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Mei Er, República Popular China

Por: Mei Er

Cueva Kárstica Shuanghe

No puedo contarte todos los secretos
Mis secretos siguen creciendo.

                     --- notas previas


I
Las aguas del mar se derraman de nuevo
y llevan todos los deseos fervientes
Desde la punta de la lengua hasta lo profundo del corazón
aquellos seres no son capaces de huir 
Tierra, haz el favor de conservar los cadáveres de los héroes  
insectos, peces e incluso
osos panda y rinocerontes
después de siete millones de años, la gente encontrará sus  fósiles
y los adorará como santos

Se me olvidan una y otra vez el dolor
y las alegrías agudas como la aguja de los segundos

En mi interior se empiezan a comunicarse secretamente 
transmitiendo las señales de fuego de hace siete millones de años 
sigo viviendo
como una leyenda

II
Devoré las llamas
sufriendo el derrumbe 
Ese dolor agudo se llenó de agua

Esa agua es mi sangre clara y profunda
La herida nunca se sana
Las flores calcáreas por todas partes, están creciendo
Ese paisaje de estanques de calcificación, sean grandes o pequeños
son tus eras
En tu mundo ellas florecen y dan frutos igualmente
Tu temperatura es el sol para ellas
Tu mirada, cruzando el tunal de siete millones de años
pone en su cuerpo, llena de cariño y amor

III
Las piedras han sido olvidadas
dentro de las piedras se crece otro tipo de piedras
las piedras se abandonan a sí mismas de otra forma
Piedras se abren y se convierten en flores cristalinas 

De vez en cuando, las piedras se olvidan del mundo externo
tenues como guatas de algodón
como si una ternura ondulante
hubiera cruzado el tiempo duro

Única, pero no solitaria
Mi voz cristalina y resonante nunca se ha representado
el silencio de siete millones de años brilla tanto como el cielo de estrellas
Esperándote, las piedras escatiman las palabras con tesoro


IV
Cuando baja el telón de prosperidad 
se atenúan todas las luces
Mi corazón se queda cubierto por el polvo caído
Las olas agitadas del tiempo pasado han dejado huellas en las piedras
Cuando venía la inundación en la zona montañosa
ni elefantes ni rinocerontes tuvieron tiempo de huir

Una y otra vez, se produjo el leve derrumbe en mi interior
Toqué la cola del dinosaurio
esperando lograr un poco de temperatura
El tiempo suele desatender el canto del árbol y de la lluvia
Ellos cubren mi cuerpo
han sido mi parte inseparable


Los aldeanos con leños en la espalda caminan por mi lomo
Ascienden los humos tenues 
El aroma de las hierbas del atardecer, acompañado de arreboles 
acaricia mi color negro

Dicen que la moneda tiene dos caras
Entre mí y mi parte trasera
¿qué diferencia existe?

 

V
El águila intenta volar en mi corazón 
desciende con una velocidad demasiado fuerte 
Reservo agua con el sol limitado
Los árboles espesos son el horizonte de cielo para los insectos

La catarata cae sin cesar todo el año
es mi sonido de rugir 
Me extiendo todo lo que puedo 
La columna se encuentra llenamente distribuida de heridas
Son mis venas
por las cuales me comunico 
con ustedes, que se reproducen sin cesar

El águila vuela a lo largo del precipicio hacia el cielo 
me deja un corazón capaz de volar en apuros
                  
VI
En tus gestos tal como porcelanas kraak
he leído la nostalgia

La soledad y la furia de siete millones de años 
son los pasos de tu vida pasada
Un óvulo se reproduce en el precipicio profundo
Las piedras y el agua
se han transformado en el peregrinado
tótem

 

Una carta familiar pesada 

 

Les he enviado una casa entera
queridos padres
Aquí se acumulaba mi respiración de cuatro años
se han secado toda la pena y las lágrimas
y he quitado minuciosamente el polvo de melancolía

¿En casa todo se encuentra bien?
Aquella pieza de cielo azul y aquellos chalotes puros detrás de la casa
y el amarillo brillante del lirio de día en verano
Padres, ¿ustedes ya aceptan silenciosamente que yo partí para la lejanía?
Aquella alegría colocada en el campo de judías
El callamiento del padre en aquel campo silencioso de semillas vegetales
Ahora, aparte de esta casa mórbida, ¿qué más tengo?
No soy capaz de cosechar el arcoíris de la ciudad para enviárselo
tampoco puedo agarrar ese ambiente de prosperidad
No he cambiado nada y sigo siendo su hija delgada y delicada
Aquellas fotos que les envié solo se vestían de una chaqueta de ciudad.

