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Ersi Sotiropoulos, Grecia

7º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Ersi Sotiropoulos
Traductor: Claire Pye para Prometeo

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 84-85. Julio de 2009.

LA ÉPOCA DE LA INCUBACIÓN

 

La Perséfone que caminó sobre algas muertas
sin fe con fe
sin tristeza porque todo vuelve.
Aliento más allá de la vida
vida más allá del espasmo.
Y el cuerpo alguna vez puede recordar
con el granizo matutino llega la memoria.
Amor de la luz yerma
despiertas rosas tempranas
ramas húmedas
que vibran como aludes.

 

 

PAISAJE CON PAREDES BEIS Y SÁBANAS

 

beis del revés
porque la cama
sigue
derecha al estomago
entre sus muslos                                        en los varios
desgarra                                                    pasillos     en los cuartos
una pelota cualquiera                                ajenos     en los labios
robados

dime
el usurero
el mendigo
el demagogo
el conductor de cadáveres
el plagiario                                                una voz.
el comprado                                                       hacia dónde el sexo
el traficante                                               bajo;  y
y parcial en favor de fratrías sospechosas el fin es el fin o tal vez                                                              
ahora apago                                                        la intensa erección  los dif
el mercader de suelas gastadas                           erentes tiempos las pausas
todo está en orden                                              necesarias manifestación
el estraperlista                                           de la divina providencia
Take it easy                                                                           (al final en el
pero hazme el amor                                   baño con el cuerpo de
protector auricular)

 

LITERALMENTE  EN  LA  CAMA  CHUPETEANDO  A  DESCARTES
LITERALMENTE  EN  LA  CAMA  CHUPETEANDO  A  DESCARTES
LITERALMENTE  EN  LA  CAMA  CHUPETEANDO  A  DESCARTES
LITERALMENTE  EN  LA  CAMA  CHUPETEANDO  A  DESCARTES
LITERALMENTE  EN  LA  CAMA  CHUPETEANDO  A  DESCARTES

Ahora vuelven

 

                        entre las 5  y las 7

                        las espumas del orgasmo   gris
                  
                        o quizá completamente beis

                        las sábanas  y vientres
               
                        como biombo
  
                        vuelven

                        los distintos ritmos

a la cama

                        las distintas piernas

                        la  Habitación
             

QUÉ ME DIJO T. S. ELIOT

Un coche rojo me rapta
calles enloquecidas plazas De Chirico
un resplandor y luego nada
de vez en cuando un beso
máquinas flipper semáforos ciegos tensiómetros
los modernos quijotes ríen
tocan asesinan postales
miran se suicidan picnic lo bello y bueno.
Mengua la mano en el guante
el aliento humano en el saludo.

El caramelo deshaciéndose en la boca
me da gran seguridad
compadezco en cuerpo y alma
Pero esta Gioconda de potentes megáfonos
sube a la sangre memoria de tam-tam
entre los bambúes en las colonias
tan ajena tan falsa
una bolsa de caramelos
Una pueblerina tal vez nunca se sabe
se cambiaron de ropa
una falda estampada y un pañuelo sucio
y por el otro lado tantas sedas incienso y mirra
y el color de su patria rosso veneziano
sobre la arena para el viento que pasará
y en los pueblos en las fábricas en los barrios
la poesía sale a las calles
si la poesía saliera a las calles
Viva Marx, Viva Lenin, etcétera
cien cabrones hambrientos hurgarían
su no cuerpo lleno
mil pies encima de su notable boca.

Sin embargo amiga mía nunca se sabe
cuándo golpeará el asesino
y vivimos la pesadilla del inspector Harris
mascando tostadas llenos de culpa
Platón y jazz sin elección
más tarde en la página 233 termina el tormento
un poco de agua tibia y después sueño violeta
hasta que cierto inspector Johnson
se niega a revelar al culpable
la noche se demora amanece sin cesar
el agua no calienta pierdes la bata
y el lechero llega vestido de jinete.

