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Hugo Francisco Rivella (Argentina)

27º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Hugo Francisco Rivella

 

 

 

 

Cacería del ángel

 

Ahora que mis ojos mueren achicharrados
pregunto por la escarcha,
aquella levedad,
este niño de plomo que le sangra al poema, por la niña que huye buscándose en la sombra  y la entrampa la noche con lobos desdentados.
¿Quién le pide al cadáver su luz encadenada?
¿Quién le transita al odio sus campanas moradas?
¿Quién la salva o la roe o apenasmente mira?
¿Dónde andarán Romina Merlo, Valeria Rojas o Daiana Villalba?
¿Y tantas otras?
¿Y el árbol donde cuelga la agonía del bosque en Lomas de Zamora?
¿Y los tres mil niños que cada día entristecen los hogares deshechos de América Latina?
Me duele hasta el espejo de la piedra en la boca porque no dije nada cuando vi al poderoso en su 4x4 llevándose a la boca la pobreza y el ángel de muchachas quebradas por esas calles de Rosario de la Frontera, en Salta,  y todos en silencio o apenas murmurando para adentro, y el sermón del domingo arrinconado, y la vecina que tuerce la mirada o comenta que el barrio se ha llenado de putas.

 

Putas.
La cacería del ángel  recién ha comenzado.

 

Guerra

Los ojos para qué si ya no veo,
me cegaron al tiempo en que la muerte iba en el mástil de todas las banderas.
Cava las piernas del caído,
llena de sal su nombre,
lo despelleja.
Ha cercado la luna con sus fraguas y el vientre deformado de mi madre.
¿Y quién es quién entre los padeceres?
¿Qué rezo va lavando lo que queda del muerto?
¿Qué boca le pregunta por sus uñas?
¿Quién derrama una lágrima sobre su sepultura?

La guerra es una cruz con el hombre sangrando,

un alarido quebrado en el silencio.

 

Madre


a Coquín y a mi niñez con él

La  cita ocurre entre estos versos,
en la casa materna y en el aljibe que ronda la sombra de la higuera;
el viejo tío chillando una baguala y el tambor de la siesta consumiendo mis años.
Aún hay fuego en las brasas.
Mi madre aventaba con una tapa de olla el pequeño estallido de la chispa en el aire,
frotaba sus manos como si arrullara un pájaro en ellas,
la noche era una pregunta sin respuesta,
un adiós aferrado al miedo y a la soledad.

Solías mirarme,
madre,
entonces,
se diluían los monstruos que colgaban de mis ojos cerrados.

 

Tormenta alucinada

 

a Gonzalo Rojas

Mi padre llega atravesando el río,
las mariposas verdes de la noche deslucen su cabeza.
Desde la orilla grita mi madre y un trueno zamarrea la boca del relámpago.
Todo parece quieto y a la vez, todo gira en un hueco de lechuzas y peces,
jabalíes desdentados, ramajes y abanicos y toros sin cabeza.
Me cuelgo del hilito de luz que alumbra el patio.
Sus ojos maldecidos estrujan el paisaje.
Destellando,
amagando llegar viene mi padre.

La tormenta se duerme en mis brazos pequeños, y yo me duermo en los brazos de mi madre que llora.

El caballo de mi padre llega solo
ya no pesa su sombra sobre el lomo

 

Mar y tiempo

 

El mar dejó sobre la playa una moneda que tiene adentro un barco que se hunde,
y tiene,
rocas de forma indefinida como el tiempo sin límites del hombre.
Se deshuesa en mi cuerpo,
deambula por mis párpados,
sale a hablar del crepúsculo con los viejos marinos
que beben su corazón a cada trago.

 

Danza en las olas como el sueño de un caballo herido.

 

El poema posible

a Lydia Alfonso

Que el poema sea eso, la piel  y la serpiente de oscuros laberintos,
el ojo que se enciende en la noche sin pausas,
el faro que perfora al mar con sus veleros y la palabra muerte desnucada en mi boca.

Que sea lo que no he sido porque no tuve  fuerzas ni tampoco el coraje de sacudir mis brazos,
porque hice el amor con prostitutas santas y le mentí mi nombre al verdugo deforme,
 porque cerré los ojos y comí mis deshechos, bebí mi propia sangre y me he lamido el sexo.
Porque fui un espejismo en mi madre y sus rezos, el cura perseguido por la cruz y la espada,
porque rodé al abismo de unos brazos morenos y guardé su recuerdo en una flor sin alma.

