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Contra la crisis, hormigón y poesía

Por: Olga Cosentino

 

Que alguien hable de un edificio de doce pisos con varias salas teatrales que se está levantando en la calle Corrientes, frente al San Martín, produce, por lo menos, curiosidad, en un país que parece lanzado en caída libre hacia no se sabe qué abismo. Si además la misma persona asegura que el proyecto estará listo en noviembre —cuando nadie se atreve a pronosticar para el futuro próximo qué gobierno o qué país habrá—, el discurso parece rozar la fantasía. Pero si esa misma persona cuenta, como al pasar, que su infancia transcurrió en el carromato de su papá titiritero o que su mamá (también titiritera) organizaba en su casa funciones de teatro para cuatro espectadores ("más no cabían") el relato empieza a tener coherencia.

Nacido casualmente en Quito (Ecuador), por esas eventualidades a las que están expuestos los hijos de los trotamundos (sus padres fueron el poeta titiritero Javier Villafañe y la actriz y titiritera Elba Fábregas) el también poeta, ensayista y periodista Juano Villafañe (50) está hoy al frente del Centro Cultural de la Cooperación, que se levanta al lado de Liberarte, la librería y bodega cultural que también dirige. Allí, en una habitación del subsuelo, rodeado de pinturas, alguna foto de su padre y algún títere colgado de la pared, el hombre con físico de deportista lucha contra su natural reservado, poco amigo de la exposición. Esa pelea interior lo marca en la frente y el cuello con el brillo del sudor. Un síntoma que va desapareciendo a medida que el entrevistado se concentra en explicar lo —a primera vista— inexplicable.

"El Centro Cultural de la Cooperación es un proyecto que concibió hace cinco años don Floreal Gorini, el presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos", arranca Villafañe. Y pide, en seguida, que no deje de mencionarse al mentor de la inciativa, "un hombre que dedicó la mayor parte de sus 80 años de vida a sostener en la práctica las ideas solidarias del cooperativismo", enfatiza.

- Más allá de la intención solidaria, parece un emprendimiento demasiado ambicioso para estos tiempos. ¿No cree que el teatro tiene cada vez menos espectadores?

- No va a ser el teatro la única actividad. Será un espacio dedicado a la investigación y experimentación en las artes, las letras, las ciencias políticas y sociales. Por otra parte, cuando hace cinco años Gorini nos invitó a un grupo de intelectuales y artistas para poner en marcha esta idea, su planteo fue que, en la base de esta crisis política, económica y social que se venía, había una profunda crisis cultural.

Aunque es fácil coincidir con el diagnóstico, los remedios que generalmente se proponen suelen ser múltiples, contradictorios y casi siempre abstractos. El edificio que crece tras la empalizada de Corrientes 1543, sin embargo, es tan concreto como el hormigón de sus tres subsuelos y sus cuatro plantas ya terminadas. Y la inauguración tiene no sólo fecha (noviembre) sino título: en su sala mayor subirá a escena la obra más reciente de Eduardo Pavlovsky, Volumnia, basada en Coriolano, de Shakespeare. Actuarán el mismo Pavlovsky, Susy Evans (su mujer) y Norman Briski, este último también a cargo de la dirección. Y en otra sala más pequeña Villafañe aventura: "Estamos a punto de cerrar el compromiso con Cristina Banegas, para que estrene allí una versión teatral del "monólogo de Molly Bloom", del Ulises, de James Joyce. Promediando la charla, el entusiasmo de Villafañe deja atrás la formalidad inicial, y se permite hablar un poco de sí mismo. Cuenta que lleva publicados varios libros de poesía (Poemas anteriores, Visión retrospectiva de la botella, Una leona entra al mar) y el ensayo José Martí, el ContraRimbaud; que asesora la editorial Desde la gente; que integra la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina y que es el padre de Manuel (18), el muchachito que estuvo hasta recién trabajando en el escritorio de al lado, y de Julia (16). "Viven con la madre, en Córdoba. Son muy lectores, les gusta el cine y Manuel está empezando a interesarse en la actividad cooperativa".

A esta altura, todo resulta menos curioso que al principio. "En la literatura y el periodismo soy más bien autodidacta; mi formación académica tiene que ver con la carrera tecnológica" dice el hombre que hoy comparte su vida —cuenta, ya sin transpirar— con Antoanetta Madjarova. Para más datos, titiritera. Tiene su lógica.

Hijo del titiritero Javier Villafañe, el poeta y ensayista dirige el Centro Cultural de la Cooperación, un complejo con cuatro salas de espectáculos que abrirá en noviembre con una obra de Tato Pavlovsky.

Última actualización: 27/04/2020