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Francis Combes, Francia

Por: Francis Combes
Traductor: Myriam Montoya y Stéphane Chaument

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 91-92. Junio de 2012.

Estar unidos


Hay tantas razones para vivir divididos

granos de arena erosionados por el agua y por el viento
granos de arena ignorando lo que es el cristal

Hay tantas razones para vivir divididos

Cada hoja sobre el árbol puede sentirse única

Y tenemos razón –siempre– contra los otros

Hay tantas razones para vivir divididos

asalariados regateando su piel en el mercado
como tantos átomos que se arremolinan en el vacío
idénticos y competidores

el pueblo es un mercurio líquido común
ahora bien conocemos la cifra y la fórmula
de la fusión y de la solidificación

unirse es el medio
pero es también el fin

estar juntos es ya la victoria.

El pueblo
(según un poeta de la época clásica)

 

Nuestra debilidad es nuestra fuerza
y lo que es sometido hoy mañana reinará
El agua no opone ninguna resistencia
fluye hacia abajo y sigue el declive del terreno
pero desplaza los valles
y lleva a cabo de los más potentes diques.
El aire es invisible
nadie le monta guardia pero nadie puede vivir sin él
y a la brisa que no cesa nunca ni siquiera la roca le resiste.
La hierba es endeble y curva la cabeza bajo el viento
bajo el paso de los caballos puede ser mil veces pisoteada
pero acaba siempre por invadir las ruinas de los palacios
y lleva a término monumentos, borra las dinastías
y recubre las tumbas de los generales
Así es el pueblo
La mayoría de las veces no cuenta, pero es innumerable
no ocupa ninguna posición, pero está en todas partes
no tiene ningún poder, pero es todo poderoso
cuando habla por los millones de bocas,
muy a menudo no toma la palabra
pero cuando está en creciente rebosa los diques
cuando se pone a soplar da voces
cuando se pone a brotar, sube sobre taludes
agranda en el corazón de las ciudades
sus briznas apretadas unas contra otras,
y en cada nueva primavera
renace más verde y más vigoroso

 

Optimismo científico


Hemos vencido
la peste bubónica
el cólera
el mal de los ardientes
el escorbuto
la tisis galopante
y ya hicimos retroceder mucho
la lepra, la tuberculosis y la escarlatina…
Quizá mañana
gracias al progreso de la medicina
alcanzaremos el objetivo
del cáncer financiero.

 

Un esfuerzo más


Dejamos el fango de los pantanos
y nos subimos sobre la tierra firme.
Dejamos de utilizar nuestras branquias
y aprendimos a respirar.

Marchábamos a cuatro patas
y nos incorporamos
Trepamos en los árboles
cogimos frutos e hicimos brotar legumbres
Vino una época incluso donde cesamos
de comer a nuestros prisioneros.
Y quemamos cada vez menos seguido
a aquellos cuya cabeza no nos es familiar…
Entonces no hay razón para desesperar
A este ritmo,
pronto
                      seremos humanos.

 

Sobre una idea de Propercio

 

                                                       A Patricia

La tierra dará sus frutos en pleno invierno
Los glaciales vendrán a refrescar los desiertos
Los ríos remontarán hasta sus fuentes
Los pájaros nadarán en el aire
Los peces volarán en el cielo
Caminaremos sobre la cima de los árboles
Las estrellas nos hablarán al oído
y el capitalismo renunciando a su provecho
se preocupará del bienestar común
antes de que mi amor
aprenda a hacer concesiones.

 

Imagen de la mujer occidental


Bella, delgada, eternamente joven, activa,
moderna, inteligente, deportiva,
sonriente, independiente, excitante, deseosa,
siempre libre, siempre disponible,
la imagen de la mujer occidental es en todos los puntos perfecta
tanto vestida como desnuda.
Pero una imagen, no podemos tocarla,
Conmoverla, darle placer,
hacerla sufrir, decepcionarla
ni siquiera divertirla.
La imagen de la mujer
nos puede gustar, incluso adorarla si queremos
pero no hacerse amar.
La imagen puede seducir pero no ser seducida
La imagen puede simular
puede también estimular
pero ella no puede gozar.
Las imágenes no tienen placer, ningún pudor,
tampoco verdadera audacia,
ni valentía
Las imágenes pueden hablar pero no piensan.
Las imágenes no tienen problemas,
Ni proyectos
no trabajan
no sueñan ni combaten.
Las imágenes son siempre juiciosas.
Pero yo que vivo en el mundo occidental
donde dominan las imágenes
conozco a una mujer
(una por lo menos)
que no es una imagen.


Francis Combes nació en Marvejols en 1953. Poeta, periodista, editor, traductor, escritor de canciones y libretos de ópera. Comprometido con la vida social y política, ha sido también crítico, ensayista y conferencista. Miembro del Comité Coordinador de Movimiento Poético Mundial, es presidente de Le Merle moqueur - WPM France, fue director de la Biennale Internationale des Poètes en Val de Marne y de la editorial Le temps des cerises.

Algunos de sus libros de poesía son: Apprentis du printemps, 1980; L’Amour, la marguerite et l’ordinateur, 1983; Cévennes, ou Le ciel n’est pas à vendre, 1986; Les Petites leçons de choses, 1987; La Dame de la Tour Eiffel, 1989; Au Vert-Galant jeté en Seine, 1991; La Ballade du coeur insoumis, 1996; La Fabrique du bonheur, 2000; Cause commune, 2003; Le Cahier bleu de Chine, 2005; La Ballade d’Aubervilliers, 2007 y La Clef du monde est dans l’entrée à gauche, 2008.

Fue uno de los responsables de la revista Europa, y de 1981 a 1992, director literario de las Ediciones Messidor. Tradujo al francés a muchos poetas, entre ellos: Mayakovsky, Heine, Brecht, Jozsef Attila, Eliot Katz y Jack Hirschman..

Escribe Combes: “Desde siempre, defiendo la idea de que la poesía, incluso si se trata de una actividad académica, no se limita en principio a un pequeño grupo de especialistas. Se origina en el uso que la gente hace de su propia lengua. Vive sólo porque se comparte. Escribir un poema, como cantar, pintar o cocinar es una manera de compartir el placer. Para mí la poesía es una fábrica de la felicidad, un transformador eléctrico que convierte nuestros sentimientos e ideas en energía...

Última actualización: 27/05/2023