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Ali Al-Shalah, Irak

15º Festival Internacional de Poesía de Medellín Wole Soyinka y Ali Al-Shalah

Por: Ali Al-Shalah
Traductor: Jona y Tobías Burghardt

Amuleto

Hace dos años,
cuando opté por el oficio de emigrante,
dejé en una libreta verde mi retrato.
Así no perdí la cara.
Fui el único que deseaba
ser repulsado en la frontera.
Mi personalidad es como fue
y la extranjería no cambió mis predilecciones.
Fui adicto a la hora de Bagdad.
Me la llevé en mi reloj y en mis datos.
Surtí todas las horas
según el horario de Bagdad.

Un suelo natal
donde las datileras nunca duermen,
los ojos se caen de cansancio.

Un suelo natal
cuya pasión sólo nosotros conocemos,
cuando el amor envuelve la voz de la locura.

Un suelo natal
cuyos tormentos no revelamos jamás,
sin embargo, los deseamos.

Acudimos,
tan pronto llama su voz
pues no cuestionamos al oído por quién clama.

Un suelo natal somos todos juntos,
también los jardines son sitios del destierro.
Sentimos tanta nostalgia,
que hasta amamos sus ladrones,
los borrachos y el calor del verano en las celdas,
las putas, los conformistas y refutadores,
a los espías y las cárceles.

Un suelo natal
no parcelable
como un mapa.
Es nosotros,
cada iraquí es Irak.
¿En cuántos trozos más pretenden partirlo?
Un suelo natal
cuyo emblema somos nosotros.

Abarca en su ser
el amor de los kurdos,
la erudición de los sunitas
y el desconsuelo de los chiítas.
Un suelo natal somos nosotros.
Yo soy un suelo natal.

Amman, 1992

 

Confirmación

Necesitamos mil profetas
Para probar que en la tierra
Hay algo de bondad
Pero necesitamos un solo dictador
Que pruebe que la tierra
Toda la tierra es un infierno.
El umbral de casa lloró
Cuando me vio
Y gritó: ¿por qué has venido?
He perdido mi cara
Y lo que conocía me hizo perder
¡Renegó de mí... a quién vi!
Y cuando me desperté en la patria
Para aliviar mi temor
Imaginé tu puerta..
Como una casa.

Me convertí en adicto a la hora de Bagdad,
En mi reloj
Luego la até a mi lazo
Y empecé a conjugar todos los tiempos
En la hora iraquí.

 

El fin de las razones

No tenía mujer
y dormía con la voz de la vida
en un lecho de nubes.
Todos estos campos sin mi padre,
mi madre,
y mis hijos,
a quienes se les aproxima el final.

 

El fin de las razones (A-B)

(A)

El padre murió.
El hijo murió.
La casa murió.

(B)

El agua murió.
La hierba murió.
El sonido murió.
¿Cuándo muerte la muerte?

 

Verdad

¿Has visto las víctimas
como cubrían el color hasta el cielo?
¿Has oido el comunicado?
Dos mártires
que rponto haremos resucitar.

 

Me intento

Voy solo hacia mi alma
y golpeo mi puerta:
me espero.
Si el muro de mi cuerpo es bajo,
¿seré entonces mi vecino?
Si mi madre se casa con mi tío,
¿seré entonces mi primo
y me quedaré?
¿Necesito una visa de Tony Blair,
si quiero leer a Shakespeare?
Si no encuentro la puerta afuera,
la busco en mí.
Si no puedo ser como quiero ser,
entonces me intento.

 

Lloran

Lloran,
y el vestido que brota de su tristeza
gruta:
no cante,
lloran,
y las lágrimas que los inundaron
los habían engeñado,
se pusieron la sonrisa en su tragedia,
lloran,
y el espejo dice confundido:
no canten,
lloran,
y la casa,
que en ellos dormitaba,
se quejó ordenando:
no canten,
lloran,
y la calle se queja:
no canten,
lloran,
y los hermanos fuera de la muralla cantan:
no canten,
lloran,
lloran.


Ali Al-Shalah Babilonia, Irak, 1965. Estudió Literatura en Bagdad, Amman y Berna. En 1997, luego de la censura de uno de sus libros, se exilió en Suiza, donde fundó en 1997 el “Centro Cultural Árabe-Suizo/Galería de la Tierra”, y en el 2000 el Festival Internacional de Poesía “Al-Mutanabbi”, actualmente el único festival internacional de poesía árabe en Europa, ambos en Zurich, y en 2003 el “Centro Cultural Árabe-Suizo/Galería de Bagdad” en la capital iraquí, actualmente el único centro cultural que funciona regularmente en Bagdad y Babilonia. Colabora en diversos diarios y revistas árabes, entre otros: “Asfare” y “Al-Finique”. En 2003 recibió el “Premio de Poesía Árabe del Festival As-Sila” en Marruecos. Publicó varios libros de poesía y de crítica sobre la literatura moderna árabe. Algunos de sus libros de poesía son: Gurub Babili–Babylonische Dämmerung, bilingüe: árabe-alemán, en co-traducción alemana del autor iraquí; Ojalá Al-Ma’ari fuera ciego (Dar Al-Amad: Bagdad, 1992), Cánones colgantes: Firmas (Dar Al-Karmal: Omán, 1994), El libro de la letra u“sh” (Dar Al-Karmal: Omán, 1994), Mantos y mártires (La Fundación Árabe de Estudios y Publicaciones: Beirut, 1995), Alí babilonio (La Oficina de Publicaciones de Egipto: El Cairo, 1998), Atardecer en Babilonia: Selecciones (Publicaciones Babilonia: Zúrich-Bagdad, 2001) y recientemente La casa sin puerta (La Casa Betana: El Cairo, 2020.

Última actualización: 20/12/2021