Al borde del mar varar el cuerpo
al borde del mar convocar a las ninfas
paisaje marino
aguas sin mañana lodo latas de conserva
y tu cerebro un manojo de llaves
línea de agua en las ondas del cerebro
línea del borde venga no temas
cómo podemos repetir las mismas cosas
intentando escribir un poema
cómo podemos no vacilar
intentando escribir un poema
En ayunas se sube más fácilmente a la cabeza
intentando escribir un poema   
La vida se ha vuelto una estafa
intentando escribir un poema    
La juventud ha cambiado hoy radicalmente
intentando escribir un poema     
Se han convertido en apéndice de la burguesía
intentando escribir un poema    
Todo lo ha conseguido con su propio sudor
intentando escribir un poema    
Ya tiene treinta años y no sienta cabeza
intentando escribir un poema    
Una mujer es siempre una mujer     
intentando escribir un poema    
Debes pensar en el futuro
intentando escribir un poema    
El hombre en la cama es una bestia
intentando escribir un poema   
Piénsalo bien antes de casarte
intentando escribir un poema    
La mujer debe cuidar su aspecto
intentando escribir un poema   
La sociedad es perversa
intentando escribir un poema    
Estaban hechos el uno para el otro
intentando escribir un poema    
El pobre es rumboso
intentando escribir un poema    
cuando alguien de Crotona
intentando escribir
de la Magna Grecia susurra
intentando
Camino hacia la muerte sin más compañía
que mi música
intentando Atridas y Polytope
y Ulises que no lo he leído
santuario y cien años de soledad
de Colombia sin pasaporte
leyendo libros viviendo conmigo con ellos
una vida ajena mía caída colectiva
desconocidas combinaciones amenazan nuestra felicidad
intentando escribir no un poema
es un lugar amargo lleno de barcas
sillas que esperan a los hombres
dados que esperan a los dioses
sin no hay mal que por bien no venga
ni haz el bien
solo salir ir a golpearme la cabeza
contra una pared
rompiendo cristales fuera de mí
cuerpo y sangre festejando
esta primera muerte de la Geometría.
 

 

A SAFO AL TERMINAR JULIO

neblina
llueve
(tierra roja de trigo)

junto al reloj de sol
con centellas doradas
cuerpo

a la sombra del negro obelisco
en el hombre J. B.
cuerpo
cuerpo
(túrbidos chorros de agua comprimidos)

 

AL VOLVER A LEER A G. ORWELL

Mojándose la frente por la mañana
Nereida
en 1984
después de tanto trabajo pintoresco
1999 a las 10 de la mañana 20 de mayo
la llegada de una multitud en el blanco
negros como ojeras
párpados hinchados con ruido de cáscaras
y música egipcia     tambores infantiles
cornamusas
bombos
organitos
los llorosos retornos de la voz
el gorgoteo del café en la cocina
el cazo de la leche
el interruptor de la luz
la cucharilla del azúcar.

Un momento insospechado (nel mezzo del camin di nostra vita)

Mirando hacia adelante
tu breve ruta entre la multitud
tantos edificios  generadores eléctricos  tantos talleres
parques cadáveres
lavándose la cara
en 1984

una mañana
verá ante sí

Nereida
tu túnica corta
tu cuerpo cálido como calor.

 

ATARDECER EN PATRAS

 
No se lo digáis a ella. No.
Una tarde de Babel
y un estilo liberty en las tazas enterradas
el lloriqueo de la poesía.
Venía. ¡Más bajo! Se va a despertar el niño.
Asquerosas cinco a siete como todas las demás.
Una bandada de abejarucos le chupeteaba
el cráneo con sed bebiendo con hambre.
Para. No voy a poder.
Delgadas cáscaras de melón rodeaban la ciudad
un chitón de dodecasílabos
vomitando visiones
voz del que clama en el desierto
de la visión el pico terrenal
en aguas prohibidas
silencia su sed: por los siglos de los siglos.
¿Y si no quiero ver? Amén.
De todo lo visible y lo invisible padre
aposéntate
de bucles dorados trono de mierda.

