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Árboles de vida

Por: Pelin Batu
Traductor: Nelson Ríos

Últimamente, las curiosas formas de un árbol me han hecho pensar profundamente en el tema de la interconectividad. El árbol es una higuera africana y su extrañeza ha dejado perplejos durante siglos a botánicos y aficionados por igual. Fructificando abundante y esporádicamente cuatro veces al año, este árbol no tiene reverencia por las estaciones o los ciclos. Llegó a representar el árbol de la vida para los antiguos egipcios y se menciona en la Biblia y las sagradas escrituras. Nacen misteriosamente y viven por siglos, alimentando una amplia variedad de aves, insectos y animales salvajes. De hecho, este árbol proporciona más nutrición a las criaturas de África que cualquier otro árbol. Pero lo que más me interesa es su peculiar relación con cierto tipo de avispa.

El hermoso árbol y la diminuta avispa no podrían ser más distintos. La higuera africana es un gigante elegante que se eleva a grandes alturas, vive por siglos, puede soportar inundaciones y tormentas por igual. Mientras que la avispa puede volar a través del ojo de una aguja, ahogarse en una gota de rocío y vivir sólo unas cuantas horas. No todo puede convertirse en historia de amor, pero esta particular relación simbiótica es ciertamente una historia de atracción de opuestos. Ninguna higuera puede producir frutos y semillas a menos que sean fertilizados por la avispa del higo. El breve ciclo de vida de las avispas, hace pensar que fueron creadas para el beneficio de hacer germinar árboles. Las avispas hembras recién nacidas entran en los higos y ponen huevos en el interior de su cavidad, polinizando así el botón. Una vez que las avispas abandonan el árbol, mueren. Mientras tanto, los higos comienzan a madurar con todos estos huevos adentro. Las avispas macho y las avispas hembra son tan diferentes en forma y silueta, que podrías pensar que son de especies diferentes. Los machos tienen cuchillas para romper los huevos y ayudar a las hembras a salir. Una vez que liberan a sus mujeres, cortan su fruto casero que es el higo, para que las hembras puedan volar y encontrar un árbol con frutos para depositar sus huevos. Esto significa el final de la misión de su vida y sus vidas han llegado a su fin. Mientras tanto, las hembras tienen sólo unas pocas horas para encontrar otros árboles para depositar sus huevos y alcanzar su propia muerte. Algunas vuelan sobre el desierto y la montaña o son transportadas a grandes distancias con la ayuda de los vientos, por ligeras que sean. Y así, esta historia ha continuado hasta el infinito, la historia de árboles gigantes y avispas diminutas.

Por magnífica que sea esta relación simbiótica, puede que no sea de mucho interés para las personas que están en una carrera en curso, la carrera de la supervivencia, consumir y agregar, sin pensar en cuán interconectados estamos todos. Ya sean el higo y la avispa, el lobo y el venado, las abejas, y todo... todos y cada uno de los seres vivos tienen un efecto mutuo, sin importar cuán insignificante pueda parecer la relación. El problema es que nuestros hijos ahora creen que las papas crecen de los árboles, y los peces que alimentamos por su salud tienen más plástico que omega 3, y se ha convertido en un lujo pensar y problematizar estos asuntos. Ahora, las personas pueden acceder fácilmente a la información sobre un barco volcado lleno de refugiados a océanos de distancia o podemos leer sobre niños hambrientos en Yemen, pero ¿esta información ayuda a cambiar el resultado de los eventos o la política de marionetistas tras escena? Sí, es posible que nos conmueva lo suficiente como para donar algo de dinero, compartir el enlace de noticias o firmar una petición particularmente desesperada. Esto puede calmar nuestros nervios y aliviar nuestro sentimiento de culpa hasta la próxima catástrofe global o noticia deprimente. A la mañana siguiente, comienza la carrera. Mi visión pesimista a veces se rompe cuando veo cómo una comunidad protesta, cambia leyes, derriba sistemas y gobiernos corruptos, avergüenza a quienes nos han dado por seguros a nosotros y al mundo... Ahí es cuando me doy cuenta de cómo historias simples como la interdependencia de una avispa y un árbol, pueden ayudar a cambiar la mentalidad de quienes vendrán a revolucionar nuestra forma de vida, si queremos sobrevivir en esta pequeña mancha azul de roca en el universo. Nuestra conexión única con la vida y la naturaleza quizá nos haga darnos cuenta de que no podemos esperar sobrevivir como especie, si no permitimos que las demás prosperen y sobrevivan.