Que el poema sea todo lo que dice Huidobro pero que me acuchille la garganta
la sombra de papel de mi esqueleto y el fuego de la tarde en que olvidé mi nombre.

Que el poema sea un toro irrespirable que arremeta las ingles del hombre que lo mata,
que destelle en sus cuernos el corazón sangrando del torero
y la plaza se hunda en un atroz silencio mientras pasa el cortejo con mis belfos difuntos.

Que el poema sea un árbol, la selva con sus pájaros, los senderos de viento entre los guayacanes, el soplido del ciervo con sus patas quebradas y el tapir que resuella su hocico en el pantano.
Que sea la flor pesada del verano en el trueno y el rumor coagulado de un enjambre en su cáliz.

Que el poema sea eso, el niño sonámbulo de las calles vacías, su voz de dos monedas a las puertas del cielo, las esquinas del barrio con diablos y muchachas que desnudan sus ojos para que sueñe el ángel.

Que el poema sea todo;  tu cuerpo entre mis manos, tu cabellera negra,
las garzas de los charcos del desierto dormido, tu boca apenas nítida buscando mi secreto y la lengua olvidando recordar lo que amaba.

Que el poema sea el barro de Dios con sus halcones,
el secreto arrumbado de pensar como piensa,
los pozos en donde cae su silencio aparente y el peligro que acecha al muerto que lo sueña.
Que el poema le grite a su pesadez de polvo alucinado,
le desmadre las uñas de su altísima sangre y le roa hasta los huesos que tiene su mirada.

Que el poema sea el tiempo de una rosa marchita,
el paso de un caballo sin jinete a lo eterno,
los relojes del miedo cuando lloran mis ojos y me hechizan mujeres de lejanas comarcas.
Que el poema sea un niño a orillas de sus nanas, la risa a cuatro soles cuando le hacen cosquillas. 
La noche duermevela sin mariposas negras, ni rosas, ni caballos, ni flores disecadas.

Que el poema sea el borde de tu sombra en el agua, su contorno difuso, las olas que regresan,
las velas sostenidas por el tifón de marzo y el halcón que se apaga en un vuelo lejano.

Que ronde la madera donde sufren los hombres la cruz de un cristo muerto para toda la vida y el gesto de quedarse aferrado al destino.

Que el poema sea el viento que hermana el territorio,
la ciudad con su rostro de acero sin memoria,
las ruinas circulares de un cuento que no entiendo.

Que sea el filo mellado de una pala en la tierra y el latido del surco que celebra lo verde. El hollín,
el herrumbre de la palabra mierda y la boca a los cielos de la palabra risa.

Me sobra la espesura de una moneda antigua para hablar de mis huesos,
aquellos que cayeron en la boca del tigre, los rumiantes, los cerdos, las patrullas,
el ojo, la frontera en la culpa del que busca otros soles y se queda sin muerte.

Que el poema sea el tiento,
la soga que me salva, el candil parpadeando su fuego traslúcido.
Las manos del minero con sus huecos callosos,
las manos desflecadas de la madre acariciando el polvo donde estuvo su hijo,
las manos del guerrero afilando su miedo,
las manos del poeta  que escribió este poema.

Que el poema sea el ruido,
las cadenas que el reo arrastra camino del cadalso,
la culpa que lo muele hasta tartamudearlo, el gusano en  tripas,
el flaquear de las piernas como en un precipicio y el minuto,
el segundo que le queda a la cuerda de un reloj que agoniza,
los ojos aterrados de mirar para adentro y de saberse solo como Dios con sus culpas.

Tal vez piense en la llaga que tiene su osadura.

Que el poema sea el pueblo, sus mujeres, sus niños,
los remiendos del siglo en los cuerpos morenos, los puños como rosas colosales y limpias y el ojo que lo salva del frío y la pendiente.

Que el poema sea la lengua del mutante, del vendedor de tarros en un subte repleto de ladrones,  la lengua que seduce los pechos de la muchacha triste,
el sexo donde la humanidad se siente un diosmesalve .

