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Gunnar Svensson, Suecia

17º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Gunnar Svensson

Gunnar Svensson, promotor de nupcias fugaces


Por Víctor Rojas

No muy lejos de Torsby hay, en la mitad del bosque de Ransby, una casa de puertas abiertas para el insaciable lector, el hambriento caminante o el curioso fugaz. No importa el día o la hora. Allí uno mismo se vende y se cobra el libro. Se prepara y se sirve una taza de café o un caldo de pescado sin cabeza. O sencillamente entra y sale como si se estuviera en casa propia. Y si se tiene aún más suerte, se puede contar con la grata compañía del escalda viajero Gunnar Svensson. Sí, una casa que todos habitan pero que nadie a titulo individual posee, que hace honor a esa tradición sueca que ordena a todos los ciudadanos ser dueños del territorio. Gunnar Svensson no cumplía los quince años cuando se hizo a los siete mares. Así cantó:

Antes de partir
Colgué la mitad de mi vida
En el perchero

No era Gunnar el pichón de vikingo en busca de fortuna y fama. No, era un mozalbete embriagado con la hidromiel de Odín, dispuesto, como los grandes guerreros, a salvar la cabeza con versos que no había escrito. El mundo y sus secretos lo atraía pero era la temática de su poesía lo que lo impulsaba. Veamos:

Luciérnagas danzan en los salones del corazón
Fosforescencia marina en el pantano arde bajo la superficie
La araña acuática juega con los carboneros
El sol se levanta melancólico como intenso fuego
La sensualidad hace a un lado la claridad del pensamiento
Como el afán del auto que surca en la ciega tormenta de nieve

Son contados los puertos donde Gunnar Svensson no contrajo nupcias. Era el quinto verano de su vida cuando se topó con Freya, la diosa vikinga del amor, en las orillas del lago de su pueblo natal Åsele. Ungido con savia de abetos por la pícara divinidad, fue condenado al oficio de trotamundos en busca de las esquivas nupcias para toda la vida. Así lo canta Gunnar el inicio de su destino:

Nuestras manos se entrelazan
bajo su pollera
pegadas como para siempre
por esa melaza de coco
Ella tiene catorce
Yo cumplí hace poco los quince

Aberdeen
mi primer puerto en el extranjero
cubierto por el aroma de chimeneas
con divinos atardeceres
y la loca sonrisa pírrica de una chica
Nuestra soledad
colmada de vida y de malicia

Pero no es Escocia el principio y fin de su rumbo. En las afueras de Lisboa, en el puerto de Barreiro, una joven llamada como las grandes amantes, María de Mella, lo aguarda. Y Gunnar tiene ya en su libreta estas palabras:

Pequeña y tierna es ella
mi primera
María ha amado dos
que calzaban 35
Uno cincuenta y cinco de alta
Su alma es una mariposa
su corazón
golpea como el de un reyezuelo
Una pequeña fuente
tiene en su habitación
quizás eso sea un bidé
mis margaritas, recién recogidas,
nadan con cuidado.

Sin embargo, el escalda sabe que su misión no es la de ser redentor de rameras sino la de promotor de nupcias fugaces. Por eso María de Mello se quedó en el puerto con cuatro gallinas compradas, una blanca y tres marrones. Y Gunnar seguiría por el mundo, protegido por Freya, como si sus nupcias fueran la piedra de Sísifo. Y en esas andanzas llegaría a las costas colombianas, a Cartagena donde se sintió solitario y triste. Y tal vez sea porque en este país, desde los tiempos de los navegantes, las mujeres andan ocupadas abriendo fosas comunes para reconocer a sus muertos.

En fin, en mi condición de traductor de poesía sueca, nunca he hallado versos que nos hagan escuchar el rebuznar de los burros a mediodía o el canto de los gallos en el amanecer. Los perros ni siquiera ladran echados. Y para protestar contra el desprecio por la vida, los poetas tienen que valerse de guerras ajenas. Aflora, eso sí, en la poseía sueca del momento, los choques culturales. Los escaldas, arrullados en la cuna del frío, propugnan por la diversidad en todas sus manifestaciones, y para poderle cantar a este fenómeno optan, como nuestros amigos Bengt Berg y Gunnar Svensson, por recorrer el mundo.


Gunnar Svensson nacido el 26 de septiembre de 1935, es un dibujante y autor sueco. Sis viajes por distintas partes del mundo los ha  convertido en libros sobre Cuba y Vietnam, entre otros; La naturaleza en Klarälvdalen y Finnskogen también lo ha inspirado como dibujante y escritor. Svensson también ha escrito crónicas, observaciones, artículos de debate, reportajes ilustrados en varios periódicos y revistas. Algunos de sus libros son: La vida, un espectáculo, Heidruns 2008; Un elefante blanco muy grande: voces jóvenes en la poesía mongola / en interpretación de Joar Tiberg y Gunnar Svensson, 2010; Libro del marinero - , Heidruns 2011; Mi nombre es Svensson, antimilitarista, Libros de la isla negra 2013; El caballo y el gorrión, Simón Editor 2014; Mi vida como un caballo, Flaco 2016; Unos minutos de tranquilidad, La cámara de presión 2016; La niña Ella llamó Gabriella, Heidruns 2016; Sibiryaks, Editorial flacus.nu, 2017. Ha recibido los premios: La Beca para Artistas Suecos y la beca de viaje del Fondo de Autores; Diploma por el diseño del Libro Värmland Más Hermoso del Año; El papel pintado peregrino de la Asociación para la Literatura de Värmland 1998; Beca de la Unión de Escritores Suecos y SIDA a Vietnam en 1999; Wermländska Sällskapets i Estocolmo kulturstipendium 2003.

Última actualización: 25/01/2022