Ahora es hora.
Porque Stephen Dedalus
No volverá a agacharse junto a ti
inclinando un cuello amilanado
sobre tus manchas celestiales
sembrando una mirada de olas
embalsamada en los cinco confines de la tierra.
El Silencio es oro.
Podría amarlo
si no fuera vuestro. Tal vez. Demasiado tarde.

Ahora es hora.
Porque la barca verde ha abandonado la ciudad
sin duelo ya sin Perséfone
ni un solo muerto afónica ciudad de vocales
la barca de consonantes traspasa el horizonte
el confín del horizonte
una blanca vela negra esquizofrenia no escrita
más allá de las nubes y sus borborigmos
sobre ellas al final del todo al final
ondeando palabras.

Difusa sabiduría no sabes de dónde
liviano nadador que se hunde y se hunde
                                       en los mocos del mar
se mete y sale se mete saca
a la playa sus dudas de piel de concha.
P   e   r   p   e  t   u   a   m   e  n   t   e
Las asociaciones locales me devoran
filantrópicas damas divinas rapaces
acompañando hasta la puerta mi yelmo
 y mi coraza todo pústulas sangrientas
Con tu escudo o sobre él
Tender is the night.
En las superficiales aguas de su mente
encuéntralo encuentra el anillo
elefantes marinos al escuchar encarnado
descarnados gritos lo doblan en dos
felahs enfermos y carroñas
en dibujos infantiles.
 
Tender is the night.
Por la noche pienso
que el día ha ido bien en la bóveda granosa
he vuelto a llenar el buche
hecho ya sustancia divina indivisible uno
obras canteras ordenadores
mengano perengano el granizo de la vida.
Cuando las fulanas de los astros
nos malvenden un licor moneda de plata romanticismo
ella coronada querríamos un me encanta.
Cuando Robin el Che    Bebe del mismo vaso
Stephen Dedalus y la abuela de Caperucita Roja
meten mano trasnochan sueñan
Sacrosantos insomnes
soltando trece joder y mil vírgenes santas
20.000 leguas profundidad sin fin
bocas de niquel cantan al fondo Jericó
y el último poeta
velloso conteniendo la risa botones
expirando en el transiberiano
una idea verdaderamente graciosa
apagando fuegos se reavivan
Ella se inclina   bébete su pluscuamperfecto
                                      cáliz
Bebe del mismo vaso. Quizás.

Arrastrando coscienza una enagua
de apuestas
te pierdes en los vapores de un cuarteto. 

 

EPIFANÍA

esto es un poema
porque
(y otras seis latosas conjunciones)
ahora
(y antes y después)
tu cuerpo
(no solo tu cuerpo sino tú y las termitas rosa de tus labios y los diez vivaces y entrenados hipocampos en tus manos que desgranan la blancura de la arena y la volcánica superficie de tu pecho y la arribada de solitarias chalupas de vapor al bajo vientre y tu cuerpo entero varado en la playa o erguido deslizándose en las olas iluminado e inasequible)
está
un mediodía en Corfú
está
de improvisto en una playa
(no solo en Corfú sino aquí y allá)
Está
tan lejos de las luminosas calas de Corfú
tan lejos de los dorados ombligos de las aguas
lejos del mar
extraño a las olas
en el momento en que yo ejecuto la misma agotadora vetusta
acción repetida desde siglos
sobre el papel sobre tu cuerpo.

 

 

OTRA COSA

Busca otra cosa
no una caricia
o una mano
Necesita otra cosa
no un río como
el que sueña la almohada
Otra cosa
un Peneo un Meandro
con el lecho sembrado de cadáveres
Corre corre corre
mi sangre

 

Noches blancas en el Vaticano

 

Soy esclava del amor. Esto me mantiene despierta. Cuando empezó el último verano, me preparaba para ir de vacaciones. Era un viernes 22 de julio, y no pegué el ojo hasta el lunes a medio día. Cada dos noches, durante la ola de calor, fueron de insomnio. Cancelé las vacaciones y mis amigos se lavaron las manos conmigo. Sin saberlo Eros devoraba la fatiga. Desapareció el sueño. Llegué al punto de dormir 10 horas semanales. Nunca me había sentido mejor.