Que el poema sea el cielo que cabe en el silencio,
el rap del marginado comiendo lagartijas, la vida que se estrella contra el miedo de siempre y el fragor de la rosa en un campo minado.
Que sea la alcantarilla hedionda y sigilosa en los pies del que huye escarbando lo oscuro,  el pan casi sin aire de un tacho de basura y la luna rampante en los ojos de un gato.

Que el poema sea eso,
lo que respira dios cuando ruge la selva,
el enano del circo que pinta las estrellas de un lienzo que perturba a la ecuyére, los caballos sinuosos y el cosaco girando hasta saciar el ojo.

Que sea la boca turbia del que no pudo amar porque anudó su lengua,
se trabó en el hueso de un paisaje monótono, y en sus ojos la rosa se fue desvaneciendo.

El amor juega a las escondidas con su sombra.

Que el poema sea el mar lamiendo mis heridas, los pies de la distancia llegando al Paraíso,
el mensaje tatuado en la astilla del fuego que titila en la nieve su bandera de escarcha.

Que venga maldecido, que perturbe estos brazos,
la muerte como naipe de una baraja sin reyes ni caballos
y la suerte me goce mostrándome sus dientes.
Que el poema sea eso que permita soñar, que descuelgue la luna con sus gajos pintados,  que al cruzar por los ojos me tirite en el alma y haga círculos rotos en la fiebre del miedo.

Que el poema sea todo.

La Palabra más alta. La mujer que me acecha.
Que levante al caído y lo vuelva un cometa,
un astro, un coro de cigarras,

un jaguar sumergido en un lago secreto.

 


 

Palabras a la vida

 

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Por Hugo Francisco Rivella
Especial para Prometeo

Los poetas que he leído vendrán a socorrerme en estas palabras, los hombres y mujeres que me acercaron su corazón, los intelectuales de mirada clara que hicieron posible la urdimbre en la que se sostienen.

Si digo que la Palabra es el Hombre, si en el hombre se desgarra la palabra Paz, y una sombra infinita la socava

¿Podrá el poema salir indemne a tanta mordedura?

Machado resiste en una casa de Madrid. En las calles el miedo instala sus demonios. El exilio lo carcome poco a poco.

La Poesía es memoria y futuro.

Porque Poesía es vida y es la mirada del mundo.

El que se apodera de la Palabra se apodera de la Historia. La trastoca. La oculta. La deforma. Entonces, el que se apodera de la Historia, se apodera del Presente, de lo que miras, de lo que sueñas, de lo que te propones.

El que se apodera de la historia termina indefectiblemente apoderándose del Futuro.

Por eso los gobiernos de derecha  y las dictaduras persiguen a sus intelectuales, queman sus libros, los meten en prisión, los exilian al país de la sombra.

Si nadie lee

¿Por qué entonces se ensañan con los escritores, con los pensadores?

Después ocurre lo de siempre. La Colonización Pedagógica como dice Jauretche , la cruzada de descerebración como dice Gustavo Pereyra; la subjetivacion mediática que nos acecha con sus garfios.

Subvierten los ideales. Tergiversan la historia. Entran a cada hogar y nos ocultan a los verdaderos luchadores, los valores de los pueblos.

Neoliberalismo le llaman a los gobiernos que hoy pululan en América Latina, (Argentina, Brasil,) cuando en realidad son la cara más cruel del Imperialismo.

Las mismas recetas de siempre para someter a los pueblos.

“En América latina inventamos o erramos” Es la  palabra de Simón Rodríguez.

La Palabra salva al Hombre porque la Palabra es el hombre mismo.

Javier Heraud solloza en el Río Madre de Dios, mientras muere asesinado.

Cada uno de nosotros tiene un compromiso sin regresos con la Poesía.

Esa arma irrequisable, es la única que el Imperio aún no se ha apoderado, sostiene Bordelois, por eso es necesaria bastardearla, por eso en los Medios de Comunicación dominantes no hay espacios para ella. O si acaso los hay, es utilizada como dato cómico. Los suplementos culturales tienen muy poco espacio dedicado a la Poesía, ni hablar  si las ediciones son de autor.

“Pobrecita la Palabra / ya ni respeto le tienen / cualquiera la usa a su modo / o como más le conviene

La Poesía, más allá de lo estético, es un compromiso ético. Nos acerca al Hombre, a los sueños de una sociedad más justa y solidaria.

