propagación del hongo por esporas microscópicas era desconocida en la antigüedad, y de ahí que el cornezuelo, como semilla de hongo, parecía mediar perfectamente entre lo silvestre y las plantas cultivadas.

El hongo, además, era visto como una “fermentación” de la tierra, y por tanto participaba del entero complejo simbólico de las intoxicantes bebidas fermentadas y la levadura del pan. Los dos alimentos fundamentales de la humanidad, lo seco y lo líquido, eran equiparados como los regalos de Deméter y Dionisos. El vino de Dionisos estaba ligado de forma similar en el motivo etnobotánico de lo salvaje y en las viñas cultivadas, con la vid y el civilizado o sofisticado intoxicante cosechado por crecimiento fúngico, contrastado con los vinos primitivos, los cuales se parecían a la vid, pero son tóxicos en su estado natural. Estos eran la hiedra y enredaderas similares como el bryony (pepino silvestre) y la zarzaparrilla (gloria de la mañana silvestre, enredadera). El color rojo del cornezuelo también se asocia con el rojo particular de los hongos psicoativos y con el complejo entero de licantropía ritual y los análogos colmillos del lobo, en particular el pelaje del zorro rojo. El entero pelaje del zorro se lucía como la versión original del gorro frigio, y el hocico puntiagudo del zorro era imitado en el sombrero de fieltro. En la tradición folclórica europea, el cornezuelo era causado por el grano madre pasando como un viento susurrante por el campo con su atado de lobos de grano (Roggenwulf, Roggenhund) infectando los fardos de cornezuelo o Tolkorn (“granos de maíz loco”). Los niños seducidos por duendes en los campos, lactan sobre los granos como las tetillas de hierro de la Roggenmutter y se tornan locos. Los granos hinchados del cornezuelo infectado son llamados “dientes de lobo” (Wulfzahn). El gorro frigio y su motivo de licantropía ocurre en el cuento folclórico “Pequeña gorra roja” Rotkäppshen, conocida en su versión inglesa, que precede a la colección de los hermanos Grimm, como “Caperucita roja” cuya capucha indica que ella está en un viaje de significancia simbólica (7).

Treinta años después de nuestra develación inicial de los Misterios Eleusinos, volví al tema para presentar una explicación más clara, incorporando muchos de estos nuevos descubrimientos hechos en años intermedios (8). Cuando le pedí a mi colega, el químico suizo Albert Hoffman, poco antes de su muerte a la edad de 102 años, que aportara un comentario, aunque fuera una sola frase en vista de su fragilidad, escribió: “Sólo una nueva Eleusis ayudaría a la humanidad a sobrevivir la amenazante catástrofe en la naturaleza y la sociedad humana y traer un nuevo periodo de felicidad”.

El descubrimiento del LSD por Hofmann en 1943 fue un evento que inauguró una nueva conciencia de nuestro rol en el cosmos, y mirando atrás al final del siglo cuya mentalidad él probablemente más que nadie influenció, él vio la crisis que nosotros los humanos hemos creado por la destrucción de nuestro planeta Gaia y la posible extinción de nuestra especie. Por un nuevo Eleusis, él estaba proponiendo curar la peligrosa separación de la consciencia individual de la humanidad de su inmersión natural en el universo ambiente que le rodea, que Nietzsche había caracterizado como la oposición entre los modos apolíneo y dionisíaco de cognición. (9)

Elefsina es un lugar particularmente bendecido por la Naturaleza, una fértil llanura encerrada por cordilleras rodeando la Acrópolis. El salón de iniciación fue esculpido desde la piedra de su costado sureño, con similitud arquitectónica a una caverna subterránea, y señalada como sagrada, por su alineamiento con la depresión entre los picos gemelos llamados “Cuernos” (Kerata) que concluyen la cordillera al oeste. Tal alineación es típica de otros sitios religiosos pelasgos y minoicos y se identificaba el santuario por una metáfora sexual como entrada, acurrucada entre los senos y las piernas abiertas de la Diosa hasta los secretos que yacen dentro de su cuerpo. Estaba aquí en la llanura circundante aquella cebada, la planta de grano que era la vara de la vida, la primera que brotó. El lugar estaba bendecido topográficamente aún más por la isla de Salamina, así como a lo largo de su costa, creando un refugio superlativo casi encerrado de tierra para barcos en su bahía. La mayoría de la gente conoce de ella por cuenta de la batalla de Salamina, cuando el almirante ateniense a cargo de la flota aliada, usó su conocimiento topográfico a su favor contra las fuerzas vastísimamente superiores del invasor persa Xerxes.

Estas bendiciones y la prosperidad de la llanura Eleusina fueron también invitación a abusar de sus dones naturales tras la profanación del templo y la suplantación de su religión por el mundo moderno. Es hoy un microcosmos de la destrucción que se ha esparcido alrededor del planeta—la catástrofe que se acerca amenazando la continuidad de la existencia humana. La bahía de Salamina está congestionada con barcos petroleros esperando descargar su carga de petróleo crudo a las refinerías del continente que eructan un aire de contaminada pestilencia. La llanura se ha secado hasta un desierto que soporta poca agricultura. En adición a las refinerías, otras dos industrias procesan las riquezas violadas de la tierra, una fábrica de cemento y una fundidora de hierro. El simbolismo no podría ser más obvio.

