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Bayasgalan Batsuuri

Por: Bayasgalan Batsuuri

VOLVIENDO A CASA

 

Voy camino a mi tierra natal,
donde mis ancestros duermen en sus camas de piedra.
La vida no es algo que marcha según la hemos planeado.
Sin embargo, es una verdad universal el que yo acabara a su sombra.

Oh, ¡la eterna montaña azul en la distancia!
Tú eres el altar que guarda las almas de mis ancestros.
Tu visión gloriosa me muestra el verdadero sentido de la existencia.
¡Vive cada minuto de la vida, pero guarda la muerte dentro de tu cuerpo!

Una montaña es el sepulcro de una infinita cantidad de polvo.
También yo soy el sepulcro de un indefinido segmento de pasado.

 

*


“¡Juguemos a trepar!” pidió él. Acepté.
La escalera del tejado se estiró hasta el cielo.
En mi pobre corazón, osé creer que
podíamos alcanzar las brillantes estrellas allá arriba.

“¡Juguemos a saltar hacia abajo!” pidió él. También acepté.
Tomándonos de las manos temblorosas y contando uno dos tres…
Pero fui tan tonta; al caer,
él no me siguió y, zafando su mano de la mía,
aleteando hacia las nubes, hacia el cielo…, voló lejos de mí.
Le grité, lo llamé por su nombre,
trepé por la escalera, que se extendía al cielo,
pero no logré traerlo de regreso.

Ahora estoy curada, mi corazón herido ha hallado sosiego.
No más gritos amenazando el cielo. Pero,
a veces él viene y se sienta a mi lado arrepentido, y
vacilante susurra “¡juguemos a hacer un lazo!”

 

*


Yo, la mariposa, que no puede alcanzar las flotantes nubes,
aunque tenga dos bellas alas a la espalda,
siempre tengo mis reflexiones acerca de la luz y la oscuridad,
acerca del tiempo, el espacio y toda la angustia del universo,
acerca de las flores que se desvanecen bajo mis alas.

Pero también yo me desvanezco en los crueles vientos de la tierra,
que van pasando desde las preciosas memorias del corazón.
Ahora, añoro la niñita,
que guardaba mis restos descoloridos
entre las páginas de su libro mágico, y
que podía volar, sin alas, sobre las nubes.

 

*


En el camino infinito comenzamos,
gradualmente, se ha apagado tu luz.
El viento que te trajo a mí
ha desfallecido en mi corazón.

Era extraño pensar en ti en la oscuridad,
añorando tus ojos y tu sonrisa tan inconfundibles. 
Me sentía asustada e insegura
de saber que sostenía un alma intangible,
que caminábamos sobre un tronco que se bamboleaba.

Cuando advertí que no éramos capaces de ver nada
que no fuera nuestros propios rostros riendo
en el destello de la luz de cada uno,
se ha apagado tu luz, afortunadamente.

 

*


La hilera de días solitarios de mi vida
pronto será cortada por tu hermoso sonido.
Entonces, dejaré atrás los días de mi inocente juventud
y vendré a tu lado sonriente.

 

He dejado crecer mis cabellos para ti.
Que la cuerda que a ti me ata me detenga, si quisiera alejarme.
He cortado el cordón de mi alma completamente para ti.
Nadie podrá ya más saltar la suiza sobre él.

Ahora, mi último deseo es escuchar la voz inocente
de la niña que canta bajo el aguacero.
Ver todos los deseos que alguna vez atesoré en vano
desperdigarse por tierra como gotas de lluvia.

 

*

 

Bayasgalan Batsuuri nació en Bugat soum, provincia de Gobi-Altay, Mongolia, el 13 de julio de 1986. Es poeta, escritora, traductora literaria y cofundadora de una editorial llamada Tagtaa Publishing LLC. Pertenece también al grupo literario "Blue sense".

Su primer libro de poesía "Lluvia del decimotercer mes" fue publicado en 2009. "Sentido azul. Poemas recogidos", se publicó en 2010, incluyendo poemas de los otros siete miembros del grupo literario "Blue Sense". Desde entonces, ha sido ampliamente antologada. Además de su reconocimiento como poeta, es una de las traductoras literarias más promisorias de su país. Tradujo más de quince libros del inglés al mongol, incluyendo "Nieve" del nobel laureado Orhan Pamuk. En 2017 recibió un importante reconocimiento cultural por parte del gobierno de Mongolia.

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Publicado el 28.05.2018

Última actualización: 07/03/2019