Roberto Obregón se hunde en la noche a las carcajadas, mientras dice:

 ¿Cómo no afilar mis versos entre la gente con la que se han cebado los más voraces mercaderes?

La verdadera historia de los hombres se encuentra en la literatura. Nadie ha indagado tanto en el hombre como los escritores. Nadie ha descrito con mayor certeza los estados de ánimo que los poetas.
Glauce Baldovin grita:
La Poesía cuando se va, deja en mis manos un puñal de punta perfecta.

Si cuando uno lee poesía no encuentra en ella al hombre susurrando sus amores, su destino social, la piel y el ladrido de los perros, la barca de madera con que penetra al cielo, la Patria ( o Matria)  hermanándonos, me pregunto

¿La Poesía, cumple su destino de ser espejo y realidad?¿

Espejo porque la refleja, realidad porque en el espejo no hay una inversión de nuestro cuerpo, si no que el espejo devuelve gestos que nos permiten saber que adentro de él otro mundo es posible.

“Los poetas y los ángeles somos hermanos de leche./ Los ángeles están en el cielo / y los poetas con los pies sobre la tierra” Luis Arango

Otro mundo es necesario. Es necesario un mundo en todo caso.

Los migrantes. Los miles que se lanzan al mar( y sucumben en él), se lanzan al mar en busca de otro mundo. El tren que cruza la selva con mujeres y niños es una víbora fantástica buscando otro mundo.

Un mundo que suponen más justo y que en mucho de  los casos seguramente lo será. Pero el mundo posible debe ser ( o debiera) en donde vivimos.

La cultura”global” arrasa con las culturas alejadas de los centros de poder hegemónico. Leonardo Boff señala irrefutablemente esto.

“Deshaced ese verso…Aventad las palabras, y si después queda algo  todavía/eso/ será la Poesía”. Escribe León Felipe

En la base de las aspiraciones de los hombres esta la libertad.

La Libertad, como bien supremo, persigue la igualdad de los hombres y de las mujeres, la armonía, en definitiva, que todos, anhelamos para vivir en paz.

Eso posible aquí, entre nosotros, con el otro que llamamos hermano, mi sangre, compañero, mi coate. Con los que podremos enfrentar las pequeñas derrotas, pero sobre todo, podremos celebrar nuestros grandes triunfos.

“Libertad es todo lo que el otro puede hacer” dice Blas Alberti

Porque esa definición saca del Yo a la Libertad y  la pone en el otro.

Ser libre es, también, es estar en paz con uno mismo. Y cuando uno está en Paz con uno mismo, necesariamente lo está con los demás.

Cuando la violencia se apodera de la palabra, muere el hombre.

Violencia no es sólo el golpe, el misil sobre los pueblos indefensos.  

Violencia es el hambre, la vulneración de derechos, la desinformación, la colonización cultural, el desprecio por el otro.

Sólo el conocimiento hace libre.

La Paz es un equilibrio de fuerzas.

En donde la mayor de las fuerzas es la Razón (como un bien de análisis), la comprensión. Saber que la mirada de todos construye lo total.

Sabemos que el imperialismo inficiona y socava a nuestros pueblos de una lógica asentada sobre el individualismo. En el Yo.

En el ombligo desde donde analiza el mundo. Sobre todo, el egoísmo y el interés personal en desmedro de lo colectivo.

"Una prensa crítica, independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia. La prensa debe ser libre de la interferencia del Estado. . Debe tener la suficiente independencia de los intereses creados que ser audaz y preguntar sin miedo ni ningún trato de favor. Debe gozar de la protección de la Constitución, de manera que pueda proteger nuestros derechos como ciudadanos”Neson Mandela

Te doy mi Palabra, decimos para subrayar un compromiso, inquebrantable.

Un Himno Inca dice, con respecto a que la Palabra es la vida misma:

 “Ya se acaba su aliento. Ya no tiene palabra

La Palabra designa al mundo, lo hace posible; pero también, existió la palabra ante que las cosas. Dios dijo: Hágase la Luz. Y la luz se hizo.

Sea cual fuere en los términos que coincidamos, la Palabra, en nosotros, nos define. Nos desnuda. Nos muestra. Nos identifica.

