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¿Cómo pueden los humanos reconciliarse con la naturaleza?

Por: Sue Zhu
Traductor: Arturo Fuentes para Prometeo

El mundo es una constitución ecológica integral, formada por la interacción de humanos, animales, plantas y microorganismos. La naturaleza proporciona a los seres humanos recursos para vivir, haciendo posible la sostenibilidad de la sociedad humana. Sin embargo, después de la Revolución Industrial, a medida que nuestra vida material se hizo próspera, las actividades humanas han provocado un daño creciente al medio ambiente natural, especialmente con la intensificación de actividades económicas basadas en combustibles fósiles, el avance de la globalización y el crecimiento desenfrenado de los deseos materiales humanos. Problemas tales como la expansión de los deseos humanos, el calentamiento global, la acidificación del agua del mar, el drenaje de humedales, las inundaciones, etc. han ido surgiendo gradualmente. El coronavirus, que comenzó hace dos años y que este año evolucionó a Delta y ahora a Ómicron, se ha extendido a un ritmo tan veloz, que es aún más impactante para nosotros. La campana de alarma ha sonado, enfrentándonos a la venganza de la naturaleza, y reconciliarse con ella lo más pronto posible es apremiante.

¿Cómo reconciliarnos con la naturaleza? Considero que además del uso correcto de la ciencia y la tecnología para elegir racionalmente los recursos naturales, algunas ideas religiosas y filosóficas deben ser respetadas y seguidas cuando nuestra generación e incluso las siguientes generaciones actúen, porque estas ideas y creencias nos guiarán para enfrentar la naturaleza con verdaderas emociones de forma voluntaria y desinteresada. Acercarse a la naturaleza, tomando sus recursos y devolviéndole sus cosas, para que la naturaleza se desarrolle en un círculo virtuoso. El requisito previo para la reconciliación es conocer la relación entre naturaleza y ser humano, que se explica de forma convincente en la mayoría de los pensamientos religiosos y filosóficos.

La Biblia dice que Dios creó a los seres humanos después de crear los cielos y la tierra, el sol y la luna, los animales y las plantas. El padre del taoísmo, Lao Tse, cree que “El Tao es el flujo del Universo, transforma todas las cosas y mantiene el Universo equilibrado y ordenado”. Confucio dijo que “todas las cosas nacen en la naturaleza”, y el filósofo materialista Wang Chong, de la dinastía Han del Oriente, dijo que “todas las cosas nacen con el mismo espíritu”. Estas explicaciones señalan que el ser humano y la naturaleza provienen del mismo origen, tienen el mismo estatus, independientemente de sus pros y sus contras, y tienen el valor de su existencia independiente. Cualquier pequeña acción humana afectará todo el cuerpo de la naturaleza, incidirá sobre el entorno ecológico completo.

En la cultura china antigua, hay una visión simple de la naturaleza, “la unidad del ser humano y la naturaleza”, que cree que la formación natural es un asunto natural con su propio proceso evolutivo. Lao Tse dijo: “El Tao da a luz al uno, del uno nace el dos, del dos nace el tres y el tres da a luz a todas las cosas universales”. Está registrado en el prefacio del Libro de los Cambios, “después del cielo y la tierra, nada está fuera de ellos”. La carne humana y la vida no son poseídas por los humanos, sino por la convergencia del espíritu del cielo y la tierra. Los seres humanos sobreviven gracias a su alimentación. Por lo tanto, deben “ajustarse a las virtudes del cielo y la tierra, su claridad y sabiduría deben ajustarse a la luminosidad del sol y la luna, el tiempo humano se ajusta al orden de las cuatro estaciones”, como toda la existencia de la vida en la naturaleza, contiene los cuatro grandes “Tao, Cielo, Tierra e Interacción Humana”. Los humanos no son superiores a los otros tres. Los humanos obtienen materiales vivos de la naturaleza para mantener la vida y al mismo tiempo transforman la naturaleza para hacerla más acorde a las necesidades de la existencia humana. El ser humano es parte de la naturaleza. La naturaleza es también parte indispensable del ser humano. Ambos me tienen a mí en ti y a ti en mí. La relación entre el ser humano y la naturaleza no es una oposición binaria, sino una Homogeneidad.

