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Hanne Aga, Noruega

12º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Hanne Aga
Traductor: Rafael Patiño para Prometeo

Las noticias de casa

Exactitud de Invierno. Pozo-Nieve.
Noche-Celdas en su lento ritmo. Colonias escurriéndose. Yo suelto
mi mano, escribiendo: la canción del ático.
Ella no ocultará las notas. Signos son para todos aquellos que puedan leer, leer el pozo mudo, la promesa claveteada.

Suficiente lenguaje aquí por muchas vidas. Suficiente lenguaje aquí para
la tonada jovial. Aperturas por doquier. El cielo no es azul
allá afuera, lo es radiantemente adentro.

Soy alas, susurros y risa. Soy espada luna y retoño.

Soy tres hermanas, un hermano soy yo. Ese muro tiene una
extraña sonrisa.

Ella está en la extrañeza. Lo que quiera que sea fluye, fluye hacia arriba. Ella
respira al otro lado. Delgadas ramas reptan alrededor de ella.

Me muevo en tu sentido. Mi pajar mi amor. Mi bullicioso río.

 

Poema para la paz

El calor de la hierba

El calor de la hierba trepa a mis rodillas
Oh amigo - podría haber amado alguna lluvia más fresca
Cuarto entrando desde el blanco
tocando mi nombre especial
nombrando mi tristeza ojo

¿Por qué todavía amo esta tierra?

Mi cuerpo verde verde
gimiendo ahora contra las raíces de terrestre oscuridad
grita arriba tan alto
ese viejo capullo rosa de mi piojoso corazón pintado

¿Por qué la tierra es mi madre lengua?

Vine a la vida en blanco y negro
y guardé los secretos plateados en mi piel
Ahora lleno senderos con sonrientes caras emplumadas
pensando desesperadamente en mi valioso aliento
sollozando por ese trago de agua salvadora
apresurada bajo la vista de mi ventana

Abandonaré mi piel al polvo y a la piedra
y desde mi nariz trago el fuego
Mi cuerpo seguramente tiene una cueva para nieve
y dedos entintados
que imprimen días y noches inflamadas
mirando adelante contando atrás en verdad
olfateo las Palabras y los búhos sobreviven

 

La noche en la roca

Mi bote se desliza. Agua, la voluntad a través de ella. Debiera yo flotar
allá afuera entre la gravedad. Un movimiento siempre es libre.

Ella se dirige hacia el poema, el imparable poema. ¿Quién vive
en aprehensión? ¿Quién viste una capucha roja? ¿Quién esconde
su cara?

La nieve es esencial en esta escena. El amor es zarpa. Su risa
la punza en el plexo solar. Las rosas rosa sobre el muro irradian
su rostro. Un maravilloso cuadro de duraznos y sol. ¿Puede ella llegar
allí? No existe allí. Existe el muro. Expresión de piel
rosasonrisa. ¿Cuándo alcanzaré tu vacía hoja de papel?
Mi tierra, mi bote, promesa en el tintero.

Aquí estoy, ático como nunca antes. La noche inserta sus
signosnocturnos. Algo vendrá. Algo está aquí.

 

Kraftas/48

¿Quién entiende? ¿Qué está hablando?

La vía es la lengua, el muro es la lengua. Árboles y rocas
poseen una voluntad similar a la mía. Yo estoy allí. Una ola está sobre
fuego. El desván amplia su ensamble sobre sí. Rosamadre risa y plata,
aparecida y escondida. Trazas en el vaso, en las bayas. Lengua de hierro, de
agua. Chupa mi semilla, mi última mirada. En cunetas de acero
y tibias acuchilladas. El agua concede, retoña un tallo.

A través del ángel, cae arriba duda-padre. Un fleco negro en
tu viejo bolso. De puerta en puerta un escrito con tinta, vacías hojas de
papel. Me levanto: una palmada en mi mano, un bote sobre el piso, una
navaja en la luna. Una voz en la frente, una baya en la herida, y la ramosa
y delgada canción del árbol.

Arriba levántense arriba zumbidos y risas del manantial y aguarden en estancias
creando libremente luminosos diseños.

 

Kraftas 

Todas estas sujeciones. El peso abrumador de esta rueda. Allí es donde
va ella. Paso entre paso bajo el signo del pozo. La escena está
golpeando cerca de sus pies. Una roca, jovial en su sabiduría. No desea
hablar, desea silbar en órbita, parlotear, bastante cerrada,
suficientemente explícita.

Ella tejerá este lenguaje. Ella camina en una básica escena.
El viento está abierto. La luz guadaña en su mano. Ella es entre
risa y tiempo. Los molinos de viento siguen deslizándose, la rebasan.

El discurso dentro de la roca es mi casa. Peso: indispensable comercio.

Ella está dentro del muro – dentro del lenguaje. Ella se abre paso
a través de los bosques hasta que corre a través de una luz azul clara.
Su aliento está respirando. La música se eleva espontánea. Noche-ático
día y sobresalto. Alas ataviadas de blanco tremolan sus suaves voces.
Exclamaciones a través de un fino cristal, acero y sueño.

La noche es un horno, resplandeciendo. Siempre algo muda de esta forma. Una
canción es una espada.

