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Gcina Mhlophe (Suráfrica)

Por: Gcina Mhlophe
Traductor: Ricardo Gómez

 

 

 

 

Azul cielo

 

 ¿Alguna vez te has preguntado
por qué es azul el cielo?
Pues bien, yo sí.
Y creo que sé por qué
Lo es porque es profundo
De un tipo amplio de profundidad
De un tipo generoso de amplitud
Es un azul de un corazón tan cálido
que deja que el sol brille
tan lejos y resplandeciente como el Sol quiera
en su recorrido aventurero y fogoso

Un azul de corazón amable
que deja que las estrellas titilantes
y los planetas dancen o fluctúen
o floten con la libertad que quieran
Un azul que es lo suficientemente humilde
para retroceder y dejar que las nubes de lluvia
se detengan todo el tiempo que quieran
aferrándose una a la otra, besándose
y abrazándose apasionadamente
antes de estallar en un trueno
y dejar que la lluvia
caiga y caiga por horas sin fin
incluso días o semanas
hasta que las nubes lentamente se retiren
Y entonces verás el cielo otra vez
aún ahí, aún azul

Sí, de un azul amoroso
que abraza a la luna con
dedos plateados y gentiles
Un azul que empuja a la luna
a sonreír con ternura a los amantes jóvenes
recién picados por primera vez
por el bicho legendario del amor

El cielo es azul
como una página en blanco
para poder inventar sueños nuevos
y poder izar las ambiciones en alto
y que regresen para llevarnos, diminutos humanos,
en nuevos viajes mágicos cada vez
y escribir mensajes especiales sobre alas de viento
con destinatarios sin fin

Así que, ¿lo ves ahora?
El cielo está eternamente ahí, eternamente amplio,
siempre amable, y siempre hospitalario
Un azul que no es triste, aunque muchos así lo piensen
Un azul de mente abierta
Un azul eterno
de forma tranquila, despreocupada y serena
Cielo azul, de verdad.

 

 

Líder recuerda

Recuerda, líder
el tiempo que pasaste
luchando por tu libertad
y la de tu pueblo
El tiempo que jugaste al escondite
con el opresor
hasta que al fin te atrapó
Te dejó entre cadenas y grilletes
Te arrojó a la cárcel
creyendo desde su corazón infecto
que nunca más
verías la luz del día

Recuerda, líder
la fuerza con la que luchaste
Tu espíritu amante de la libertad
pateando duro y rehusándose a morir
Tu visión de un futuro mejor
que te daba energía y resistencia inconmensurables
en esa cruel cámara de torturas
mientras tu cuerpo yacía sobre el frío suelo de concreto
Tu espíritu huía por la ventana
e iba a mezclarse con otros espíritus
de luchadores por la libertad sin fin
en lo profundo de los bosques tropicales africanos
donde la humedad ecuatorial susurraba
aquel mensaje eterno que saben todos los libertadores;
‘No te rindas
No te rindas
Toma, lleva contigo
                        Amor
                        Respeto por ti mismo
                        Entrega
                        ¡Lucha por tu pueblo!’

Recuerda, líder
el día en que saliste
Ese minuto y ese segundo exactos
mientras tu pie derecho salía
por la puerta de aquella prisión
El puño en alto, el sol en tu cara
La alegría que te bañaba
como baldados de miel
El dolor en tu alma
como envenenada saeta
por tantos años y potencial desperdiciados
y al mismo tiempo la bienvenida anhelante
a la colosal misión en frente de ti
Haces votos y prometes
hacer lo que esté en tu poder
para construir un futuro mejor para ti y tu pueblo

Recuerda, líder
cuánto tiempo sufrieron hombres y mujeres
la dignidad que perdieron
Piensa en los más jóvenes y los más viejos,
en el hambre con la que aprendieron a vivir
en la tierra de la abundancia
Recuerda, líder
las promesas que hiciste
la esperanza que representas
Recuerda, líder
que te yergues ante una encrucijada de la historia
con la brújula en la mano
y el bastón de las experiencias de tu pueblo
ayudándote a sentir los baches
mientras les muestras el camino
Recuerda, líder, que la corrupción y las mentiras
duplicarán sin duda el dolor que alguna vez conocieron
Por favor, recuerda que la traición duele
mucho más que la picadura de un millón de escorpiones

Recuerda, líder
Te deseamos paz en el corazón
Te deseamos la visión aguda del águila
Te deseamos la sabiduría de las antiguas tortugas africanas
Te deseamos la memoria del poderoso elefante
Así que recuerda, líder
el susurro de la mística humedad ecuatorial
ese mensaje eterno que conocen todos los libertadores;
‘No te rindas
No te rindas
Toma, lleva contigo
                        Amor
                        Respeto por ti mismo
                        Entrega
                        ¡Lucha por tu pueblo!’