¿Siguen brillantes y verdes los curvos tallos de ajos?
¿Se inclinan las plantas llenas de pimentones verdes?
¿El retoño que me preocupa más y que cultivé cuando yo salía
está lleno de flores y hojas verdes?

Mamá
¿has olvidado aquellas discusiones?
Bajo la lámpara de aceite en la que el bajío del río se encontraba contra las altas noches
yo abrazaba la ilusión sin querer oír tus palabras
Yo no podía seguir la vida según la órbita que me dibujabas
tampoco podía volar hacia el cielo del paisaje que me pintabas
Sin embargo, ahora me encuentro agotada en una ciudad lejana
Toda ilusión que tuve se ha difuminado y se ha enfriado
Aquellos motivos que discutí contigo ya pierden sentido
Perdóname, mamá
¿Vas a discutir conmigo de nuevo por esos motivos?

Escondo debajo de las axilas los días mareados y difíciles
empuño en la mano las nubes dolorosas y solitarias
Me haré un árbol para papá y una bandera para mamá
Padres, les he adornado esta casa pequeña
Antes de enviarla
le pinté un nuevo color
querría que ustedes en el campo lejano
se sintieran orgullosos por las plantas sanas en los arreboles al anochecer

Pero ustedes no sabrán
que después de enviar la casa me hundí sola en el frío esa noche
Como una nube que no tenía casa para regresar
me paralicé en el aire de la ciudad.

 

La reina egipcia

 

El ramio que vestías, derrotaba
cientos de miles de soldados y caballos
como la seda del oriente
subvirtió cuánto territorio

 

Tus sombras oscuras de ojo
eran el inmenso territorio
De Roma a Egipto
del Río Nilo al Mar Mediterráneo
Conquistaste una moneda de oro
y la figura en ella.
 
En cuanto a las grandes
almas
y preciosas
espadas
de César a Antonio
todo se derritió en el amor dulce de tus labios
enrollado por tu lengua como una serpiente

Las flores caídas de los héroes
han creado la prosperidad y el sosiego de tu tumba
El amor es
un sueño mezclado con sangre y lágrimas
que ha traspasado las guerras y la muerte
y sobrevive
en tu sonrisa


*

Foto del autor

Mei Er, seudónimo de Gao Shangmei, nació en la ciudad de Huai´an de la provincia de Jiansu (China). Actualmente vive en Beijing y es directora de la revista de poesía Agua de otoño de la provincia de Taiwan. A partir del año 1986, Mei Er empezó a publicar poemas. Sus obras fueron recogidas en varias revistas y colecciones de poemas. Sus poemas están llenos de pasión y fuerza, su esfuerzo y búsqueda le han traído éxitos inesperados. Hasta el momento, ha publicado los libros de poesía El peso de la esponja (2013), Yo y tú (2014). El peso de la esponja logró críticas muy positivas del público. En 2012 Mei Er fue nombrada por la Revista Jóvenes contemporáneos como una de diez poetas jóvenes más reconocidos por los lectores. En 2014 fue seleccionada por la Revista de poetas entre “Diez poetas femeninas”; y la Academia Mundial de Artes y Cultura le otorgó además el título de Doctor en Letras; en 2015, logró el Premio de Creación Poética en el Congreso Mundial de Poetas, que se celebró en la provincia de Taiwan, donde la poeta recibió también, en 2016, la Medalla de Arte y Cultura en la 57ª edición.

Publicado el 13 de marzo de 2017

Última actualización: 27/05/2023