Después de Ferragosto, salí a las calles. Tan pronto como se encendieron las primeras luces por las orillas del Tiber, el frenesí erótico me arrastró de la cama. Me dirigía a Trastevere, caminando sin rumbo por los callejones durante horas, aburrida hasta morir. Volvía por el puente Garibaldi, pasaba por el ghetto, bebía café en la Piazza Navona, y me iba, jurando no volver a pisarla jamás. No volví. Cada lugar me ahuyentaba, para cada noche inventé un itinerario. Eros me perseguía cuesta arriba por la Trinita di Monti y a la vez me arrojaba cuesta abajo hacia la columna de Traján. Sin aliento cambié de acera. Volví al Tiber. Sin haber dormido corrí hasta Ara Pacis, hasta los baños de Caracalla.     

Con el otoño la situación se empeoró. El insomnio era invencible, las calles de Roma no podían contener mi amor. Así que me mudé al Vaticano. Alquilé un apartamento de dos piezas cerca de una plaza llamada la Santa María delle Grazie alle Fornaci. Desde una de las ventanas se ve San Pedro. Es noviembre y mi vida avanza contra el sueño.

Vivo en el Vaticano. En el edificio, la mayoría de los inquilinos son taxistas. Ahora no duermo en toda la noche. Me siento en la cama en la oscuridad, mirando fijamente el pasillo iluminado, y cuento besos. Uno, dos, tres, diez… veinte besos. Besos, besos, necesito más besos… Nunca son suficientes. Algunos se pierden por las paredes. Otros corren por todas partes o se pegan al bombillo del corredor. Vuelvan besos, vuelvan a mí… Uno de ellos se esconde tras la puerta del baño. Respiro corto y rápido. Mis labios están secos. Hace frío. En la mudanza olvidé las cobijas. De espaldas a la pared, me envuelvo en la sábana como una momia y espero. Uno por uno llegan a mis brazos, desvaneciéndose. Besos, besos, no puedo tener los suficientes. Cuando las campanas de San Pedro anuncian los maitines, estoy todavía aquí, congelada y contado. Mil, mil doscientos besos… Nunca son suficientes. Todos vuelven al final y se tiran impetuosamente sobre mí.
Una noche puede tener hasta tres mil besos.

Los domingos, después del partido, hay menos besos. Si pitan penalti, tengo tiempo de contar hasta veinticinco. Los taxistas aman el fútbol. Cuando me molesta la ciática, en estas tardes de llovizna fina e invisible que se impregnan de la humedad del Tiber y se pegan a la piel, salgo cojeando hacia el bar del Cardinal Lualdi. Un café, un vaso de agua, un pan dulce, farfullo y caigo exhausta a la silla. El mesero ya se ha ido, conoce mi pedido de memoria. Se acabó. Me inunda la impaciencia, se me destrozan los nervios. Quiero volver a la casa a contar besos. Antes de que llegue lo pedido, dejo caer unas monedas en la mesa y me levanto con dificultad. Corro, corro, en medio del aguacero. ¿Qué tan rápido puede correr una inválida?

Los demás días son como hoy. Me quedo en la casa. ¿Para qué salir? Ya no me duele el pie. El tiempo pasa y pienso qué dulce es mi esclavitud y cuánto me gustan los besos. Espero hasta que calle el presentador de televisión. A las once en punto los vecinos apagan sus televisores. A media noche empiezo a contar. Todo está en calma. No hay sonido alguno. El agua fluye en la bañera. De vez en cuando zumba la nevera. Te extraño, te deseo. Extraño los besos. Muchos, aún más, incontables besos. Carraspeo en la oscuridad. El agua ha llenado la bañera.

 

Cinta

 

Esta chica
sería capaz
si quisiera
leche de ébano
tigresas doradas
flores
de volar
si bailara
animales cálidos
en el túnel estrellado
de soñar
si durmiera
3 bajo cero estufa extractor lavadora
lavaplatos balde mesa teléfono silla.

