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Lindolf Bell (Brasil)

Fotografía tomada de la web de Templo Cultural Delfos

Por: Lindolf Bell

BUSCO LA PALABRA PALABRA

 

No es la palabra fácil
la que busco.
Ni la difícil sentencia,
aquella de la muerte,
la de la fértil y definitiva soledad.
La que antecede a este camino siempre rápido.
Donde me deslizo, me deletreo
en fantasías de pájaro, hombre, serpiente. 

Busco la palabra fósil.
La palabra antes de la palabra. 

Busco la palabra palabra.
Esta que me antecede
Y se antecede en la aurora
Y en el origen del hombre.

Busco dibujos
dentro de la palabra.
Sonoros dibujos, táctiles,
olores, desencantos y sombras.
Olvidados trazos. Lazos.
Escritos, encantos re-escritos.
En el área de los atritos.

         De los detritos.
En ritos ardientes de la carne
Y ritmos del verbo.
En callejones metafísicos sin salida.

Señales, vendavales, silencios.
En la palabra fermentan restos, rastros de animales,
Minerales de la insensatez.
Distancias, circunstancias, sollozos,
destierro.

Palabras son de seda, acero.
Ceniza donde hago poemas, me rehago.

Utilizo  raciocinio.
Busco en la razón.
Pero lo que se revela, arcaico, pungente,
eterno y para siempre, vivo,
viene del buril del corazón

 

 

RECÓNDITO IMPULSO
 

Voy madurando
en la palabra
que madura.
Entre fibras, sangre, deseo
que entumece.
En el amor
donde crezco, me acreciento:
he aquí la mies.
 

Nivelar
es tajar la libertad.
Y vivir es un largo camino,
es recóndita voluntad
dicha y no dicha:
                   vocablo,
                   coágulo.

Madurar.
         Lúcido,
         lúdico.

En la maravilla,
En la maravilla.

Madurar en la médula
         la médula amada.
         La amarga médula, amada.
Madurar la médula armada
del tiempo espléndido de la alegría.
Pero también del tiempo de la amargura
que destroza
                   y desconfía.
 

Madurar.
La áspera y roja protuberancia.
La tierna manzana
de recóndito impulso.
 

 

LA PALABRA DESTINO
 

Dejad venir a mí
la palabra destino.

Mañana de sorpresas, lascivia y yema.
Acaso felices, deslices.
Huevo dentro del ave dentro del huevo
Palabra hoja y flor.

Dejad venir a mí la palabra
y sus versos, reversos:
         metamorfosis,
         metaformosa.

Dejad venir a mí
la palabra pan-de-consuelo.
Libre de ataduras, vendajes,
choques eléctricos
y sutiles servilletas de la muerte
después de gorjeos en seco engullidos a golpes.

Dejad venir a mí
la palabra entumecida por el deseo.
La palabra en alborozo sutil, ardid
y ave en el follaje de la memoria.
La palabra estremecida entre la palabra.
La palabra dentro del sonido
pero dentro del silencio del sonido.

Dejad venir a mí
la palabra de hombre y hombre.
Y la palabra entre el hombre
y su corazón puesto a prueba
en la libertad de la palabra corazón.

Dejad venir a mí
la palabra destino.

 

Poema

El pájaro
conoce el horizonte.
La redondez
de la tierra.
Y la primavera que anuncia
en el canto solitario.
Y en la espera.

El pájaro no sabe
que yo sé, solitario,
detrás de la vidriera
estas cosas que él sabe.

Mas el pájaro
sabe de cosas
que nunca sabré
detrás de las vidrieras.

Poemas tomados de la web de Antonio Miranda.



Lindolf Bell (1938—1998) Publicómás de los libros de poemas: Os Póstumos e as Profecias, 1962; Os Ciclos. (Duas edições: 1963 e 1964), 1963; Convocação, 1965; Curta Primavera (Narrativa Lírica);  A Tarefa, 1966; Antologia Poética de Lindolf Bell, 1967; Catequese Poética Antologia, 1968; As Annamárias, 1971; Incorporação, 1974; As Vivências Elementares, 1980; O Código das Águas, 1984; Setenário, 1985; Texto e Imagem, 1987; Iconographia, 1993; Pré-textos para um fio de esperança, 1994; Requiem, 1994. En su país, donde ha trabajado con persistencia por la difusión masiva de la poesía, Lindolf Bell mereció varios premios de poesía.

Última actualización: 05/11/2021