(P.S. La lucha nunca termina, recuérdalo líder)

 

Un amanecer más brillante para las mujeres africanas

 

Hoyiiii- na !   Hoyina!!

Salgan todos y vean
Hoy, el lucero de la mañana brilla más
mientras escolta triunfante al sol en su llegada
Ha nacido por fin el día en que la mujer africana
será reconocida y honrada como quien realmente es,
pues cientos de años de hambre y enfermedad
han sido su compañía no deseada
Le fue negada la educación y la dignidad que merece cualquier mujer
mientras insultos y humillación se apilaban frente a ella
Con demasiada frecuencia se sintió como una refugiada en su propio hogar
Sexismo, racismo y muchas otras batallas libradas por ella
Una tras otra, sin reconocimiento alguno

Pero no le pedirías, por la sonrisa que luce,
que besara el amanecer cada mañana
Agradecida simplemente de estar viva, con sus hijos y su hombre
Su risa inspira nuevas melodías a las aves
Odia la guerra con todo su corazón
Cada vez que la llaman a cantar y danzar en celebración de una victoria
sus caderas apremian anhelando el final de todas las guerras,
la transformación de todas las balas sobre suelo africano
en frutos maduros y jugosos, en una semilla vegetal,
en una pluma para escribir o en una taza de leche cremosa

La mujer africana quiere cantar una canción de amor
Quiere traer antiguas sabidurías de regreso para que brillen con luz nueva,
más resplandeciente que las estrellas en el cielo nocturno
Que a todas sus lágrimas y risas, a sus sueños y esfuerzos
canten sus alabanzas manantiales, lagos y ríos  
todos y cada uno de los días para que no se canse
Que canten las hojas de cada árbol
En un día de brisa: Halala !, Halala!
Te celebramos, mujer africana
Halala !, Halala! ¡¡Te celebramos!!

*

Makeba nuestra emperatriz de la canción

¿Qué edad tenía yo la primera vez que la escuché cantar? ¿Cuándo fue exactamente? ¿Fue en la radio o fue una de mis hermanas mayores cantándome una canción que decían que Miriam Makeba había cantado, hace ya tantos años? No importa cuánto me esfuerce por recordar cuál fue la primera canción, pero juro por mi vida que no puedo. Sólo sé que era una adolescente y que orgullosamente cantábamos “Yiza nezembe malaisha” o “Iyaguduza le ndoda” o “un pedazo de suelo”.

Oh, qué orgullo sentimos cuando pudimos conseguir una foto de ella. Recuerdo que eran mediados de los setenta y estaba prohibida en este país. Su música no se conseguía en absoluto. ¡No podías ni aspirar a que por casualidad pusieran una canción suya en la radio! Ella era casi un sueño mayor que la vida que permanecía muy fuerte entre nosotros.

En el tiempo en que me fui a vivir y trabajar en Johannesburgo, la gran embajadora internacional en que se había convertido era muy real. Su música prohibida era copiada y vuelta a copiar en casetes que guardábamos con celo. Escuchábamos su voz con tanta reverencia, y sus letras eran tan fieles a la situación que ella había vivido y que aún seguíamos viviendo. Hay canciones como “Viento del oeste” (West Wind) o “Gauteng”, que no puedo escuchar sin que el corazón me duela, aún hoy en día, ¡lo que era en ese entonces, sigue siéndolo hoy!

