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Angélica Hoyos Guzmán, Colombia

Por: Angélica Hoyos Guzmán

Nómada

           Los nómadas no tienen historia 
           sólo tienen geografía.

           Gilles Deleuze

Mi mapa es el Caribe.
Las olas me acunaron, 
las ruinas me hicieron germinar,
la sal reptó en mi cuerpo mientras aprendí el silencio.
Conquisté la sabana con los ojos tristes.
Aullé bajo un trupillo y me hice un padre 
y una madre de turno.
Me conmovieron las flores en los árboles más altos.
Mi madre me llevó a su ciudad.
Recuerdo la arena pegándose al cuerpo,
amarilla la boca cuando reí,
un vestido de lunares coloridos,
el carrusel en el parque,
un largo callar frente a desconocidos.
Nací también en las montañas,
sola caminé entre los prados y humedales fríos;
hablaba sola y con los perros.
De regreso me hice árbol.
Anidé en esta orilla y en esta luz,
escapé y retorné tantas veces 
como marcas de caídas en el cuerpo,
marcas con la rasuradora en las piernas,
marcas en el estómago del hambre y el licor,
marcas de tristeza en los dientes,
marcas en la boca de tanto callar.
No sé cuándo nací exactamente,
sé que pudo ser después y tantas veces.
Mi madre me quiso viva;
un esclavizado la violó,
ahora es blanca y antes ella también fue 
un blanco violador de mujeres, 
un hacendado español.
Sé que mi madre estuvo sola y tuvo un mapa
en donde dibujó temores y puentes.
La herencia con la que nací ha quedado en otros,
dejé los meridianos y los rastros
para no caer en la ilusión de ser alguien.
He nacido a destiempo,
dejo mi nombre en la fila de mármol 
bañada por el rocío y los claveles de la mañana. 

 


El idioma del viento


Es difícil escuchar 
el idioma de los cuerpos.
Si fuerzas el tímpano
se siente la estridencia
de acordeones dañados,
es la música que tensan los colonos,
es el país extraño que trae el turista.

Los animales disuenan
cuando tratan de hablarme.
Llevo el sufrimiento de la vaca
cuando el hombre mastica.
El dolor del caracolí talado,
del alacrán exterminado
a manos de una mujer. 

El lamento del primer hombre 
que asesinó a su hermano.
La historia borrada de los pueblos.

Mi sangre es de Alcatraz,
me poso sobre las aguas del río Buritaca,
anclo en su desembocadura.
Allí escucho el palpitar marino,
la bruma de mariposas saliendo de mi boca.
La vida es mecerse sobre la ola
y esperar el cardumen en la corriente. 

Escucho el idioma del viento;
soy el pájaro, la ola, la bruma, los acordeones: 
la entrega del agua sobre mi cuerpo.

 

Oleaje


No hay motivo
para que las olas
           no dejen sus hondas heridas
           en el agua.
Así se limpia el mar.
           Después de la tormenta
           saca la madera muerta,
renace desde el fondo.

 


Costumbres de país en guerra

Nos quedamos tristes y no pasó nada.
Cada mañana
los zapatos golpean con más fuerza las aceras.
Saludamos cuando hay que saludar,
deseamos buenos días –bien gracias–
nos despedimos.
Llevamos las manos empuñadas,
con caricias rotas
negadas y sin gastar.
Nos condenaron a cargar la rabia al hombro,
ese terrible llanto adentro.
Nos pasaron cosas
entre ellas la tristeza.

 

Herencia

Llevo un país en el agua,
un reino de las nubes,
una nación de los árboles,
una patria de nostalgias.
Este terruño de agua
se parece a los otros,
tiembla cuando caen las piedras.
Se llena de raíces de papel
en las manos de la gente.
Algunos dejan plumas sueltas,
en ese pueblo de aire.


Angélica Hoyos Guzmán nació en Barranquilla, Colombia, en 1982. Estudió Licenciatura en Lenguas Modernas en la Universidad del Magdalena. Se ganó una beca del Seminario Andrés Bello para hacer su maestría en Lingüística Española en el Instituto Caro y Cuervo. También hizo una maestría en Literatura colombiana y latinoamericana en la Universidad del Valle. Es doctora en Literatura Latinoamericana de la Universidad Andina Simón Bolívar en donde realizó la tesis: “Poesía testimonial y sobrevivencia en Colombia: afectos, justicia y memoria del conflicto armado (1980-2019)”. También ha desarrollado proyectos de documentación en diversidad lingüística y cultural en el Caribe Colombiano a través de su participación y liderazgo en la línea de investigación en Oralidades, lenguas y literaturas diversas del Grupo “La Oraloteca” del Programa de Antropología, donde ejerce como docente hace 5 años. Tiene publicado un libro de poemas cuyo título es Hilos sueltos (Madrid, España, 2014).  Ha publicado un proyecto de fotografía y poesía titulado Cosas del Caribe, y ha sido también incluida en varias antologías internacionales de la poesía contemporánea en Colombia y Latinoamérica. Su interés en la difusión cultural la lleva a gestionar programación en varios espacios de la ciudad de Santa Marta. También se ha desempeñado como docente de escritura creativa en narrativa para las comunidades Wiwa, Wayú y Afro en el Caribe colombiano.  Ha sido editora de las revistas culturales Heterotopías y Atarraya Cultural de la Universidad del Magdalena y ha compilado el libro de narrativa escrita por mujeres Virginia & Co (Bogotá, 2019) como parte de la Editorial Lugar Común. En 2019 fue finalista en la VI edición del Premio internacional de literatura “Pilar López Obrador” concedido en Salamanca, España.  En el 2020 publicó su poemario Este permanecer en la tierra en la coedición de New York Poetry Prees-Abisinia Editorial y Escarabajo Editorial. 

Última actualización: 17/05/2022