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África desde la primera globalización de la poesía

Por: Jairo Guzmán

A los tiempos de la globalización de la pobreza y de las acciones poéticas

 

Año de África. Lujo de la especie humana. Homo sapiens sapiens. Homo africanus. Una diáspora generada en África hace 35000 años, es el origen de la primera globalización de la poesía. Todos los mitos y los símbolos revelados gracias a un nomadismo espléndido, pleno de epopeyas gravitantes en la memoria colectiva de los pueblos originarios. Todas las visiones, las revelaciones durante ese poblamiento del mundo, en esa globalización del animal humano, pleno de poesía. Es mucho lo que le debemos como especie a ese pedazo de tierra en el que perduran los males más aterradores de una época que ha logrado el máximo de desfachatez y abyección. 

África y el lastre de la especie humana, con sus centurias de horror, por el coloniaje. Actualmente lo interviene un coloniaje globalizado, estandarizado por las transnacionales que han implementado el plan macabro del Capitalismo Mundial Integrado (CMI), globalizando la tragedia unida al capital: la indigencia de los pueblos, el hambre crónica de 1020 millones de habitantes del planeta de cuya cifra, algo más de 300 millones son africanos. Ante este genocidio se elevan los cantos de la poesía; los hijos de África nos unimos al coro de sus habitantes que le dicen a la humanidad entera que su población perece incesantemente en una agonía de siglos, en su propia tierra. Este dolor acumulado estalla en poesía. La afrenta y la indigencia en medio de la exuberancia herbolaria y animal. 

La selva autónoma de una época es ahora un corral verduzco lleno de animales enfermos, asustados y a punto de extinguirse. Es un pueblo que sabe del desierto y también de la exuberancia. El pigmento africano bellamente diluido en la piel de la morena latinoamericana es un lujo heredado de esa progenie que danza los ritos más ancestrales. África Madre de los tambores, por ti decimos que el corazón es el tambor de la sangre. La mente africana poblada de dioses vivientes en las culturas caribeñas y en tantas poblaciones que en un principio fueron palenques o grupos de esclavos evadidos, escapados del horror de sus verdugos. En Colombia, país con una importante presencia de la raza negra, todo está untado con el sabor y el ritmo africano. 

Si todo humano es afro-descendiente, diremos que toda poesía es afro-descendiente; por lo que un sonido inicial, como un big -bang de lenguaje surgido de una guturación primordial es la fuente de la palabra que es poesía. El lujo de la poesía viene de la explosión de una pre-palabra. Ese big-bang del habla está precedido de una poiesis de la errancia, una poética que activó la dínamo de la supervivencia y extendió la presencia del animal humano por todo el globo azul, ahora agujereado por los venenos gaseosos que son los colosos o titanes de nuestro tiempo, la tóxica posmodernidad. ¿Para qué poetas en tiempos tóxicos, además de aciagos? Para cantar. Nuestra única y gran riqueza es el canto y de eso le sobra a África. Nuestro gran patrimonio es la capacidad encantatoria del verbo. El canto que nos une en una voz incandescente gracias al fuego de la poesía. Ahora es el retorno del canto y de los griots. Es el momento de escucharnos como especie que se ha excedido en su narcisismo. Estamos en un tiempo narci-sísmico. Un exagerado antropocentrismo nos ha situado en un devenir errático, de fracaso en fracaso. Tiembla el animal humano ante el espejo roto del desastre. Las aguas del abismo donde se enamoraba de si mismo, parafraseando a algún poeta español, le inundan tanto las geografías físicas como las del inconsciente. 

Mientras haya aire para cantar, a pleno pulmón, la grandeza de la vida; mientras haya un ánimo vivificante que se ocupe de mantener el más elevado sentido sagrado de la poesía, mucho más decantado estará el espíritu para dar los saltos que sean necesarios en la perspectiva de la vida y la permanencia de la naturaleza, sin los venenos que nos han separado de su seno sagrado. Rotas todas las divinidades con la almádana racionalista del capitalismo industrial y pos-industrial, asistimos a la resurrección de los dioses que sólo se perdieron de nosotros porque hicimos de nuestra existencia un cementerio del espíritu. Ahora retornan, encarnados en los cantos de los poetas. 