El confucianismo chino cree que el cielo y la tierra son las dos fuerzas fundamentales para todos los procesos creativos y cambios naturales, y que también son el origen del ser humano y de todas las cosas. Lo necesario para sustentar la vida lo da la naturaleza. El ser humano debe ajustarse al orden de los cambios de estación y obedecer las leyes de la naturaleza. “Nacidos de la naturaleza, nutridos por la tierra, luego la tierra es nutrida por los humanos, esta es la circulación correcta”. Esta doctrina une al ser humano con la naturaleza y no se puede separar.

Los cristianos creen en lo que dice la Biblia, que los humanos fueron creados por Dios a su propia imagen y están estrechamente relacionados con otras criaturas y la naturaleza, pero que también son diferentes. Pablo nos advierte que “todas las cosas creadas por Dios son buenas. Dios, el hombre y todas las cosas están en una relación armoniosa, y la tierra y sus recursos pertenecen a Dios (Salmo: 24:1)”. Pero la Biblia también señala que los seres humanos son diferentes de todas las cosas, se les da un estatus y un valor especial. “Tienes que multiplicarte en generaciones. Todas las bestias de la tierra y los pájaros del cielo, todos los insectos y los peces del mar te temerán, bajo el control de tus manos”, lo que señala las responsabilidades de la gente con la naturaleza.

Cuando el hinduismo afirmó la integralidad y el valor independiente de la naturaleza, se opuso a la separación de lo humano de la naturaleza y señaló que los humanos dependen del nivel espiritual de la naturaleza. Se cree que la naturaleza no existe con el propósito de servir sólo a los humanos, pero es la evidencia de que podemos ver la ubicuidad del Creador a través de sus elementos, “Soy el sabor del agua, el brillo del sol y la luna, el sonido del aire, la suave fragancia de la tierra y el olor de las llamas”. Bhagavad Gita (7: 8-9), Los seres humanos sólo pueden obtener felicidad del bienestar de todas las cosas, y así obtener apoyo y consuelo espiritual.

En la cosmología del nativo americano Lenape, la relación entre el ser humano y la naturaleza es la tolerancia. La tierra, el agua, la luz del sol, no pueden ser propiedad privada, y la tierra es “nuestra madre”. En las escrituras bahá'ís, el mundo natural se define como el reflejo de los dioses, “todas las cosas del mundo natural dependen unas de otras, avanzan juntas hacia la belleza, y la evolución perfecta es muy importante”. La vida interior humana da forma al medio ambiente y, al mismo tiempo, se ve profundamente afectada por el medio ambiente. La naturaleza nutre nuestras vidas y acepta nuestras muertes. Naturaleza y ser humano son en realidad un mismo cuerpo, repitiéndose sin cesar.

En el sintoísmo japonés, se señala que “Dios, el ser humano y la naturaleza no están aislados y sin relación, sino en una relación padre-hijo o en una relación de compatriota que emplea la vida como un medio”. Dios, ser humano y naturaleza tienen una relación armoniosa e integrada. Los tres son los elementos indispensables que componen un mismo mundo.

Además, el islam, el judaísmo, el sijismo y otras creencias religiosas tienen la misma identificación con la relación antes mencionada entre el hombre y la naturaleza y su similitud. En Nueva Zelanda, el dicho de que “los humanos no son dueños de la tierra, la tierra no les pertenece, sino que los humanos pertenecen a la tierra”, se originó a partir de la expresión emocional de los indígenas maoríes que temen y aman la naturaleza. Ahora, esto se ha convertido en una herencia cultural de Nueva Zelanda. Además de estos aspectos religiosos, la investigación científica ya ha señalado que los elementos más básicos que sustentan la vida humana: el aire, el agua y los alimentos provienen todos de la naturaleza.

Ahora que conocemos la relación homogénea entre el ser humano y la naturaleza y la importancia de la naturaleza para nuestra existencia humana, ¿cuál es la razón de que haya más y más actividades descontroladas relacionadas con la humanidad, que abruman a la tierra cada vez más? Es del despertar de la naturaleza humana, del desarrollo más a fondo a pesar de los defectos inherentes a la naturaleza humana -la búsqueda y satisfacción de sentimientos individuales y deseos humanos-, así como del cultivo de la educación moral y las habilidades espirituales, de lo que gradualmente hemos carecido. 

