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Gabriel Jaime Caro, Colombia

Por: Gabriel Jaime Caro

Del libro "La tarea de soñar"

Visión una

¿Para que otra cosa más servirán nuestras pisadas?
"Las pisadas del hombre honrado hablan", decía Nietzsche.
Las huellas amadas y perseguidas del pasado pasionario.

En el desierto donde nace la agonía, en su plaza más
Antigua; como decía Bertolucci a la corresponsal.

The Sheltering Sky, un té en el Sahara, el cielo
Protector, de Paul Bowles.

Un ahorro potencial, una comunicación con el mal entre
Hombres de cámara. Si, lo extraño es el arte negativo,
Allí donde la energía es el color oscuro del sol.

Todos ríen, nada más placentero que la confusión gratuíta
de los dioses en el hueco de la mujer amada.

A nadie se le ocurrirá decir que las dunas son hermosas,
Después de la pérdida del ser amado,
Sólo Dios condescenderá.

 

Donde habitó el amor


Hay una bicicleta traviesa,
un jardín de pájaros gigantes.
                       Un lago en tu vientre cestón.
—Rosado de amistad, antiguo alambique—
¿Qué más?
                       Salvedades.

 

Belleza de medias blancas


A Jorge Mario Mejía T.

A quién creerle.

El espíritu joven de la música
                            en un país valiente.
Siempre pensando en las flautas, una era
amorosa cada que se puede, ese otro viento.
Cada mente en blanco, es posible para un vidente.
Los harapos de la iconoclastia.
Porque no es posible la muerte del amor,
la dispersión total del espíritu agorero.
He visto trenes desfondados,
                                    al decir de la madre locura.
Pero el amor a primera vista es nuestra dicha.

 

 

Dolores del Río y Sarita


Dolores del Río y Sarita
tenían cada una un millón de dólares
en 1957.
Mientras mi padre pensaba
alimentarnos con amor.

 

 

 

Abismo de Lila


Para Ricardo L. Peña Villa

Es fácil detenerse en el Lower East Side,
y más concretamente en Loisaida, la oveja negra
de Manhattan, en donde han muerto tantos amigos
a causa del desenfreno, de vivir la Gomorra con libertad.
Mejor dicho, olvidándose de todos y de sí mismos.

Todos llegan por el desarraigo
a la búsqueda de un ser sobrenatural
(Deus ex machina), que bendiga su nomadismo.

Desde allí se ven los rascacielos detestables, orgullo
del diseño y de la fotografía.
…Y si me quito los lentes, estoy en otro lugar.
Solo mueve el reato, la muchedumbre
del cuarto escénico.

1999

 

La poesía


Uno

Es la brujería de estos años de lucha libre.
El río que invita al baño.
La senda cerrada de los Montes Apalaches.
Todas las formas de paseo.
El problema fijo: el vacío de la humanidad
en primera plana.
La cabeza del engendrador, el último
en la proyección de los sentidos participantes.

Dos

El venado muerto en la carretera.
La debilidad del zorro ante el gesto del que ya
es máscara suficiente.
Paisaje de la trampa, donde mueren
los protagonistas divinos.
Secreto hablado del corazón musical.
De mejorar la vida, con la copa del gozo,
Como señal del sacrificio.


Gabriel Jaime Caro (Gajaka) (Medellín, 1949) es un poeta, editor, cronista de cine y pintor, cofundador de diferentes revistas literarias como Siglótica, Cine y debates, Realidad Aparte y Crucimes in Usa. Ha publicado los libros: Ventiún poemas (1983), El libro de los seres inútiles (1990), y El eco de este ardid (1999); La risa de Demóstenes, rara II. Editorial Palabra viva, Medellín, 2009; La risa de Demóstenes, rara, III. Colección poética Sorstalantág (Ausencia del destino), Medellín, 2017; La muerte es ese ballet. Poesía y ensayo. Editorial Amargord, España, 2021.

Última actualización: 23/11/2021