Pocas personas visitan ahora el santuario, o conocen el antiguo Misterio. Elefsina no está en el registro de lugares reconocidos como sitio de herencia mundial, aunque fue centro de una religión practicada por dos milenios. El inadecuado museo data del siglo XIX y varios de sus tesoros han sido sustituidos por réplicas. Un esfuerzo está en proceso para mejorar la situación. La superautopista a Corinto ahora bordea el sitio y gobiernos locales progresistas han trabajado para restaurar la aldea, con calles alrededor del santuario convertidas en centros comerciales. La costa está plantada de parques y el mar está de nuevo limpio, lo suficiente para nadar. Una larga área de arruinadas y abandonadas fábricas del siglo diecinueve, adyacentes al santuario y bajo el presente museo, han sido convertidas en un centro para talleres y galerías para la exhibición de arte y representaciones teatrales.

Como el lugar más profanado, por el abuso a Gaia, proponemos que Elefsina se vuelva núcleo y centro mundial para la renegociación del acuerdo de la humanidad con su planeta Tierra. Con este fin, buscamos el reconocimiento de la aldea y sus restos arqueológicos como lugar de patrimonio mundial y solicitamos financiación de donantes griegos e internacionales para construir un nuevo edificio para el museo, incorporando el área y algunas ruinas industriales abandonadas que componen ahora el centro de arte. El simbolismo es simple. No proponemos restaurar una religión difunta, o reversar el curso del tiempo, sino empezar de nuevo, con un nuevo contrato con Gaia. Para este fin, las refinerías existentes, la fundidora y la fábrica de cemento no pueden ser removidas, dado que simplemente reaparecerían en otro sitio. Como en la antigüedad, dependemos de la generosidad de Gaia para la prosperidad.

El edificio del museo sería multifuncional. Uno de sus deberes sería investigar formas de mitigar los efectos nocivos de la explotación de los recursos naturales. Las construcciones industriales son realmente obras de extraordinaria complejidad e ingenio. En la nueva Elefsina, ellas aprenderán a operar limpiamente, y rodeadas por parques pueden ser vistas como monumentos, testimonio escultural gigantesco, funcionando eficiente y bellamente, como sus modernos diseñadores la concibieron.

En adición a la búsqueda más a fondo en el pasado y en el estudio de los Misterios Eleusinos a través de seminarios y conferencias, el edificio del museo mirará hacia el futuro. Entre las actividades financiadas habrá investigaciones para descubrir un compromiso personal con Gaia a través de técnicas de meditación, ejercicios espirituales, medicina alternativa y talleres artísticos. El centro también apoyaría la investigación en el mejoramiento ambiental y nuevos recursos de energía y métodos no nocivos de intervenir los dones del planeta. Eventualmente esperamos ver retornar la agricultura a la llanura de Rarian, y hacer del museo de nuevo un destino de peregrinaje, para el mundo moderno.

La influencia de la teología revisionista Traciana, atribuida a Orfeo, añadió una nueva dimensión a la tradición del Misterio de Eleusis, el cual nunca de veras se había incorporado oficialmente en la tradición eleusina. Después de muchos retornos, con purificantes pruebas tanto en este mundo como en el otro, la encarnación sería anulada y el espíritu apolíneo ascendería, despojado de la carga de la carne, a su verdadero hogar en el ardiente empíreo más allá de las estrellas para una eterna existencia. Aquella es la otra alternativa aún hoy. La Tierra contaminada y desacralizada de su abundancia puede requerir algunos pocos sobrevivientes que busquen otro hogar en el Cosmos.

Notas
(1) Ruck, C.A.P. Los grandes dioses de Samotracia y el culto del pequeño pueblo. Berkeley, Regent Press; 2016.
(2) Herzog, W. Caverna de los sueños olvidados. Documental sobre la Caverna Chauvet, descubierta en 1994 en el sur de Francia. Festival de Cine de Toronto; 2010.
(3) Wasson. R.G., Hofmann, A., Ruck, C.A.P. El camino a Eleusis: develando el secreto de los misterios. Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich; 1978.
(4) Webster, P., Perrine, D.M., Ruck, C.A.P. Mezclando el kykeón.” Eleusis: J plantas psicoactivas comp. 2000; 4:55-86.
(5) Cosmopoulos, M. Eleusis, La Edad de Bronce y los orígenes de los Misterios Eleusinos. Cambridge: Cambridge University Press; 2015.
(6) Watkins, C. Un término de agricultura Indo-Europea: Lain ador, Hittite hat-“. Harvard stud class 1973;77:187-194.
(7) Ruck, C.A.P., Staples, B.D., González Celdrán, J.A., Hoffman, M.A. El mundo oculto: supervivencia de temas chamánicos paganos en cuentos de hadas europeos. Durham: Carolina Academic Press; 2007.
(8) Ruck, C.A.P. Hongos sagrados de la Diosa: Secretos de Eleusis. Berkeley: Ronin Publishing; 2006.
(9) Hoffman. A. El mensaje de los Misterios Eleusinos al mundo de hoy. Wasson et al., El camino a Eleusis: develando el secreto de los Misterios. Los Ángeles: Hermes Press; 1998; p. 141-149.

De regreso a Eleusis Entrevista a Carl Ruck durante su participación en el 26º Festival Internacional de Poesía de Medlellín.

Publicado el 10 de abril de 2016

Última actualización: 04/07/2018