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Entrevista con José Manuel Caballero Bonald

Fotografía tomada de Mundiario

(El Día de Córdoba)

El escritor José Manuel Caballero Bonald no sabe si volverá a escribir poesía. Cuanto tenía que decir lo ha dicho ya en su nuevo poemario, "Manual de infractores", un libro "que tiene algo de testamentario" y en el que el autor defiende la insumisión, el descreimiento y la incertidumbre.

"’Manual de infractores’ es una especie de apología poética de la desobediencia, de la insumisión", afirma el escritor en una entrevista con Efe, que tiene lugar en su casa de Madrid pocos días antes de que, la próxima semana, llegue a las librerías esta obra de alto voltaje poético. "En este libro he aprendido a usar las palabras de modo definitivo", asegura.

Hacía ocho años que este "poeta discontinuo, intermitente", como a él le gusta definirse, no publicaba un poemario. Tras "Diario de Argónida" (1997), el escritor tardó años en encontrar la energía necesaria para volver a la poesía, aunque sí vio publicada el año pasado toda la obra poética que había alumbrado hasta entonces bajo el título de "Somos el tiempo que nos queda".

Los primeros poemas de "Manual de infractores" surgieron de "la irritación" que le iban produciendo "los desastres que ocurren por el mundo, las injusticias, las mentiras históricamente divulgadas desde Estados Unidos o desde la España de hace nada. La Guerra de Irak, esa guerra miserable...", afirma el escritor.

África y el Estatut

Entre esos desastres, y aunque se haya producido después de haber terminado el libro, el poeta no puede dejar de mencionar la impresión que le han causado las noticias que llegan estos días desde Marruecos sobre emigrantes subsaharianos que son abandonados a su suerte en el desierto del Sahara.

"¿Cómo es posible que esto ocurra y que sigamos perdiendo el tiempo discutiendo si Cataluña es una nación o no?", se pregunta el escritor, para asegurar de inmediato que "hay que enfrentarse a esas barbaridades que se están cometiendo en un mundo que se llama civilizado. Hay que desencadenar una acción humanitaria universal".

A partir de esas injusticias, el poeta se dio cuenta de que "realmente estaba volviendo a conectar con una actitud de desobediencia, de enfrentamiento a todo lo que sonara a gregario, a sumiso, a hipócrita", añade Caballero Bonald, cuyo nuevo poemario ataca con dureza a "los bienpensantes", a "los necios" y a los que "abominan del rango de infractores".

Pero en los 134 poemas del nuevo libro laten también otras preocupaciones, como "la fugacidad de la vida, la proximidad del final, el amor recuperado a través de las señas del pasado, el tiempo que huye...". "El pasado está muy vivo en este libro porque, a mí, lo que más me sobra es pasado; futuro es lo que me va faltando", dice el escritor, que dentro de un mes cumple 79 años.

La verdad de la poesía

galardonadas cada una de ellas con el Premio de la Crítica, le deja claro a Efe que en su nuevo poemario no pretende hablar de verdades. "La verdad en poesía es la que se crea a medida que se escribe el poema, la verdad poética", asegura.

Ya lo advierte en el poema titulado "Regla de excepción":

"No digo la verdad...
Nadie que escriba reencontrándose dice
la verdad, y además para qué
iba a querer decirla
si la edad finalmente ha invalidado
esos hirsutos tramos infidentes
de la historia".

"Lo que he intentado con estos poemas es solventar las dudas, porque cada día tengo más", afirma este escritor, que se hace constantes preguntas a lo largo del libro porque "Manual de infractores" también es "una especie de propuesta de incertidumbre".

"El libro es una permanente pregunta, y como no sé responderme a muchas, se crea la incertidumbre, la duda de si será legítimo lo que estoy diciendo o no vale la pena decirlo", agrega.

Y como ejemplo, valga la pregunta que se formula Caballero Bonald en el poema "Entre dos luces":

"¿Ha valido la pena
llegar hasta estas vecindades
inapelables de la incertidumbre
sólo para volver a constatar
que la nada colinda con la nada?"

 

"Puro nihilismo", apostilla el escritor.

Versos molestos

La "sátira acerada", el sarcasmo, afloran en algunos poemas de este libro como también lo hacían en "Diario de Argónida". El escritor ataca a los que se sienten en posesión de la verdad, a quienes, como dice en el poema "Necios contiguos", "gustan del sonsonete atroz de las tertulias" y sólo son "el eco triste de otros tristes ecos". En el fondo, le gusta "pensar en aquellos que se van a molestar cuando lean ciertos versos", afirma.

Gabarrón, está "muy ilusionado" con su nuevo libro y tiene "mucha fe" en él.

Pero reconoce que escribir estos poemas, y corregirlos una y otra vez durante dos años, lo han dejado "exhausto", porque en todo ese proceso tenía "la sensación de estar escribiendo una suma de últimas voluntades". "Es un libro donde me siento muy realizado, y eso me hace pensar que son los últimos poemas que voy a escribir", concluye.

(Extraido de Telépolis)

Última actualización: 08/03/2019