 

*

El firmamento es una fisura en el muro, una banqueta volcada, un clavo
en mi labio. Verdad es el umbral a través del cual tambaleo cada día.

Esto es lo que acaricio: ubicarme en lo coexistente. Sus muchas
aperturas. Las contradicciones. Sosteniendo mi equilibrio en un
campo que se abra continuamente. Desenvolviendo cuanto sea
eternamente posible.

Inscribiendo hojas con sus raíces, te libero
del suelo. El viento viene. El lenguaje cede, estira,
se revuelve mucho más allá de lo posible. Partículas
fluyen, respondiendo a cualquier sucinto nicho.

*

Esta mordaz lengua. Para los galardones. Ella levanta
su navaja. Para la historia, el dolor. Ella no puede
evitarlo. Debe bajar a su vergüenza. El peso de la diáfana
mudez de las cosas, desde la boca insípida. Desde el cobertizo sin un bote.
El esqueleto vive su soñolienta vida. La montaña ríe con sorna y
su joya abre en dos, el gato-rubí relumbra en mojado y oscuro.

Lengua, en verdad. Una negra-lengua noche. La roca tortura su dedo pequeño.
Está muerta. Está viva. Una promesa persiste al borde del precipicio.
Plomo colma la libertad de su cuello. Ella juega su cabeza a cara o cruz,
mucho más arriba. Un roto dolor, ello rompe. Ella cuelga de sus
manos. No la pueden izar. De aquí en adelante se inicia
el final. Ella alcanzó lo intolerable.                     
La carretera conduce de regreso. El tiempo se ha doblado.
La sangre fluye lentamente por sus venas.

Fuego-conocimiento de la tierra, el núcleo de muerte explotó, carne
rota, jirones de mano en el blanco pulso.

 

Van Gogh no tiene dudas

Van Gogh no tiene dudas
Cada día en el campo
él se yergue
entregándonos
su alma inflexible

 

 

Qué queda por escribir

 En las oscuras noches oscuras
qué queda por escribir
Tortuga tortuga – redonda
la esquina cruzando
senderos de nieve queda por escribir amor

 

La noche en la roca 

Mi bote se desliza. Agua, la voluntad a través de ella. Debiera yo flotar
allá afuera entre la gravedad. Un movimiento siempre es libre.

Ella se dirige hacia el poema, el imparable poema. ¿Quién vive
en aprehensión? ¿Quién viste una capucha roja? ¿Quién esconde
su cara?

La nieve es esencial en esta escena. El amor es zarpa. Su risa
la punza en el plexo solar. Las rosas rosa sobre el muro irradian
su rostro. Un maravilloso cuadro de duraznos y sol. ¿Puede ella llegar
allí? No existe allí. Existe el muro. Expresión de piel
rosasonrisa. ¿Cuándo alcanzaré tu vacía hoja de papel?
Mi tierra, mi bote, promesa en el tintero.

Aquí estoy, ático como nunca antes. La noche inserta sus
signos nocturnos. Algo vendrá. Algo está aquí.

 

El muro 

Este muro me dirige
Este muro es yo
Este muro dirige

Yo soy el muro
Yo no estoy rota

Yo soy el muro
Viniendo
Considerando

Yo soy el deseo
El deseo es el muro
Yo estoy deseando

Te dirijo a lo largo
El otro lado
El muro depende de mí
Mis ambos lados

El muro está en el aire
Yo estoy mirando desde adentro
El muro

El muro viene
Como un águila

Yo camino
El muro desea
Enviarme un mensaje

El muro tiene un nombre
Yo tengo un nombre
Un nombre de cantante

El muro está durmiendo
Yo estoy aquí
El resplandor del sol está aquí

Muro andante
Estoy repleta de pies

El muro está respirando

Yo soy el muro
Yo soy deseosamente el muro
Mi mente es buena
Mis ojos se mantienen caminando a través
Del sonido del muro
Amando
Llenándome

El muro está bebiendo
Mi boca está llena
Suena como agua
Mi amor es agua

Agua salvaje en mi muro
Sí yo soy una corriente
Fluyendo

Este muro está cantando
Tocando a mi puerta

 

Embraveciendo
Diciendo palabras de madera
Corriente abajo

Este muro está construyendo
Conocimiento delirante

Aquí estoy
Con mis ojos de sol
Ardiendo ardiendo

Habla de amor
Muro vacilante

Yo soy el muro
La ballena cantarina
En lecho-plateado


Hanne Aga nació en Noruega el 28 de marzo de 1947, falleció el 17 de marzo de 2019. Vivió en Tromsø. Algunos de sus libros publicados: Skjering Med Lys (Poemas, 1991); Forsvar Håpet (Poemas, 1983); Hard Klar Rose, una historia abierta (1985); Bror Sorg, Novela Poética, 1986; Presis Overalt (Poemas, 1988); Utan Bevis (Textos para cuerpo y lenguaje, 1991); Gå I Skuggen, Vent På Vinden (Poemas, 1993); Kraftas (Poesía/Narrativa, 1994; y Solis (Poesía/canción, 2000). Miembro de la Unión de Escritores de Noruega, desde 1984. También fue ensayista y profundizó en el estudio de la lingüística corporal. Su obra ha sido incluida en diversas antologías.

Última actualización: 20/01/2022