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Recuento de una batalla espiritual

Cuando el espíritu humano es minado por el fuego cruzado de la muerte, la poesía lo revive. Desde los albores de la humanidad la poesía fue congregación, celebración de la existencia, iniciación en los misterios y dulce transmisión del conocimiento. Los humanos descubrieron así las potencias de su espíritu, su capacidad creadora y el poder transformador del lenguaje. La esencia humana está encarnada en su condición dialogante y en su intercambio simbólico, que desarrolla una singular conciencia y valoración de la existencia.

Por la poesía el ser puede conjurar las pulsiones de muerte y acceder a la visión de un mundo superior, en el que es posible la coexistencia pacífica. Este pensamiento ha sustentado la existencia del Festival Internacional de Poesía de Medellín durante dos décadas, que es parte orgánica de una sociedad que lo reclama como estandarte de su imaginario.  

La poesía nos enseña a ver y a expresar lo que somos y seremos, lo que fuimos y dejaremos de ser. La poesía es la verdadera riqueza de los pueblos, de sus tradiciones, es su herencia invaluable. Cuando la vida de la humanidad peligra por el deterioro y el cataclismo de la guerra, la poesía se manifiesta como fuerza cohesiva, como energía protectora de la juventud enviada siglo tras siglo al matadero.

La poesía es la sustancia de la que está hecho todo sueño de un mundo nuevo. Todo acto creador es propio de la poesía y la paz sería inalcanzable sin esa voluntad de creación. Ahora, más que nunca, se necesita la voz del canto, la palabra vivificante que exprese y manifieste su oposición a la guerra y la exclusión.
 
Es ahora que la poesía debe actuar echando raíces en lo profundo del alma de los jóvenes, para visibilizar en ellos dimensiones inéditas de la vida humana, a través del ejercicio restaurador del lenguaje, en una ciudad como Medellín donde de nuevo las bandas paramilitares y los grupos delincuenciales de la mafia a sus anchas acrecientan las cifras de homicidios.

Cuando llega el Festival cada año la ciudad se transforma totalmente, se crean nuevas formas de ver, comprender y cambiar la vida. La poesía da a la población herramientas para confrontarse, para escucharse, para transformarse, porque es una pulsión de vida, a la que cuida, religa y sacraliza. La poesía es un canto que humaniza la conciencia de todos.

Otorgando voz al público asistente y en sus propias palabras expresadas en recientes encuestas, el Festival Internacional de Poesía de Medellín es: Llamarada. Ambrosía. Iluminación. Universalidad. Energía. Océano. Fascinación. La casa de todos. Historia. Energía. Espíritu. Reconciliación. Calma. Unidad. Sueño colectivo. Crecimiento. Multiplicidad. Transformación. Deleite. Red. Interacción. Espacio de paz. Comunión. Belleza. Privilegio. El alma de la ciudad. Conocimiento. Osadía. Celebración. Vuelo. Vida, pasión, esperanza. Renovación. Movimiento. Despertar. Integración. Multiplicidad. Inclusión. Identidad. Conexión mundial. Libertad. Lo maravilloso inesperado.

Última actualización: 05/12/2019