 

La otra es Sylvia

El dedo gordo de su pie
como un pequeño Farouk
se hincha
al pensar en la muerte.
Qué viento es éste
¿el aire en las raíces de la estacada?
¿Quién es este hombre
poniéndose el vestido
ante el espejo
escondido en el rincón
esperando?
¡Ay! vieja Europa
¡Ay! mi ornamento
El se come las uñas hasta el miedo
Ella teme.
No lo hará.

 

 

Celebración

El regreso de Mary a la casa te creciste
se rió puso café
está más gorda.
Miro los mocos de Semana Santa.
La tarde   las compras    la peluquería
el teatro   se ríe   se suelta el cabello
Esta cosa en mis zapatos.
En la noche
Su cuerpo dulce
Su cálido cuerpo
como un seno
o el hogar.

Ella cambia las lámparas de lugar.
Yo traigo las velas.

 

Mach No.

El transiberiano siempre me trastornaba
Con cerebro verde escala la colina
blanco sobre blanco un desastre negro
Al despertar busca a sus amigos
penetra  en ti Vladivostok
En los salones de café con voz amarilla
En los senos de Eleni nacen
flores de otros mundos
pétalos desconocidos
En la playa un espíritu brillante y despreocupado
se desnuda y canta
donde la flema de las olas
cubre la voz de la Sirena
En lugares que acogen al tacto y al olfato
el paseo nocturno
sacudiendo el polvo de la avenida Prufrock
me acordé de ti amigo mío
Me acuesto ahora con insectos
sin jardines para besar
o colinas para los insectos
Cinco estadios dijo la Sibila
te darán en la cara
            si aprendes a contar
hombre, este tipo en un idiota
No es para tanto, querida, no te preocupes
lenta lenta se viene la estepa.

Me arrepiento ahora
Las manchas negras del Mediterráneo
la estatua envejecida que me encuentro
en la calle
mientras en la mañana, tic tac,
me despiertan los huesos
No quiero tanta amistad.

Este deseo musical de poliéster
hace cinco años la misma mirada
me detuvo en la calle
lastimada por el sol sin párpados
extremadamente triste
preguntaba acerca de algo
no escuchaba
coceaba

y se cubrió de polvo.

 

Hipótesis sobre la prosperidad de un llano sin fin

La ciudad enteramente Cana-Malon.
Los ríos los cultivos
Los bueyes los almacenes de trigo.

La ciudad de Tractatus en los límites del pueblo Cana-Malon.
El pueblo ESE con su afluencia incesante.
Los límites de los tres pueblos a 200 años de distancia.
La tierra quemada que los cerca.

(según lo que se dice)
El taladrador primordial.
Su cabeza erótica.
Los despojos.

La admiración y el terror hacen sus compras en los mercados
                                            [de los pueblos]

una pausa.
(unos puntos más tarde)
El distrito Hígado.
Miles de volúmenes de Historia.

 

Manzana = Muerte
                     ---------
                     Muerte

 

“Es un descenso de la cruz.”
“Qué está pasando?”
“Los conocí el año pasado”
“¿A alguno de ellos?”
“Muchachos estupendos”
“¿Cómo son?”

 

La palabra amén después de la palabra absolver.
La palabra manzana sobre la palabra pera.
En otro tiempo: muerte
                         ---------
                          manzana

Dimos sobre Alekos.
Zumban como si en una botella
fuera.
Dimos sobre María.
Dimos sobre Yannis.
Mejor aún                                           Desde que se concluyó
bello                                                   el año escolar solíamos ir
como un cuerpo.                                a acampar en los bosques de pino y
                                                           el joven instructor Franz K.
                                                           era una maldita confusión.
                                                           Por esta época:
                                                           muerte = manzana
                                                                           -----------
                                                                           manzana

 

El juego de coser

Lanzan un anzuelo.
La vieja ola
volverá remolineando
para desplomarse
se desparramará
como un azafrán.
¿Qué piedras preciosas brillan en el vientre de algodón?
¿Qué coronas y cuerpos
relucientes?
Alguien atrapa al pez
rápido lo lanza al fuego.
¿Es ésta la forma esencial?
¿Qué es lo que están filtrando?
Un golpe sordo
y los 70´s via col furore.           

 

 

El sabor a miss Luculus

Amor vertical.
Los intestinos, ¿estarán en la mira?

