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La poesía actúa

I

La poesía es “rara”: para empezar, sucede, aparece, se impone; es y está. 

Para hacer presencia, actúa, y no hay nada que la detenga. Aunque tenga que hacerlo con preguntas. 

Donde se la espera aparece; pero sobre todo donde no se la espera. 

Es como el aire: ¿quién le da una orden al viento? 

El aire que hoy nos acaricia dulce estará mañana en praderas de Mongolia o en desolados desiertos de Sudán; ayer tocó las mejillas de una niña en Valparaíso; mañana, ese mismo viento tocará las piernas de un millonario moribundo en una clínica de San Francisco o París. Generosos demócratas, el viento y la poesía. 

Y la luz: ¿a quién codicia, la luz? Tampoco la luz pregunta: hace, actúa, es y está. La luz, el viento y la poesía vencen. No son como la justicia: ella no ha vencido, aun. Pero tiene vocación de viento. 

Pruebas al canto: La poesía existe todavía en un tiempo en el que el crimen, no la muerte, parece haber delimitado muy bien su territorio: el lastimoso territorio de la ganancia. La ganancia es un crimen, claro, y lo es sobre todo porque no consulta ni el alma del hombre ni la de la naturaleza; y porque vive de sí misma. Y de los pobres. 

Cuando la muerte viene, viene llena de vida. El crimen no: y hoy tiene nombres: neoliberalismo, le dicen; globalización, también. Cosas así. La verdad es que este mundo es y ha sido terriblemente injusto: quizás todo lo bueno que hoy tenemos haya sido conquistado por pueblos que han dicho ¡ya no más!: y entonces un nuevo sentido de la justicia aparece. Y otro aparecerá, sin duda alguna. 

Colombia no tiene una guerra de cuarenta y tantos años: Colombia tiene una guerra sin fecha precisa de inicio, y ya ni sabemos cuánto tiempo llevamos tratando de acabarnos a nosotros mismos. Tampoco tiene fecha de finalización, pues no es otra que la realización de la justicia: única tarea interminable que merece la pena emprender. 

Para esa tarea interminable está, también, la poesía. Sobre todo ella, tan sin voluntad de ganancia; tan pendiente siempre, como el viento y la luz, de ser; y de ser para todos.

“Pensamiento desinteresado”, dijo Saint John Perse que era la poesía. Sí: pero sólo en el sentido en que no espera recompensa alguna. Nada más interesado que la poesía: demócrata invasiva, como el viento y la luz, que no preguntan, sino que son y están, enteras y generosas, para todos. 

 

II

Colombia es un país atípico. O enfermo: capaz de cambiar su constitución sólo para que reine, por cuatro años más, una vocación de muerte. Pareciera que no nos cansara la guerra, o que creyéramos que ese es nuestro estado natural. Ahora, por ejemplo, se la combate con más guerra, con el argumento criminal y peregrino de que no hay conflicto social ni armado sino, simple y llanamente, terrorismo. La poesía es la salud trascendental.

Pero es un país atípico también por su amor por la poesía. El Festival Internacional de Poesía de Medellín es sólo una de las pruebas de ese amor. (Y prueba también de que la situación colombiana debe, puede y tiene que hallar una solución distinta a la de la guerra). 

Entre el 24 de junio y el 2 de julio de 2006, 80 poetas de 60 países se darán cita, con cerca de ciento cincuenta mil personas, en Medellín y otras 10 ciudades colombianas, “en la que es quizás la fiesta poética más grande del mundo”, como afirmara el poeta argentino Rodolfo Alonso.

Los poetas que hasta el momento, han confirmado su asistencia al XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín son: Mario Bellizzi (Albania-Italia), Fabián Casas (Argentina), Huda Al Daghfaq (Arabia Saudita), Ramiz Rovshan (Azerbaiján), Marion Bethel (Bahamas), Stefaan Van den Bremt (Bélgica), Lucila Nogueira (Brasil), José Luis Hopffer (Cabo Verde), Marcel Kemadjou Njanke (Camerún), Al Hunter (Nación Anashinaabe, Canadá), Jaime Luis Huenún (Nación Mapuche, Chile), Álvaro Miranda, Armando Orozco, Ricardo Cuéllar, Mery Yolanda Sánchez, José Ramón Mercado, Felipe Agudelo, Víctor López Rache, Darío Villegas, Orlando López, Ángela Tello, Catalina González (Colombia), Osvaldo Sauma (Costa Rica), Víctor Casaus (Cuba), Iván Oñate (Ecuador), Ahmed Al-Shahawi (Egipto), Dhabiya Khamis (Emiratos Árabes Unidos), Nora Méndez (El Salvador), Antonio Porpetta, Guadalupe Grande (España), Quincy Troupe (Estados Unidos), Michel Deguy (Francia), Lenrie Peters (Gambia), Merle Collins (Granada), Rosa María Chávez (Guatemala), John Agard, Grace Nichols (Guyana), Spiros Vergos (Grecia), Muhsin al-Ramli (Irak), Naim Araidi (Israel), Franco Buffoni (Italia), Linton Kwesi Johnson (Jamaica), Mohammed Al-Nabhan (Kuwait), David Rubadiri (Malawi), Diallo Fatoumata (Mali), Jorge Miguel Cocom Pech (Nación Maya, México), Macario Matus (Nación Zapoteca, México), Gioconda Belli (Nicaragua), Adamou Idé (Niger), Toyin Adewale-Gabriel (Nigeria), Michael Harlow (Nueva Zelanda), Hans C. ten Berge, Hans van de Waarsenburg (Países Bajos), Odi Gonzáles (Nación Quechua, Perú), Soad Al-Kawuari (Qatar), Amadou Lamine Sall (Senegal), Vince Fasciani (Suiza), Cynthia James (Trinidad y Tobago), Eduardo Espina (Uruguay), Ramón Palomares, Néstor Francia (Venezuela). 

Al evento asistirá como invitada especial Jean Chaplin, hija del inolvidable Charles Chaplin, quien dará una conferencia sobre la poesía en el cine de Charles Chaplin, programada por la X Escuela Internacional de Poesía de Medellín.

Los poetas de quienes se espera aún confirmación son: Monique Ilboudo (Burkina Faso), Margaret Atwood (Canadá), Olzhas Suleimenov (Kazajstán), Bassam Hajjar (Líbano), Tahar Ben Jelloun (Marruecos), Mahmud Darwish (Palestina), Kendel Hippolyte (Santa Lucía). Al encuentro asistirán además los poetas ganadores del I Premio Internacional de Poesía Ciudad de Medellín para libros publicados en lengua castellana, el V Premio Latinoamericano de Poesía Ciudad de Medellín para libros inéditos, el I Premio de Estímulo a la Joven Poesía Colombiana y el poeta ganador del premio convocado conjuntamente con la Revista Gaceta de Cuba. 

Última actualización: 09/05/2020