La Biblia dice que los seres humanos se componen de tres partes: espíritu, alma y cuerpo, y el espíritu es la diferencia fundamental con los animales. Los avances científicos resuelven continuamente las necesidades de nuestro cuerpo, enriqueciendo y cambiando el mundo material de la humanidad. Las búsquedas y creencias espirituales que los seres humanos desprecian cada vez más, así como el conflicto entre el cuerpo y el alma, son las causas fundamentales de la actual crisis ecológica mundial. La demanda desenfrenada por la naturaleza, la competencia entre personas y la guerra entre naciones por obtener recursos, que llevó al desarrollo y escalada de crímenes, ha devastado la naturaleza, amenazando directamente nuestro entorno de vida. La reconciliación con la naturaleza lo antes posible es la única forma de que la humanidad sobreviva y continúe.

Entonces, ¿qué acciones debería emprender el ser humano para reconciliarse con la naturaleza? A partir de la sabiduría ecológica y la orientación de valores de la cultura tradicional china, y de la relación contractual entre humanos y dioses en el cristianismo, la respuesta se puede encontrar directamente, es decir, el ser humano debe fortalecer la formación moral y mejorar la capacidad espiritual a través del estudio del pensamiento filosófico y las creencias religiosas.

El “Génesis” señala que el ser humano tiene la función de “administrar” todas las cosas, pero no dice que el hombre sea el amo de la naturaleza, y su estatus puede anular otras cosas. En lugar de ello, tenemos que cuidar la naturaleza, mantenerla como Edén. La razón por la que Dios nos bendijo en el séptimo día como día de reposo es que debemos ejercer moderación en el uso de la naturaleza a través del descanso, permitir que se recupere y regenere, y dejar que proceda de acuerdo con su propia rutina para mantener el equilibrio general del ecosistema. La Biblia expresa el pacto de arcoíris entre Dios y la humanidad, el pacto de la circuncisión, etc. Si la relación entre el hombre y Dios es una relación contractual, entonces también hay una relación contractual entre la naturaleza y el ser humano. Este tipo de espíritu, el sentido intercambiable, es lo que la naturaleza nos proporciona para sobrevivir. Retribuimos a la naturaleza cuidándola, para obtener más recompensas de ella, y ese círculo virtuoso continúa.

La filosofía confuciana define al ser humano como la cabeza de todas las cosas, ya que puede cultivar conscientemente las virtudes de la conciencia, la capacidad y la sabiduría para actuar de acuerdo con la etiqueta. “El libro de la universalidad” dice que “los seres humanos nacen con benevolencia, la benevolencia otorgada por Dios”. La esencia de la benevolencia es el amor, “conocer a los parientes y personas benévolas y amar las cosas”, las cosas, incluidas las de todo tipo, que pueden ser tan pequeñas como la arena y tan livianas como el polvo, debemos cultivar la compasión, la compasión por ellas, y no debemos privar a otras vidas del derecho a vivir y del espacio por ninguna razón.

La “reverencia al cielo y la tierra” es una de las ideas centrales de la religión confuciana, que nos enseña a estar llenos de gratitud y retribuir naturaleza a la naturaleza. El ser humano no puede hacer nada sin la naturaleza, pero la naturaleza puede durar toda la vida sin ser humano alguno. Además, la naturaleza no es completamente conocida por nosotros. En el mundo natural, el cielo, es decir, el camino del cielo y la virtud de la naturaleza, la tierra es el nacimiento de todas las cosas. El cielo tiene un papel dominante, y excede nuestro conocimiento actual, que es la existencia de la llamada divinidad. Lo que debemos hacer es la “inacción” que propugna el taoísmo, es decir, las personas deben amoldarse a la naturaleza, dejar que todo crezca a su manera, no intervenir violentamente, no imponer su propia voluntad a la naturaleza, ni hacer cosas que violen la naturaleza. 