Tric Trac su órgano masculino
tric trac
como si estuviera diciendo fuera de nosotros

(mientras tanto en la casa vecina
se desenvuelve un cierto ir a la cama están escogiendo las sábanas

mientras la vida prepara flores de oro                        llueven trigales
de la tierra hacia arriba en la terrible oscuridad
despiertan sus cuellos angélicos)
                                                                       y vuelven a respirar

Sssshh! Su órgano masculino
Ya volvieron a empezar

¡Ay! ¡Qué dicha!

 

 

 

Tres pasos para el Nunzio

 

Uno

 

Era una joven encantadora, parecía tener dinero, mas no amigos. Pasaba el tiempo en la casa. Si de pronto alguien la miraba con un toque de compasión (es una pena, una niña como ella, debe tener una vida muy tediosa), devolvía la mirada con asombro, honestamente no sabía qué querían decir. Un día en la calle, se encontró con el nuevo guardia del parque – él iba a empezar el turno. Se enamoró locamente de ella. Como la joven lo trataba con afecto, empezó a soñar con un futuro compartido, un hogar, un matrimonio, dos, tal vez tres hijos, un final feliz. Con el tiempo, se dio cuenta de que la joven respondía a su afecto y hasta la euforia, porque padecía una generalizada falta de interés. Estaba con él porque estaba ausente. Se sentía tan bien estando sola que hubiera convivido con cualquiera, y más aún con el guardia, que era dulce y considerado.

 

Dos

 

“El arte es el resultado de una combustión incompleta”, dijo alguien, y todos asintieron convencidos. El recital de poesía había sido todo un suceso, aunque era lunes, día poco indicado para este tipo de eventos. La galería se encontraba en el centro de la ciudad, asistió mucha gente conocida, y en el bufet sirvieron bebidas auténticas, nada de vino barato disfrazado de vino de los campos. El poeta que presentaron esta noche se sentía enormemente halagado. De pronto hasta me suicido, pensaba, y se le subía el júbilo al pensarlo. Una aficionada se le acercó y le pidió que le firmara su nuevo libro. Sus senos se veían firmes y frescos a través de su blusa transparente, aunque algo torcidos. Con solo llamarla, vendría como un cachorro, pensaba mientras le sonreía. La muchacha se deshacía en elogios de su trabajo, y entre otras cosas mencionó algo de la combustión incompleta. El poeta se deprimió instantáneamente. ¡Ojalá hubiera sido el primero en pronunciar esta frase! Ahora estaba demasiado ebrio, ya ni siquiera entendía el sentido de la frase. Lo que queda cuando no se completa una combustión, se reiteraba a sí mismo. Si se completara, entonces, no habría poesía –en otras palabras es una especie de detritus.

 

Tres

 

“¿Crees que en realidad los antiguos griegos se fijaban en Heráclitus?” Mi esposa y yo estábamos sentados frente a otra pareja, tomando cerveza. Ellos se acariciaban, así que no le ponían mucha atención a la conversación.

“A los antiguos griegos les importaba un bledo el todo fluye. Esto es lo que nos preocupa a nosotros, si es que algo nos preocupa”, añadí, y miré a mi esposa esperando su aprobación.

“No se  me había ocurrido antes, pero ahora que lo mencionas, tienes razón, los antiguos griegos eran prácticos, con los pies en la tierra,” dijo. “Pero ten cuidado cuando te muevas, es el tercer par de medias que compro en una semana.”

“Apuesto que nadie comprende a los antiguos griegos en realidad,” dijo el hombre del frente. Era un colega, primera vez que lo invitábamos a la casa. “Los antiguos griegos sabían disfrutar de la vida.”

Nos tomamos algunas cervezas más. Los despedimos en la puerta mientras la noche descendía suavemente por las colinas.

 

 

Por una mujer anónima

Debo levantarme
debo terminar este poema
mi ojo como una bala diligente dará en la plaza.

Debo apretar el paso
hacia las carnicerías para podar
para afilar el pasto del lecho conyugal.

