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Berenice Pineda (Colombia)

Fotografía de Nidia Naranjo
20º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Berenice Pineda

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

 

Oración para todos los días

…¿quién puede decirle al hombre
lo que sucederá después de él
bajo el sol?
Eclesiastés 6:12

 

…que el sol también amanezca
y que su primer rayo de luz
me permita ver la humedad de unos ojos

…que la tierra gire a la velocidad
que me permita la minuciosa tristeza 
y la lenta algarabía

…que el árbol florezca
y que maduro caiga su fruto

…que el río bendiga la tierra
y sacie la sed de las fieras

…que así sea
y sea un arco iris
la sonrisa en la cara de un niño

…que la última gota sea de vino
no de rocío

…que no falte el maná
 
…que el centro no quede en mi ombligo

…que quien me ame
no sienta necesitarme

…que perdida me encuentre
y que encontrada desee perderme

…que siendo domingo
no le tema al lunes

…que si los amigos parten
no se lleven la esquiva belleza

…que amanezca en promesa de amor el día
aunque de noche todo me falte.

 

Celebración

 

(a propósito del 20 de julio)
A: Daniel Día
¡Que sólo cuando la tierra
esté desapareciendo
podrá borrarse de ella
la imagen de mi tormento!
Meira Delmar

 

Puedes quitarme
Los ojos
pero no el recuerdo de las miradas
Los labios
pero no la música de las bocas
revoloteando en mi cuerpo
Las manos
pero no la calidez guardada
en mi tuétano
Puedes ahorrarte el aire y las palabras
pero no podrás borrar el eco

He ascendido a la cima de la montaña
y de ella me he lanzado con los brazos abiertos
al estrellato contra el pavimento
He descendido al fuego fatuo de los infiernos
y he sentido la miseria

¿Con cuál mano borrarás la montaña
Y sus entrañas?

¿Con cuál boca besarás la calavera
del esqueleto enamorado?
¿Con cuáles palabras resucitarás
a esta muerta que va camino del destierro?

 

 

La gran eclosión o el latido

A Wafa Ali Edrees*

Feliz en mi celda me puse
cuando supe que eras libre
y que recordaste el rojo
de todas las cruces
los menguantes rojos
de todas las noches

Tu partida te ha traído hasta mí
cruzando el muro
con tu sexo rojo
rojos de rabia tus ojos
voluptuosos tus labios rojos

Roja toda la sangre
que escribe en el aire
incesante tu nombre

Rojo tu nacimiento
eclosión de estrellas
en una lágrima de la Magdalena

Roja tu partida para llegar a mí

Feliz en mi celda imagino tu vuelo
tú ligera
yo detenida
en la rabia
los labios
en la sangre
el aire
en el nombre
el nacimiento

Triste en mi celda te busco

Edrees
para decirte Eres mujer

Ali
para decirte Allí sobre la tierra

Wafa
para decirte Agua bendita

Nos llenaste la boca de sangre
para saciar el hambre
que nos deja el pan y el agua

Regaste la tierra de sangre
por compasión al desierto

Partiste tu cuerpo
en trozos diminutos
para abrazar toda la tierra
y sembrarte como semilla

Grande mujer
que de tajo
ofrenda todos sus corazones
para decir sin legua
Eres

para posarte sin sombra
Allí

Agua
latido incesante

¡Wafa Ali Edrees!

*Primera mujer palestina inmolada en el conflicto con Israel.

 

 

La fiesta brava

 

Aquí, pronto; escapad, escapad;
sólo quiero, sólo quiero los bordes de la lucha.
Vicente Aleixandre

En la arena
el toro con la mirada nublada
adivina la fiesta

La muerte de luces vestida
tiñe de sangre el capote

En la danza de la muerte
corre el toro
lo pican
lo marcan
lo acosan
burlan a la bestia

Mucha sangre para una fiesta

Disminuida la lidia
¡Muerte al toro!
por una oreja
¡Flores pa’ la bestia!

 

La Gota

Después de ser la escarcha
me convertí en la gota

Yo soy la gota
que alborota tu pelo
acaricia tu cara
surca tu boca
se hunde en tu pecho
y naufraga en tu ombligo

Yo soy la gota
que llueve por la punta de tu sexo
y danza con tus mismos movimientos

Yo apenas soy la gota
que anuncia el aguacero
y entre gota y gota
                                  muero.

 

La pócima

Estudio la manera de beberte entero. A veces creo que debo beberte como un vaso de agua fresca cuando se está sedienta; y lo he hecho, pero no estoy segura. Tal vez despacito como se bebe un trago fuerte y caro, lo hago. Creo que es mejor beberte a diferentes ritmos y cantidades, sin agotarte. Esa es tal vez la mejor manera, he ahí la dificultad.

Quiero tomarte de tal manera que en la medida en que te beba sacie también tu sed, beberte incluso como lo hago ahora, tomando las generosas reservas que has dejado en mis poros y pozos; beberte con ansia, sin necesidad, con pausa, sin ahogo; disfrutando todos los volúmenes que pueda contener la tinaja. Beberte hasta la ebriedad sin resaca, inclinándome para tomarte en la fuente y lamer todos tus manantiales sin perturbar sus cauces.

