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Gonzalo Rojas (Chile)

Por: Gonzalo Rojas

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 61. Abril de 2002.

 

 
 

 

La lepra

Todavía recuerdo mi clase de Retórica.
Ceremonia del Juicio Final. Un gran silencio
hasta que el Profesor irrumpía: -Sentaos-.
-Os traigo carne fresca-. Y vaciaba un paquete
de algo blando y viscoso
envuelto en diarios viejos como un pescado crudo,
sobre la mesa en que él oficiaba su misa.

-Capítulo Primero-. "El estilo del hombre
corresponde a un defecto de su lengua". Y mostraba
una lengua comida por moscas de ataúd
para ilustrar su tesis con la luz del ejemplo.

-Mirad: la lengua inglesa no es la lengua española-
"Aquí tengo la lengua de Cervantes. Su forma
de espada no coincide
con el hueco del paladar". El Profesor hablaba
de condiciones, rasgos, influencias,
metáforas, estrofas. Y cada afirmación
era probada por la Crítica.

Ahora bien, los puntos de vista de la Crítica
-pobres cuencas vacías-
eran toda esa carne palpitante
saqueada a los distintos cementerios:
lenguas, dientes, narices, pulmones, vientres, manos
que un día fueron órganos de los grandes autores,
hoy tumores malignos servidos en bandejas
por profesores-asnos a discípulos-asnos
adentro de una sala-alcantarilla.

Donceles y doncellas extasiados
copiaban en -papeles- todas las proporciones
de una obra maestra: Las leyes de la lírica,
la épica y dramática, causas y consecuencias
la decadencia, el desarrollo
de las literaturas.

Ante tal entusiasmo,
el olor de los restos de los grandes autores
se mezclaba al olor de esos bellos difuntos
sentados en la silla de su propio excremento,
y una sola corriente de inmundicia era el aire,
mientras la admiración llegaba al desenfreno
cuando ese Profesor: "Si aprendéis -nos decía-
los requisitos de la creación,
seréis fieros rivales de Goethe, y superiores".

Y cerraba su clase.
Guardaba todos los despojos nauseabundos
en su paquete, y con la frente en alto,
coronado en laurel por su buen éxito
nos volvía la espalda como un Dios del Olimpo
que regresa a su concha.

Todavía recuerdo mi clase de Retórica
en que la vida y la belleza
eran un plato de carne podrida.

Yo tuve que cortarme la lengua de raíz
para librarme de la lepra.

 


Gonzalo Rojas. Obra poética: Cuaderno secreto (1936); La miseria del hombre (1948); Uno escribe en el viento (1962); Contra la muerte (1964); Oscuro (1977); Transtierro (1979); Antología breve (1980); Críptico y otros poemas (1980); Del relámpago (1981); 50 poemas (1982); La fiura (1983); Dos desnudos (1985); El alumbrado (1986); El alumbrado y otros poemas (1987); Antología personal (1988); Materia de Testamento (1988); Desocupado lector (1990); Antología de aire (1991); Las hermosas (1991); Zumbido (1991); Cinco visiones (1992); Carta a Huidobro y Morbo y aura del mal (1994); Río turbio (1996); América es la casa y otros poemas (1998); y Metamorfosis de lo mismo (2001). Recibió el Premio Nacional de Literatura (1992); el Primer Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1992); el Premio Octavio Paz (1998); el Premio José Hierro (1998) y el Premio Altazor de Poesía (2001). Estuvo cercano al grupo literario Mandrágora. Salvador Allende lo nombró Consejero Cultural en China. Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Ha ejercido la docencia en Estados Unidos, Alemania, Venezuela y Chile.

 

 

 

 

 
Última actualización: 05/08/2021