Los deseos minimalistas y el básico estilo de vida que propugna el taoísmo nos permitirán minimizar las necesidades no básicas, abogar por una vida sencilla y reducir el deseo de perseguir cosas materiales. Es el llamado “camino a la sencillez”, donde fama y riqueza entran en conflicto con la justicia natural y la moralidad. Sabemos que lo antiguo amerita justicia. Este estilo de vida, similar a la abstinencia, reducirá el daño excesivo a la tierra.

La filosofía taoísta del equilibrio entre el Yin y el Yang, parece ser capaz de explicar la razón de la intensificación de los desastres y los desastres provocados por el hombre en la actualidad. La tierra es Yin y el cielo es Yang, Yin y Yang interactúan entre sí, se restringen entre sí también para mantener el equilibrio, la explotación excesiva de la energía subterránea y la reducción de la tierra cultivada. Cuando la presión del Yang es mayor que la del Yin, el equilibrio se rompe. El desequilibrio entre el cielo y la tierra rompe el equilibrio entre humanos, animales y plantas, y las consecuencias del desequilibrio son el calentamiento global y la propagación de virus.

Los valores taoístas de la simbiosis entre todas las cosas instan a todos, desde la gente hasta el gobierno, a tratar bien a la naturaleza, considerando que el crecimiento abundante de todas las cosas en el mundo es el verdadero tesoro para todos nosotros; si no, será el declive del país y el fracaso de la gente. La abundancia natural se considera algo a celebrarse, para que podamos reintegrarnos a su ritmo natural.

Muchos estudios han demostrado que en las áreas donde la gente sigue el taoísmo, la protección de la vegetación forestal es mucho mejor que en las áreas sin taoísmo. El pensamiento taoísta nos ha dado muy buena iluminación: si todo el mundo se convierte en defensor de la naturaleza, se disciplina estrictamente y trata todo con tolerancia, entonces naturalmente nos dará la mano para ser amigos. Un erudito dijo una vez que “usar la pura racionalidad para comprender la naturaleza es incompleto”. Heidegger también advirtió a la humanidad que “el verdadero significado de la salvación es poner algo libre en su esencia. Salvar la tierra no se trata de dominarla y conquistarla. Dominar y conquistar son un paso más hacia la extracción insaciable”. Pero cuando los seres humanos se consideren realmente a sí mismos como parte de la naturaleza, producirán voluntariamente un gran sentido de responsabilidad y emociones sinceras, tratarán la naturaleza como si apreciaran a sus padres y a los demás, la comprenderán, se ajustarán a ella y dejarán de seguirla afectando a través de consideraciones pragmáticas o políticas. Lograr la reconciliación entre el ser humano y la naturaleza e integrarse significa que la humanidad no será abandonada por la naturaleza y las vidas pueden seguir transcurriendo de generación en generación. Para lograr esto, además del uso positivo de la tecnología avanzada, creo que la guía de la religión y el pensamiento filosófico juega un papel fundamental, y el pensamiento taoísta es la máxima prioridad.


Sue Zhu, ex presentadora de televisión y editora en China, que ahora vive en Auckland, es poeta, artista y organizadora de intercambios culturales internacionales de Nueva Zelanda. Comenzó a publicar ensayos en 1995 y ha publicado tres libros educativos para niños, la traducción de una historia y una colección de poesía. Sus poemas se han traducido al inglés, polaco, vietnamita, italiano, macedonio y otros idiomas y se han publicado en muchos condados.

Ganó el premio literario Naji Naaman, Mención del 36° Premio Mundial de Poesía Nosside (UNESCO), Premio Poiesis a la Excelencia en Poesía en el Concurso Internacional del Premio Rabindranath Tagore, Premio Literario Italiano Il Meleto di Guido Gozzano (2020, 2021), Premio del concurso de poesía “Monkey King Cup” de China, premio del concurso internacional de poemas cortos de China y algunos otros premios de literatura en Bangladesh, Nueva Zelanda y Rumania.

Fue nominada al premio Pushcart en 2020. Ha sido invitada a participar en muchos festivales de poesía y literatura en México, Canadá, India, Macedonia y otros países.

Última actualización: 04/05/2022