Hago hincapié en las consideraciones sobre la palabra, porque la lengua nos permite conocernos como pueblo, como comunidad, permite comprendernos, y quien comprende acepta las diferencias, y aceptarlas, de suyo, permite la convivencia, y esto supone vivir por y para la paz.

“La Palabra es gratuita, es solidaria, nos comunica a todos más allá de nuestras procedencias sociales, ideológicas…Es la única institución democrática que nos queda…por eso hay que ahondar la conciencia del lenguaje” Expone Bordelois.

“Nuestra mejor arma, la que el enemigo nunca podrá resistir, es la paz” Nelson Mandela

“No pairía de la colándola la rase situación de los mautreas” dice un poeta, como corolario de Informe sobre la Paz en la ONU.

Aquí hay un divorcio de la Palabra con las acciones. Hay un divorcio porque los intereses de los países poderosos, son irreconciliables con la Palabra solidaria y plural.

En América Latina hay millones de niños que viven en las calles, sujetos a la explotación sexual, tráfico de órganos, desnutrición, trabajo esclavo.

A estos datos los conocemos pormenorizadamente, lo que las encuestas no muestran es la mesa en donde los poderosos se comen a los pobres.

Constanza Moreira muestra su corazón con cicatrices.

Nada nuevo dicen estas palabras.

El sol, obstinadamente sale o se asoma, desde el mismo lugar. Nos llena de luz, luego se va. Obstinadamente la luna refleja en un circuito, los días de cosecha, de caza, de pesca, si hasta el mar la persigue en luna llena.

Obstinadamente, también, el hombre canta, y el canto es la permanencia de la vida.

Ha muerto Horacio Guarany, gritan desde el fondo de mi casa, entones pienso: Si se calla el cantor / calla la Vida/ de qué sirve la vida sin el canto” y Horacio empieza a ser presente como nunca.

Todo es poesía, pienso.

La Paz es poesía.

La estadísticas siempre nos acercan un número. De los 7 millones de muertos en la guerra en Colombia, 2 millones fueron niños. Cada año son explotados sexualmente o sufren violencia familiar 4 millones.

Los números no tienen alma. Son cruces de hielo.

Tan distinto suena decir, lo mataron al sobrino de Juan, la niña encontrada muerta es la novia de Pedro…Las estadísticas…

A ellas hay que ponerle corazón.

Desde la lejanía sólo se escucha un ruido. Cerca, el estruendo no nos deja dormir.

Hoy, a más de 50 años de una lucha entre hermanos, el estado colombiano ha firmado el cese del fuego. La Palabra entonces para sellar el acuerdo porque es con palabras, por ejemplo, que cantamos las canciones más hondas y tiernas de la infancia, la madre acariciándonos mientras canta : sana sana culito de rana / si no sana hoy, sanará mañana, porque nos enamoramos con palabras, porque firmamos la Paz con palabras.

y entonces Almafuerte para recordarme: La Palabra es el hombre, fuera de él no es palabra si no letra muerta

¿Se respetará el acuerdo Definitivo del Teatro Colón? O los sectores de siempre minarán su ejecución.

Los firmantes han dado su Palabra.

La Palabra, entonces es la Vida. La Paz. La Patria desbocada entre las rosas.

La Poesía ¿Para qué sirve la Poesía?

Antes de terminar, o definitivamente para hacerlo, quiero citar las palabras de Juan Gelman cuando dice:

” La Poesía, la música, el arte, todo aquello que embellece al espíritu, es una forma de resistencia

 

LA POESÍA (1’35’’)

 

 

La Poesía ¿Qué será la Poesía?

 

¿Será esta rajadura del cráneo y la garganta cuando la atora el hueso del desaparecido? ¿Será el agua inocente del niño y sus juguetes que le cuidan el sueño cuando duerme? ¿Será esta piel tatuada por tu boca?

 ¿El faro en la bahía con la tormenta encima?

¿Será el fuego que rueda mansamente en el río?

¿Será el cuerpo indeciso de Lorca y tantos otros? ¿Será el reino dormido de dios entre chacales? ¿Será el brazo que estalla su lámpara en el miedo?