En los tiempos tóxicamente aciagos o en los tiempos aciagos de tanto tóxico, aparecen los poetas para darle sentido espiritual a la vida con los dones de la palabra. Es misión del poeta resucitar el sentido sagrado del mito de la vida en la tierra. Es misión del poeta mantener viva la memoria de los pueblos originarios en un tiempo de alzheimer cultural, promovido por las memorias USB que se nos olvidaron en alguna gaveta de la historia. 
Historieta de terror es el macabro coctel de xenofobia, racismo y exclusión que ha bebido durante muchos siglos el pueblo africano y que ahora esa misma pócima es el brindis emblemático de los países favorecidos por el vasallaje, el coloniaje, la afrenta y violación de los derechos humanos. En estos tiempos de la globalización de la infamia, a la par que se globalizan los derechos humanos se globalizan la xenofobia, el racismo, la exclusión, la pobreza y la policía. Ante toda esta arremetida globalizante de la muerte, las legiones de la poesía responderán de manera lúcida y consecuente con las acciones poéticas en beneficio de la existencia y la permanencia de la vida en el planeta. Esto presupone estar en oposición a la delirante máquina de la destrucción a nivel planetaria como la industria militar, de alto nivel, de exterminio masivo de lo viviente. 

Ahora mismo son dos las amenazas reales: el cambio climático y el animal humano, por su capacidad de destrucción general. Es el tiempo propicio para el retorno de la palabra esencial que genere un sentido más elevado y digno de la naturaleza humana. Ahí entran las voces africanas como un coro que esparce sus dones poéticos para que la humanidad se reencuentre con sus orígenes. En esta perspectiva, el Festival Internacional de Poesía de Medellín se ha propuesto contribuir de manera eficaz y concreta en la prolongación de las voces africanas hacia una incidencia mundial, en la conciencia de los pueblos, respecto a la realidad tanto social como poética de ese continente tan importante para la especie humana. En los veinte años de historia del Festival han participado 75 poetas de 38 países de África. El Festival ha contribuido a combatir, de manera espontánea y natural, la xenofobia, el racismo y la exclusión porque ha permitido nuevos lazos a nivel transcultural entre poetas africanos y poetas de todo el mundo. 

En Medellín la poesía africana contemporánea se ha dado a conocer en un principio, antes dela existencia del Festival internacional de Poesía de Medellín, a través de la Revista Latinoamericana de Poesía Prometeo (revista convocante del Festival). En la ciudad de Medellín se ha dado una conjunción maravillosa de voces de África. Estas actividades son parte de la globalización de las acciones poéticas en beneficio de la preservación de la vida. En la medida en que la poesía arroje una luz renovada acerca de nuestro devenir en coexistencia con la naturaleza, se dará inicio a una nueva fase en la conciencia de una población que ha realizado el ejercicio de escuchar, de manera auténtica y aplicada, a los poetas de todos los continentes. 

Desde épocas inmemoriales hay una guerra contra la naturaleza que ya alcanzó un nivel insostenible como insostenible es el modo de producción del Capitalismo Mundial Integrado. Es inviable la vida en las ciudades con las imposiciones del capital globalizado y el neo-ruralismo o retorno al campo puede ser una experiencia necesaria para oxigenar y despejar las grandes concentraciones humanas (el 80 % de la humanidad vive en las ciudades). Ante el hambre crónica de 300 millones de africanos es preciso que las grandes empresas transnacionales recuperen una noción civilizada de sus alcances en la solución de los problemas que tanto dolor producen a nivel global. 

África retorna del 2 al 9 de julio de 2011. Las comunas de Medellín escucharán el elevado mensaje de la hermandad y el amor a través de la poesía. Estos actos, con toda su carga simbólica, serán una verdadera liturgia por la vida y la paz. Serán el factor desencadenante de una verdadera globalización de las acciones poéticas ya que los poetas replicarán la experiencia de manera más intensa y dedicada en sus respectivos países. Vendrán importantes representantes de la poesía y tradición africana. Durante su vigésima primera edición, entre el 2 y 9 de julio de 2011, el Festival Internacional de Poesía de Medellín celebrará un homenaje al espíritu originario africano, a su música y a su poesía, con la participación de poetas, músicos y especialistas en la poesía y la literatura del continente del origen, con la decisiva contribución del proyecto Cetro for Creative Arts, que dirige Peter Rorvik, en Durban, Suráfrica. 

Han confirmado su participación la cantante tradicional surafricana de la tradición xhosa Madosini (Suráfrica), la poetas y cantantes Tania Tomé (Mozambique), LebogangMashile (Suráfrica) y Chiwoniso Maraire (Suráfrica), y los poetas Werewere Liking (Camerún), Haji Gora Haji (Zanzíbar), José Luis Hopffer Almada (Cabo Verde), ShailjaPatel (Kenia), Antonio Gonçalves (Angola), Nabil Mansar (Marruecos), Chris Abani (Nigeria), Pitika Ntuli, Iain Ewok Robinson (Suráfrica), Rachid Boudjedra (Argelia) y Amadeu Lamine Sall (Senegal). 

África estará viva, digna y actuante, luciendo su estirpe de gran soberana, tierra de nuestros orígenes como especie. 

Febrero 24, 2011 

Última actualización: 03/06/2021