Debo apresurarme
para tomar a mi hijo en mis brazos como un pepino tímido
para echar la cabeza hacia atrás
para enviar sonrisas             
para saludar
con tijeras al cesto de costura
donde, junto a los alfileres,
los padres ponen trampas
Y debo sonreír, sonreír
con el cuerpo lleno de pliegues y el vestido pesado.

 

 

Tres noches seguidas

 

Tu rostro
  rostro
  rostro
                        que
                        la espuma de madera
            lleva todavía a las costas de Jason
                        sobre la hierba
¿es el sol?
¿Es la cesta del tío John llena de uvas?
¿Es la cama del tío John llena de avispas?
                        todavía
el hermano de la gaviota abandonando la casa
hacia un cerco en los Grandes Lagos
envió un mensaje
                        y
                                               por lo menos
en las tierras de Jason
tu rostro
                        es
                        una quebrada segura
que se esconde se dirige
hacia la faz de la cubeta
                        es
                        una quebrada segura
que se esconde se dirige
hacia la faz de la cubeta
                        es
            un invierno
            que al avanzar
            el ejército
            se vuelve hielo
            en la mañana
            al despertar.
  

 

 

La Épsilon de R

La S de si
el océano
debe estar
en su caja
mientras duermes

no
n de nunca
o mañana que es igual en la sombra
                 que está en el sueño
                 que lleva un abrigo
                 y cae en pedazos

pero
ú-n-i-c-o
a de agua
r de muerte

pero
el dolor sin fin
omega de épsilon
dos omicron de épsilon

Entonces
podría 
ser
casi
una
r
porque
es
todo
un
alfabeto sobre la ola

En la mirada de la tempestad

 

 

 

Pregunte sobre Sócrates dijo Marilyn

Eres el generalísimo perro
La más grande más terrible espantosa oscura
Sensación del grandísimo cuadro.
Algo inclinado
o
recostado
La parte viva

algo blando y muerto   
¿dejará el fondo?
¿o se volteará la sala
como la punta de una cuchara?
¿Cómo será el cuadro general de la situación?
¿Vas a hacer más preguntas?

Empiezan a crecer sobre un fondo azul
las más grandes más amarillas más negras
las más numerosas mariposas.


Fotografía: Freddy Amariles

Ersi Sotiropoulos  nació en Patras, Grecia, en 1953. Poeta, narradora, novelista. Ha publicado los libros: Manzana+Muerte+..., 1980; Vacation without a Corpse (Vacaciones sin cadáver), 1980; Fin de semana en Yannina, 1982; The Trick (La Farsa), 1982; México, 1988; Cerdo Camello, 1992; El rey del juego del millón, 1998; Zigzag Through the Bitter-Orange Trees  (Zig-zag entre naranjos amargos), 1999,aclamada como la mejor nóvela de la década, ganadora del premio de literatura del estado griego; El círculo caliente, 2000; Domando a la fiera, 2003. Licenciada en Filosofía de la Universidad de Florencia y Master en Antropología Cultural, de la misma universidad. Ha realizado recitales y conferencias en diversas universidades y teatros de Estados Unidos y de Europa y ha participado en diversas exposiciones de poesía concreta y visual. Premio Nacional de Poesía en su país. Recientemente un tribunal griego acaba de resolver que se retire de las bibliotecas escolares la novela Zigzag entre naranjos amargos (Premio Nacional de Narrativa 2000), como resultado de la demanda cursada por el político de extrema derecha Constantinos A. Plevris contra el Ministerio de Educación de Grecia.
La decisión del tribunal, basada en la opinión del juez, según el cual el libro «contiene pasajes claramente pornográficos y vulgares», es una muestra de conservadurismo extremo, que los intelectuales griegos interpretan como un ataque sin precedentes contra la razón, la libertad de expresión y la independencia de la creación artística y la educación. Se ha denunciado la intervención de la justicia para retirar de las bibliotecas escolares la novela de Ersi Sotiropoulos, como un acto de censura y de intromisión en el proceso literario y educativo. La “justicia”, penalizando el arte de la palabra, nos devuelve a la Edad Media.»

Última actualización: 16/01/2022