La Poesía ¿Qué será la Poesía? ¿Será el verso que busca la palabra más pulcra o el hombre acribillado en un país lejano? ¿Será el rinoceronte que deambula en la noche buscando en el follaje la sombra de una rosa? ¿Será el grito del hambre que pone tieso el aire?
¿Será el rastro del tiempo en las viejas aldeanas?
¿Las arrugas del alma de un niño abandonado?
¿Será la luz desierta del ciego en una esquina?
¿El ojo enajenado del ladrón de caballos?

La Poesía ¿Qué será la Poesía?
¿Será esta garra oculta, su secreto a pedazos?
¿Aquello que me acecha en donde no imagino?
¿El barro que me piensa como un ángel caído?
¿La música del viento bajando de los astros?
¿Será la puñalada de dios en mi tristeza?

La Poesía. ¿Qué será la Poesía?
¿Será lo que persigo? ¿Acoso o me destierra?
¿Será quien lava mi corazón cuando estoy derrotado?

Quizás sea lo que ignoro, suficiente con eso

Argentina, 15 de enero del 2017

 


Hugo Francisco Rivella, nació en Rosario de la Frontera, Salta, Argentina, en 1948. Organizó el Encuentro Nacional de Poetas con la Gente de Cosquín. Compuso canciones. Fue Director de Cultura de Rº de la Frontera. Tuvo programas de radio, integró algunas antologías.

Reconocimientos obtenidos: Primer Premio Poesía, Certamen Literario Universidad Nacional de Córdoba, 1977; Primer Premio Poesía, Segundo Certamen Nacional Club UNESCO Buenos Aires, 1984; Primer Premio Poesía Juegos Florales Centroamericanos y Panamá, Guatemala, 1985; Segundo Premio Fondo Nacional de las Artes Producción Literaria, 2001, Buenos Aires; Primer Premio Poesía – Concurso Jorge Barón Biza - Poema ilustrado- Córdoba, 2001; Primer Premio Fondo Nacional de las Artes, Concurso de Canciones de Raíz Folklóricas; Primer Premio en el V Concurso Nacional de la Zamba, Salta; Primer Premio Poesía para Autores Éditos, Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta; Primer Premio Poesía Concurso Bianual para Poetas Éditos, Cultura de Salta, 2008; Primer Premio Poesía Concurso Provincial de La Copla, Salta, 2008; Primer Premio Poesía IV Certamen Internacional de Poesía, Jaen, Andalucía, España; Primer Premio Poesía VIII Certamen Jaime Gil de Biedma y Alba, Nava de la Asunción; Primer Premio Poesía Concurso Poesía Gilberto Owen Estrada, UNAE Mexico, 2011; Primer Premio Poesía en el Tercer Concurso Poesía en Paralelo Cero, Ecuador, 2016; Primer Premio Poesía Concurso Nacional de Poesía Provincia de Córdoba, 2016.

Libros editados: Algo de mi muerte, Rosario de la Frontera, Salta, 1981; Agua de mis manos, con el apoyo del FNA, 1995; Cristales en el río (cancionero), Vaca narvaja ed.,1999; Caballos en la lluvia, FNA, Alción Editora, Córdoba, 2003; Zona de otros días, Secretaría de Cultura, Salta, 2007; Yo, el toro, Alción editora, Córdoba, 2008; Centro de tormentas, Secretaría de Cultura de Salta, 2010; De fuego y sombras, Secretaría de Cultura de Salta, 2010; Putas (La cacería del ángel), Alción editora, Córdoba. 2011; Piedra del ángel –UNAE Mex Toluca - México-2011; Ojo Astillado- Alción editora- Córdoba-Argentina 2013; Espinas en los ojos, El Ángel editor, Quito, Ecuador, 2014; La sombra en el espejo, Antología personal, 2014, Ed Norte-Sur, México; Las Yeguas y las Rosas, Quito, Ecuador, El Ángel Editor, 2016; La Hora del relámpago, Editorial 3600, La Paz, Bolivia, 2016; Endentro de Mí, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2016; Una rosa en las garras del jaguar, Apócrifa, Villa María, Córdoba 2016; Poemas en la lengua de un sonámbulo, Córdoba, 2016.

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-Poemas La raíz invertida

Publicado el 30 de enero de 2017

Última actualización: 03/11/2021