Otra conexión personal era que yo sentía el dolor que ella había sufrido al no poder venir a enterrar a su madre, por el gobierno del Apartheid. También sabía que ella era ciudadana sin país, y el dolor horrible que sintió al perder a su amada hija a una edad tan corta. Pero a pesar de todo eso, lograba mantener nuestra bandera en alto, por todo el mundo. Oíamos hablar de los muchos países que le dieron la ciudadanía, y la adoraban como a su propia hija. Nos maravillaba la versatilidad que mostraba al aprender otros idiomas y cantar canciones tan conmovedoras en esas lenguas. ¡Los mensajes de alegría y esperanza que compartía con nosotros por medio de su música, nos levantaban tanto el espíritu! Se convirtió en nuestra hermana, nuestra madre, nuestro modelo a seguir, nuestro orgullo. Especialmente para mí, como artista escénica que ha trabajado en muchos de los países donde ella trabajó y, que ha oído de la adoración con la que la cubren públicos internacionales. ¡Varias veces he tenido la fortuna de verla en pleno vuelo! A veces debe uno detenerse y sólo mirarla para pensar, ¡wow, qué bendición tener una como ella! Su dedicación a su arte, el amor que tiene por su país, su profesionalismo, y lo mejor de todo, ¡su poder que permanece! Después de todos estos años, sigue siendo catalogada entre lo mejor que el mundo de la música ha visto. La adoro. Esa voz fantástica nunca deja de encantarme. Cuando pongo un CD de ella, simplemente me siento bien por dentro.
Me ha inspirado tanto nuestra Mamá Miriam Makeba, nuestra gran emperatriz de la canción. Viva Mamá Africa.

 

Pozo de los deseos 

Pide un deseo,
cualquier cosa. ¡Vamos, pide un deseo!
Piensa en la lluvia
que se derrama a cántaros
temprano esta mañana
Todos los árboles mirando hacia arriba
Sus lenguas verdes bebiéndosela
Viste los troncos
conspirando, mientras se preguntaban
si llovería lo suficiente
para que sus raíces recuerden lentamente
el antiguo arte de los árboles caminantes

Luego los árboles amantes con su andar gracioso
se acercan al otro, con cuidado,
nerviosos como todo amante que debuta,
compartiendo abrazos húmedos y resbaladizos,
pero también estrechos y febriles

Oh, ahora lo entiendo
Más bien quisieras ser un árbol frutal,
pesado, con higos maduros y jugosos
Sí, eso es. Lo veo en tu rostro
Luego todos te miran
con un anhelo tan incontrolable
Los ojos saltones, se hacen agua las bocas
Los brazos tendidos, los corazones latiendo
Y las mentes concentradas en ti
¡Sólo en ti!

¡No es cierto, no es cierto y, otra vez, no es cierto!
Lo que pedí fue ser - una libélula
Sí, una libélula y un Ángel Guardián
con verdaderos poderes mágicos
Lista siempre para abalanzarme, para picar muy duro
la cara de cualquier persona que esté por lastimar a un niño
en cualquier parte y en todas partes, en nuestro hermoso país
Estaría dotada de
velocidad de relámpago y de poderes espirituales
que se conecten y escuchen el primer lloro temeroso de un niño,
Aún si todavía fuera sólo un susurro
“¡A tu servicio!” le diré mientras embisto
Y luego pico a esa persona de mente insufrible
tan fuerte que debe aullar y dar
vueltas y vueltas… como un perro siguiendo su cola
Su rostro hinchado rápidamente
Sus ojos se cierran y su mente hierve
adolorida y confusa,
incapaz de entender… ¿Qué tipo?
¿Qué tipo de libélula era esa?

“¡Ja! La libélula-ángel-guardián de los niños –
¡Esa fue!”

Le susurraría en su oído asqueroso
Y saldría volando
hacia mi siguiente misión.


Gcina Mhlophe nació en Suráfrica en 1959. Se crió en Durban. Es cantante, poeta, luchadora por la libertad, dramaturga, directora de teatro, actriz, compositora, narradora, periodista, cuentista y escritora para niños. Ella preserva el canto y la tradición oral para mantener la historia viva de su nación. De su abuela heredó el talento para contar historias en inglés, afrikaans, zulú y xhosa.

Algunos libros publicados: La Serpiente de Siete Cabezas; El Perro que Canta, La Reina de las Tortugas; Nalohima, la Tortuga Sorda; La Magia de Fudukazi; Hijo Natural; Nozincwadi, Madre de los Libros; ¿Has visto a Zandile?; Una Navidad de la Madre África; ¡Hola, Zoleka!; Historias de África; Nuestra Historia Mágica; Ithemba Significa esperanza; Ventanas Doradas; El Camaleón que Canta; El libro Descalzo de los Cuentos Africanos; y Los Cuernos Mágicos.

Poetry International web

Publicado el 15 de enero de 2016

Última actualización: 10/11/2023