English

Jack Mapanje (Malawi)

Memoria fotográfica Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Jack Mapanje
Traductor: Rafael Patiño Góez

 

La hediondez del potaje

 

¿Por qué la hediondez del potaje
Con larvas y gorgojos flotando,
El calor chamuscante atrapado
Entre muros pestilentes,
La irritación de estridentes
Cigarras y ciempiés,
Las hienas por siempre riendo,
El feo aguijón del escorpión
Sajando espina dorsal abajo,
Nos rastrean donde quiera nos escondemos?
¿Por qué el diario curvarse
Entre la desnudez nos busca como en prisión
Los guardias esculcan en los anos
Los falsos planos de nuestros evasiones,
La purga mensual por la
Malaria, cólera, diarrea,
El arbusto venenoso de flores amarillas,
Las filas en Bahía Enferma de esqueléticos
Miembros ávidos de valium
Para curar silencios mortales-
Por qué la hediondez de la prisión
De súbito nos arrebata como lujuria?
¿De una vez por todas no rigió el espíritu
Los lamentos de los prisioneros moribundos
Los tormentos de los enloquecidos prisioneros,
Las heridas supurantes de nuestros codos,
Rodillas, pelotas, traseros, nalgas, donde quiera
Y la ventisca soplando recio
En los oxidados techitos
Y los inermes pollos
Goteando en la lluvia?
¿Cuánto nos perseguirá esta hediondez,
Es cierto realmente lo que ellos dicen:
Una vez prisionero siempre prisionero,
Por qué?

Esta cabeza que aun se resquebraja

 

La cabeza
Que realmente duele es
La esposa, los niños,
Parientes y amigos
No admitidos,
La escasez
De espacio para respirar
Y la materia legible,
El ruido
Del papel crepitante
Y la pluma
Impugnada.

 

La velocidad para remediar asuntos, querido padre

 

Es la velocidad, querido padre, la velocidad con la
Cual arriesgas salvar la vida de uno que vale.

El camaleón duda, a menudo tres veces,
Antes de poner abajo su pata, la ardilla

Amarra su espesa cola antes de saltar hasta su
Rama más segura del baobab, el manchado guepardo

Acecha en los matorrales, aguzándose para dar su
Salto final, pero nada pasa sin

La velocidad con que ellos realizan su acción
Mi querido padre, la velocidad es todo - porque fue

La velocidad con que tú elegiste telefonear
En Gaélico, de forma que el sucesor de nuestro tirano

No pudo descifrar tu discurso, que habías
Visto este abejorro encadenado atrás de su

Camión de seguridad; es la velocidad con que tu amigo
Parroquiano de Galway envió su discurso a nuestro amigo en York

Para gritar al mundo por otro que ha sido
Apresado; es la velocidad con que las ondas de radio reciclaron

El discurso alrededor del globo al día siguiente,
Avergonzando la Vida de nuestra Excelencia y sus áulicos,

Desbaratando sus planes de asesinato; es la velocidad
Que salvó al abejorro. Aun cuando tú

Elegiste enterrar a la madre del rebelde, sin miramientos,
Solitario, mi querido padre, después que ningún colega de la

Universidad se había atrevido a enterrar a la madre del rebelde,
Era la velocidad con la que tú minimizabas sus

Piadosas lágrimas, para socorrer a los muertos como debías;
Es la velocidad para remediar esos asuntos, querido padre.*

 

*(n. del t.) Padre: a través de todo el poema, la palabra aparece en español en el original.

 

Cuando este carnaval termine finalmente

 

Cuando este espumoso carnaval termine finalmente, hermano
Cuando tus venas tamborileras se sequen, estos mismos funcionarios
Quemarán los textos de las plegarias que te cantamos
Y astillarán las calabazas en las cuales bebiste.

¡Tus Hechizos, estos tambores, y las efigies ardientes serán
Los cómplices de tu mundo armado con mentiras!
Debajo de tu choza de bambú sobre la playa ellos harán una hoguera
Bajo el pretexto de darle a su héroe un verdadero funeral tradicional
Aunque, es en verdad para librarse ellos mismos de otro
Espíritu mortal que podría de otra manera haberlos embrujado,
Y al despertar nuevos danzantes enmascarados saltarán rápidamente
En la arena danzando al son de pieles más templadas, jactándose de
Otros clanes de calabazas mientras los embalsamadores bromean:
¿En qué creyó él que iba a convertirse, en un Dios? ¡Al Diablo!