Beberte como bebida inagotable sin llegar  al hastío, para conservar la sed. Beberte como la única y mejor bebida, sin medida, sin cuentas por pagar, sin horario de atención, beberte a solas contigo y en compañía.

Estudio la manera de beberte en la espesa noche y en las noches de luna llena. Beberte a pleno día o en la madrugada que promete el día o en la tarde siempre postrera. Beberte y ser el sueño que te bebe. Beberte en el caldo primitivo, beberte entero.

Beberte ojalá como un bebedizo, como pócima pequeña y mágica, pequeña y peligrosa. Beberte en lo llano y en lo empinado, en el lago y en la borrasca, en el frío y en lo caliente, beberte siempre caliente.

Beberte por la piel y orificios, por la boca con las palabras, silencios y sonrisas. Beberte lejano, almibarado, con mi espiritrompa de mariposa. Beberte como aire hasta los pulmones. Beberte a cuenta gotas deliciosas, con hielo, gotas amargas, yerbabuena, agua tónica, pétalos de rosas, esencias, con zumo de frutas, con raíces y alucinógenos, frío, caliente, michelado, canelado, seco.

Beberte en botella, aunque no sea trasatlántica, en vaso, copa, cáliz, hoja, vajilla, pozo, totumo, cuerno, en cuenca de mano, ojalá en mi boca directo del manantial.

Beberte como una ebria, como una abstemia. Beberte como se bebe el agua bendita en la tierra de los cristianos.

 

 

Piedra

 

Así es mi vida,
piedra,
como tú.
León Felipe

Quisiera llamarme piedra
porque ello no diría nada de mi tamaño
ni mi estirpe

Piedra es todo lo que estorba y talla
lo que se moldea e ignora
lo que es cimiento u objeto movedizo

Si piedra fuera
estaría lista para aguantar
todo lo que los hombres se merecen
todo lo que temen

Piedra fuera
en un palacio o en una callecita
en una vereda o en una gran muralla

Piedra quiero ser y llamarme

Que la gente pase y si acaso diga:
¡me tropecé con una piedra! o
¡se me metió una piedra en el zapato!
¡hoy tengo una piedra!

Piedra hermana mía
cómo me has negado         
acompañarte en el rodar

Piedra
quién ha calentado tu nido
que el mío ha dejado frío                              

Piedra de lava
cómo no me arrastraste en tu nacimiento

Piedra de río
cómo no río

Piedra de vereda
por qué no estoy tierra adentro
Piedra lisa
quién limó tu cara para que rompieras mis vestidos

 

Piedra de sol
quién te ha dado tanto frío                           

Quién piedra
te dio el don del refugio y la hecatombe

Piedra
mi enemiga
quiero acercarme y besarte
en el ombligo

Piedra como nombre quiero
en mi próximo bautizo.

 

 

Los cuatro elementos

A María Magdalena

Cuando me inclino en humildad de gesto
viene a mí el aroma de la hembra y la tierra

Cuando me inclino
tengo la estatura del pobre
y del polvo consistencia

Vagan en mí los olores
de las escasas flores
y las visiones de los animales que no conozco
se revelan en mí
las voces de los muertos y
de quien en nacer tiene deseo

Me inclino para besarte
el pie y la frente
diversa es mi estatura en el beso
en él pongo todas mis bocas
mis cabellos

Me inclino a besar el árbol en la raíz
y a la tierra en el deseo que la sostiene
humilde me yergo y me arrastro
si besarte quiero
Agua mi boca si sos tierra
Viento cálido si sos beso
Fuego en mi abrazo
fértil Tierra si te encuentro.
 

 

A Jaime Garzón

Lo mejor
es no recordar tu nombre
para que no se rasgue la tarde
para  que no brote de mis ojos
la escarcha que ha de congelar
a los  abandonados

Lo mejor
es no nombrarte
para librarte de la pobre historia que nos tocó

Lo mejor
es que al momento de la muerte
nos entierren con nombre y todo.

 

La dote

Soy la incertidumbre del hato y la cosecha
Z. B.

Antes de que aceptes quedarte conmigo
debo decirte que
no soy tanto
que el terco fue el tiempo

Vengo de una vereda pequeña
de un municipio que
apenas en nombre es bello

Soy poco
pequeño es mi crédito
mi jumento
mis manos y mi beso
tengo pocos conocimientos
mi oficio también es modesto
apenas te ofrezco
la verdad
el amor letra por letra
en un orden especial del alfabeto

Soy
no heredo.

 


Berenice Pineda  nació en Bello, Antioquia, Colombia, en 1969. Es estudiante de Licenciatura en Educación Básica con énfasis en humanidades y lengua castellana, en la Universidad de Antioquia. Ha publicado sus poemas en diversas publicaciones locales y nacionales y es cofundadora de la revista de poesía, arte y literatura Quitasol. Participó en el Encuentro mujeres poetas de Colombia, en Roldanillo, Valle, 2009. En la actualidad se desempeña como docente de castellano.

Última actualización: 04/12/2021