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Un público invencible por la lluvia y permeable por la poesía

Por: Yira Plaza O´Byrne

  
Inauguración del XIX Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotos Fredy Amariles


Oficina de Prensa Festival Internacional de Poesía de Medellín

 

Una metáfora del arcoiris a través de la lluvia, son las hileras del público del Festival Internacional de Poesía de Medellín que abre miles de sombrillas en las gradas del teatro Carlos Vieco.  Allí todos permanecen en pie, esperando entre el sonido de la lluvia, la voz de la poesía. El acto no ha comenzado. El público continúa llegando. La lluvia no cesa: lo único claro es que la asistencia de más de tres mil personas hace  inevitable dar inicio a la decimonovena versión del festival de poesía de Medellín.

Las palabras del poeta Fernando Rendón, director del Festival, iniciaron el viaje que la poesía del mundo  realizará   por estos días a través de más de 110 lugares de Medellín y el país. La invitación  a la creación colectiva y al pensamiento poético, en un tono afirmativamente lirico, fue la sugerencia del poeta: “En un impasible propósito nos organizamos bajo un radiante proyecto del mundo ulterior. Poseemos las claves de la vida nueva en construcción".

Con la lectura del poeta sudafricano Daniel Kunene se abrió el recital inaugural que contuvo el público por espacio de cuatro horas  y en el que participaron trece de los 65 poetas invitados a esta versión del festival. Los poetas asiáticos Fadhil Al-zawi de Irak, Fuad Rifka del Linabo, Fathieh Saudi de Jordania, Ghassan Zaqtan de Palestina y Nguyen Quang Thieu de Vietnan conmovieron al público con la poesía profunda y sonora propia de los países asiáticos.

El tono irónico en la  poesía de la sueca Agneta Falk encontró identidad con el público de Medellín, asimismo los poemas en la voz enérgica del estadounidense Jack Hirschman resonaron en la atmósfera nocturna del teatro al aire al aire libre Carlos Vieco. De Africa, además de Kunene, compartieron su poesía con el público la poeta Rashidah Isamili Abubakr  de Benin y Tahar Bekri de Túnez.

Los cantos de erotismo, amor, reflexión y por la libertad fueron en la jornada inaugural, la sinfonía de la poesía mundial. Desde hoy las voces y ritmos de poetas de cuatro continentes emprenden una jornada que va hasta el 11 de julio  y que cuenta con una extensa programación de 136 actos públicos, que llevará a los poetas a parques, escuelas, barrios, museos, cárceles, universidades,  bibliotecas, entre otros sitios de la ciudad.

Los recitales no son los únicos escenarios de la poesía durante  el festival,  también se desarrollará la XIII versión de la Escuela Internacional de Poesía que  busca  cultivar el pensamiento poético como forma de no limitar la poesía a un género literario. La programación incluye quince talleres, once conferencias, cinco cursos, trece conversatorios con el público, que abarcan temas desde lo ambiental hasta las formas de difusión de la poesía.

 

Opiniones de los asistentes

 

 
Inauguración del XIX Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotos Fredy Amariles

Entre ese mágico público que resiste la lluvia, la noche o el frio para sentir la poesía, están los que llegan por primera vez para satisfacer una curiosidad poética y los que participan en el festival desde sus primeras versiones.  Algunos  de los convocados por este ritual de la palabra  opinaron sobre el Festival Internacional de poesía, sobre su significado y las expectativas.

 

Víctor Bernal, ingeniero de sistemas radicado en Bogotá, ha venido a Medellín los últimos tres años para asistir al Festival de poesía. “La primera vez que asistí lo hice después de escuchar  que esto era una berrraquera”. Ahora asisto por el  estremecimiento que produce oír diferentes formas de sentir”.  Víctor, conocedor de todas las actividades del Festival, manifestó que la Escuela internacional de poesía debería ser un evento más formal  en términos académicos.

Teresita Ruiz,  una mujer adulta que asiste al festival desde hace varios años, considera  que  este acto de la cultura  es “un evento muy equitativo porque viene todo tipo de personas además de ser muy valioso para la ciudad y el país que haya preservado este evento durante 19 años”.  En palabras de Teresita, “el festival ha creado lazos y redes a través de la palabra, y  a través de la misma palabra  se puede viajar a distintas culturas en el mundo”.

Francisco García,  reportero gráfico,  considera  el festival como un evento interesante porque  se constituye, a pesar de los años que lleva, en una propuesta nueva para la ciudad. “¿Por qué vengo?, para que un poeta me vislumbre y a creer de nuevo en el mundo”. Después de haber asistido por más de seis años a esta fiesta de la poesía, Francisco añade que, “sería muy bueno que los poetas interactuaran más con el público, y uno pudiera encontrar un poeta recitando en cualquier esquina sin programación previa”.

Para Sonia Velázquez, quien lleva varios años de asistencia al festival, “el festival es una manifestación de lo íntimo del ser humano, un espacio de encuentro”. “Yo vengo al festival porque me despierta, me pellizca sobre lo universal del mundo, así  ya no se necesita de una avión para ir a otro lugar del mundo”.

Fabián Osme, un estudiante bogotano que  viene por primera vez al festival  expresó que se interesó en venir “para saber cómo estaba la movida de la poesía”. Y comenta su sorpresa al ver la gente reunida alrededor de la poesía, “me  sorprende ver como la gente se aguanta todos los inconvenientes para escuchar poesía”.

Última actualización: 03/10/2022