Los científicos plantean que el final de la vida ha llegado de muchas formas con la ayuda de meteoritos, volcanes y drásticos cambios climáticos. Ahora declaran que el primer apocalipsis creado por el hombre es intrínseco. Nunca habíamos estado tan cómodos, la vida había sido durante siglos corta, brutal y ardua. Pero esta comodidad nos hizo aún más irresponsables y ciegos. La relación enfermiza entre los consorcios capitalistas y los gobiernos, los medios y la sociedad por igual, nos convirtió a todos en diferentes versiones de tres micos que juegan a ser sordos, mudos o tontos. Y siendo todo eso, puede que no sea tan malo para muchos después de todo, siempre y cuando tengas una hogaza de pan y un vaso de agua, alguna forma de entretenimiento y sueños que albergar de vez en cuando.

Se está poniendo difícil. Y es probable que se ponga más difícil. Y a veces me pregunto si sería tan malo que el homo sapiens fuera erradicado de la faz de la tierra. Pero luego leo un poema. Y las primeras notas de una sinfonía se abren como las joyas de un granado. La belleza de la bondad limpia mi corazón. Entonces quiero que nos quedemos aquí, en nuestro pequeño cielo vuelto un infierno gracias a nuestra codicia y orgullo sin fin. Y digo, puede cambiar, todo puede llegar a cambiar si llegamos a aprender cuán hermosamente respetuosa es cada criatura con la otra, como lo son todas las demás, árboles y hongos, bestias y presas. Tenemos que recordar los mitos de los grandes árboles de la vida, cuán profundas son las raíces que acarician la historia y el cielo. Quizá esta memoria antediluviana nos recuerde que una vez que respetemos los principios básicos de la coexistencia, entonces podremos tener la esperanza de salvar el planeta. Creo, quizá ingenuamente, que las historias simples y el compartir verdadero y sincero de tal conocimiento, allanarán el camino para una lectura más decisiva de la vida. Así que multipliquemos y difundamos la historia de cómo somos uno y todos, todos y uno. Tan fácil como puede ser olvidar, uno también puede recordar.


Pelin Batu nació en 1978. Estudió teatro y literatura en la Universidad de Nueva York. Recibió su licenciatura en historia y su maestría en lenguas y literatura occidentales de la Universidad del Bósforo. Actualmente es candidata a doctorado en literatura en la Universidad del Bósforo. Ha tenido una serie de actuaciones notables en teatro y cine. Ha protagonizado películas como Harem Suare de Ferzan Özpetek y Hayal Kurma Oyunları de Yavuz Özkan. Ha publicado dos obras de poesía. Su primer libro Cristal fue publicado por Yapı Kredi en 2003 y su segundo libro El libro de los vientos por Artshop en 2009. Su libro de pinturas y letras Resim Defteri fue seguido por el último libro de poesía, El diván de las cosas perdidas, publicado por Everest Publishing en 2015. Su edición recopilada de poesía publicada previamente en varias revistas literarias bajo el título de Labirentine y sus poemas mitológicos Todo comenzó con una historia fueron publicados por la editorial más antigua İnkilap Yayınları, en 2018. Presentó un programa de historia en vivo con Murat Bardakçı y Erhan Afyouncu en Habertürk; e hizo su propio programa en vivo sobre la reconciliación histórica durante dos años. También hizo un programa de viajes centrado en sitios arqueológicos y temas ambientalistas llamado "Memkleket Hikayeleri". Pelin Batu es una activista política y ambiental. Ha dado numerosas conferencias en toda la Anatolia rural con la ONG Toplum Gönüllüleri. Actualmente vive en Estambul.

Publicado el 7.03.2022

Última actualización: 04/05/2022