English

En Gaza se revela la gran poesía del mundo

En Gaza se encarna y sintetiza la historia de las civilizaciones, ya que a Occidente le parece que ser civilizado es ingresar con tropas por placer a otro país para incinerar a sus habitantes, preferentemente niños de salas cunas y guarderías, a fin de apropiarse de la tierra y la riqueza de sus ancestros.

La invasión a Gaza es la negación del acumulado espiritual y cultural de edades humanas, suponiendo que el mundo ha tomado nota de los valores en que se han traducido sus experiencias y sus reflexiones sobre nuestra prolongada estancia en la tierra.

Los pueblos siempre están resistiendo al invasor. Los invasores, mientras saquean, están pensando en nuevas tierras y recursos. Así sucedía en la comunidad primitiva, cuando clanes bárbaros acechaban la recolección de las cosechas para arruinar la fiesta de otros clanes, despojándolos del fruto de su trabajo.

Los poderosos truncan la masiva celebración de los pueblos, la felicidad de millones de trabajadores que han creado la riqueza visible e invisible que configura el capital y de los campesinos que han sembrado la tierra y recogido los frutos de la historia. De esta manera la pulsión del mal persiste y prevalece. Es a través de la violencia que una inclinación bestial se convierte en ley del despojo y de la aniquilación que victimiza y sacrifica a nuevos pueblos en el altar de la hecatombe, ante la pasiva complicidad del mundo.

La barbarie configura la cotidianidad de la muerte, que los pueblos no aceptan. Contra ella van, una y otra vez, por amor, a la lucha, a la resistencia, al sacrificio. Esto es la poesía. En Gaza se revela la gran poesía del mundo.

Es la misma escena transpuesta en todas las tierras, en todos los tiempos: los actos opresores se repiten, y se reitera la resistencia indomable, la magna expresión de la poesía que es la lucha de los pueblos desde siempre.

Última actualización: 26/06/2025