 

El Suave Bredaje de chitakale

 

La anciana se acuclilla frente a una jarra de arcilla con thobwa*
Levanta la tapadera de cesta de la jarra y Agita la atención con una totuma de brebaje

Los clientes todos han estado aquí: ciclistas
Entre sudor goteante han depositado sus monedas
En la canasta ingiriendo su porción.

Peatones en diversos quehaceres hablaban
Antes de recibir el cambio y refrescaron luego sus
Resecas gargantas gastando el resto de su dinero,

Pero este pasajero del bus clama por una totuma
Desde la ventana, bebe deliberadamente despacio hasta que
El conductor oprime el botón del encendido.

La mujer recoge los pedazos de su rota
Totuma, y sacudiendo su trasero, de nuevo se agazapa
Revolviendo su brebaje con una taza prestada.

 

*Bebida hecha a base de soya.

 

Los taxis de north yorkshire

 

Se trata de cuán fácil confiaste a ellos   
Con la historia de tu vida que confunde,
El modo de lanzarte al asiento delantero,
Ya con el cinturón, quizá te disculpaste por
La leve tardanza o la llovizna del
Valle de York que descuidaste en sus asientos
Antes de bombardearlos con
Del mundo que nunca compartiste realmente. 
Cómo se atreve a dejarme después de estos
Años, comenzaste, y cotorreaste más y más
Acerca de los niños, el carro, la hipoteca,
Ardides para sobrevivir cuando finalmente ella se fue.
A menudo fueron los taxis los que lo provocaron -
¿Cómo fue eso dónde estábamos entonces?
Y te echaste un discurso liberal acerca de
Las chanzas secretas que ellos ni entendían
Ni deseaban oír. Sus respuestas 
A los comentarios radiales eran ofensivas:
Esos son nuestros civilizados periodistas,
¡La mierda usual, como se dice!
 Y excitado añadiste de forma natural, ¿cree ella
En verdad en el glorioso público general    
Que ella inventa y para el que tan elocuentemente habla?
Acerca de política en general ellos observaron:   
¿Qué es lo que pasa con los políticos,
Por qué no pueden ellos ver lo que la gente ordinaria ve?
Y tú peroraste por siempre y un día más.     
Los taxis de North Yorkshire fanfarronearon
Sobre los ricos y famosos que habían conducido,
Los rufianes de fútbol que habían atracado
Sus vehículos tras las borracheras del sábado,
Y entrometidos de fiestas vomitando; 
Ellos estaban prestos a advertir sobre las ciudades’
Rincones de evasión, bares y callejones también;
En cuanto a su temor de otra guerra mundial,
Los más viejos taxis se estremecieron primero: durante la guerra...
Piensa tú, mi querido Sadam, 
Estás escondiendo realmente armas de masiva
Destrucción allí, ¿lo creen ustedes?       
Pero los taxis de North Yorkshire estaban
En su esplendor cuando alardeaban      
Con lo que ellos creían que necesitabas pensar
Antes de que les ofrecieras la propina
Y bambolearan tu equipaje a casa

 


Jack Mapanje nació en Malawi en 1944. Poeta, lingüista, editor y activista de los Derechos Humanos. Es el poeta más famoso de Malawi. Fue Jefe del Departamento de Inglés de la Universidad de Malawi. Y actualmente profesor de la Universidad de Leeds. Por su poesía radical fue, en 1987, hecho prisionero cerca de tres años y medio, por la dictadura de su país, encabezada por Hastings Kamuzu Banda. Ha publicado los libros: Of Chameleons and Gods, Heinemann, 1981 & 1991 (Rotterdam International Poetry Award, 1988); The Chattering Wagtails of Mikuyu Prison, Heinemann, 1993; Skipping Without Ropes, Bloodaxe Books, 1998; Oral Poetry from Africa: an anthology, Longmans, 1983; Summer Fires: New Poetry of Modern Africa, Heinemann, 1983 y The African Writers` Handbook, African Book Collective, 1999. En sus libros ha sabido relatar su experiencia como sobreviviente en la cárcel, gracias también a su gran sentido del humor. Por su contribución a la poesía africana y a la defensa de los Derechos Humanos, recibió en el presente año el Premio Fonlon-Nichols, de la Asociación de Literatura Africana en Estados Unidos.

Última actualización: 11/02/2021