English

Paz Mundial, Paz con la Naturaleza

Por: Akeem Lasisi
Traductor: León Blanco para Prometeo

Especial para Prometeo

Ningún sacrificio puede ser demasiado grande para lograr que el mundo esté en paz. Es en un mundo -ya sea el mundo más grande o el microscópico- donde reine la paz, que las personas pueden vivir en felicidad y realizar sus destinos con plenitud.

Por lo tanto, siempre es bueno ser sensible a las cosas o temas que pueden enriquecer una vecindad y unas relaciones internacionales libres de rencor. Para lograr esto, todos deben comprometer su talento, pasión, conocimiento, experiencia y otros medios. Es en este sentido que me alegra la invitación que me hicieron a ser parte de este Festival de Poesía de Medellín.

Es, quizás por coincidencia, un momento estratégico para reflexionar sobre la paz mundial. La agresión lanzada por Rusia contra Ucrania, está amenazando la cordura global, y hemos visto cómo un giro en cualquier parte del mundo puede desestabilizar el conjunto global. La invasión no sólo ha provocado un volumen creciente de muertes evitables, sino que también ha causado una terrible destrucción de infraestructura. Está desplazando gente, está generando hambre. La guerra está profundizando el abismo entre las potencias mundiales, sembrando así la semilla de más discordia y caos futuro.

Nunca ha sido un mundo completamente pacífico, uno lo sabe. En Afganistán, Libia, Pakistán, Siria, etc., las calamidades no han sido ajenas a la política. En mi país, Nigeria, presenciamos matanzas y destrucción récord en algunas partes, del tipo que no experimentamos durante nuestra Guerra Civil. La insurgencia de Boko Haram, ahora agravada por el terrorismo de ISIS, secuestros y asesinatos rituales, son parte de lo que vive la gente, especialmente en el noreste y el norte central. Pero, por una u otra razón, y tal vez reforzando el argumento de que la paz es relativa, es la guerra entre Rusia y Ucrania la que genera mucha amenaza. Más importante aún, la invasión rusa es actualmente la mayor amenaza para la paz mundial. Es tan aterradora, que algunos temen que se pueda desatar un demonio nuclear, con efectos que podrían ser de una proporción inimaginable. La implicación es que todos los apóstoles de la paz nunca deben ceder. Cada poema, cada estrofa, cada palabra o morfema invertido en predicar la paz vale como el oro.

De otro lado, está la cuestión de la paz con la naturaleza. Aquí también hay un gran desafío: hay una guerra invisible con consecuencias tanto a corto como a largo plazo. En cuanto a la paz con la naturaleza, no se puede decir que sea el mejor momento para la humanidad. Aquí hay un mundo a merced del cambio climático, que está costando enormes recursos, no sólo en términos de dinero sino también de tiempo, salud y la vida misma. Que se ve empeorado por el hecho de que los esfuerzos para detener los factores que contribuyen a la perturbación climática, también enfrentan adversidades en algunos sectores: el político, el económico y el diplomático. Esto, mientras muchos continúan abusando de la naturaleza, contaminando las aguas, quemando los bosques, lanzando sustancias tóxicas a la faz del cielo mientras lo que puede pasar por desastres naturales también contribuye con sus propias cuotas.

En Nigeria, en algunos sectores, se están haciendo esfuerzos para detener el abuso del clima o de la naturaleza, pero la herida parece más profunda que la lana. La pobreza de la mente, de las ideas y del estómago, son parte de las cosas que militan contra el impulso de la regeneración. El analfabetismo es otro factor doloroso, de todos modos, mientras que está el tema dominante de la corrupción. ¿Cómo le pides al comerciante de petróleo que deje de verter petróleo en el delta del Níger, donde los ríos y la tierra mueren día a día? ¿Cómo le pides que lo detenga cuando los reguladores suelen ser cómplices del maldito síndrome? ¿Cómo le pides al pobre aldeano que deje de talar árboles y cortarlos para obtener leña cuando no puede permitirse gas ni petróleo? ¿Cómo salvar al mar de la vergüenza crónica de ser contaminado a montones, cuando no hay facilidades y regulaciones para los desechos? Estos son algunos de los factores que enfrentan al hombre y la naturaleza y es bueno que el Festival de Poesía de Medellín sea sensible a eso.

Es sobre esta base que espero participar en el festival. El mundo necesita paz, la naturaleza necesita y merece paz, aunque sea por nosotros. Es hora de que la poesía hable contra la invasión. Es el tiempo de cantar contra la guerra. Es un momento propicio para expresar la naturaleza y cuidarla sobre el regazo de la musa.


Akeem Lasisi nació en Nigeria en 1967. Reside en Lagos y escribe en inglés y en yoruba. Dos de sus libros de poemas, IREMOJE: Poesía ritual para Ken Saro-Wiwa y Noche de mi vuelo, ganaron las ediciones de 2000 y 2005 del Premio de Poesía CADBURY de la Asociación de Autores Nigerianos. También es autor de: Inglés Opción Correcta (un libro de texto) y La Diosa y Messi (una colección de chistes).

Es editor del periódico en línea Phenomenal.com.ng, tutor de la plataforma Phenomenal English y columnista de THE PUNCH, ha producido seis álbumes de poesía y música: Post Mortem, Ori Agbe, Wonderland (Eleleture), Udeme (Constituency Project ), Comforti y Ada, Ada. También produjo un tributo poético titulado Incluso si el camino al cementerio está cerrado, para la difunta Dra. Stella Adadevoh, la heroína de la lucha contra el ébola en Nigeria.

Los videos de poesía de Lasisi, incluyen Eleleture, Udeme, Ori Agbe para Wole Soyinka, Asabi Alakara, Ma ri Temi Se, The Three Wise Men, Ada, Ada, Ododo Rose, Kisimo y Onorebu. Muchos de ellos aparececen en YouTube, como Akeem Lasisi & the Songbirds. 

Graduado como profesor de lengua inglesa de la Universidad Obafemi Awolowo, Ile-Ife, el poeta tiene una Maestría en Literatura de la Universidad de Lagos. Y enseña Estudios Creativos del Lenguaje en la Primera Universidad Técnica de Ibadan.

Publicado el 29.03.2022

Última actualización: 04/05/2022