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Anzhelina Polonskaya, Rusia

12º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Anzhelina Polonskaya
Traductor: Rafael Patiño para Prometeo

Canción de los héroes caídos

Fríos cuartos de barraca, y las caídas de sol hace tiempo se volvieron lagópedos.
Sobretodo de tristeza, gris, aparentemente pegado a nuestras espaldas.
Barbas de agreste matorral no pueden hacer maduros nuestros jóvenes rostros.
La nieve llena de grava no hiela los dedos desnudos.

La luz de luna tras nosotros como un ojo en el sudario de la muerte
Rompiendo el brillo salado, coronas se hunden entre el mar.
Descargas de recuerdos, como lágrimas de chicas fieles.
Las manos del tiempo ennegrecen blasfemamente las rubicundas mejillas.

Campos de arcilla roja acariciarán nuestras frentes surcadas.
Almas en revuelta, nosotros mismos nos esforzaremos por fijarnos en bronce.
Las noches estarán coloreadas con nuestra sangre vertida.
La piedad que seca pozos no puede resucitar al sol.

De todos los dioses nuestro favorito era Morfeo.
Pechos con balas aplastadas, marchamos formados entre el futuro.
¿Nosotros quiénes somos? Trofeos tomados de la vida por la guerra.
Pero no estaremos más tiempo aquí, ni estaremos de regreso.

                                               Septiembre 11, 2001

 

Despierto y bebo en el tejido transparente del agua.
Mi cabeza oscila a los lados como un tallo de cebada,
Está arrugado el dobladillo de mi falda, las ventanas son amor espiritual
como bocas secas listas a chupar el cosmos

entre mi cama, digan, ¿adónde puedo escapar?
La silla parece muerta, como una tortuga torturada,
con los pies estirados en el aire, una daga en el corazón,
leo sobre el pelotón de ejecución que mató a un rey,

un rey cuyo pueblo, se mofó de él a causa de palabras
que serían más tarde valoradas y aún enlodadas por el abuso.
Mas entonces, exhalando hedor, ellos gritaron: ¡Levántate!
Y sus sedas escarlatas fueron rotas por el hierro.

 

*

 

Camino hacia la ventana-tus ojos están muertos,
porque han estado inmersos de adentro y ávidamente ebrios de afuera
Tus ojos son como un banco de arena, como abrasados pastos de la estepa,
así que camina adelante al final, y atrae a los otros con un gesto.
Recuérdales lo que significa vivir sin encender un fuego,
sin reconocer las sombras del mediodía
o empapando sus rostros entre una aurora sangrienta. Pero no,
ellos retrocedieron cuando tú viniste,
porque no eras tú, no. Era yo-apenas un rumor.
Escucha los corazones romperse: desde las negras fauces
ciegamente yo desgarré otros dos
más exhaustos, ¡pero si la loca
pasión tuviera ojos y pudiera ver!

Así que encima de las pestañas, encima de las cabezas, encima y a lo largo... Tu mirada muerta se helaría, y muy adelante la descalza noche afeminada y un campo llano, calmo como un mar de vidrio.

 

La pasión

Colgamos una bandera blanca de la casa -la querella terminó.

Masticábamos porquería. Con nuestros dedos hacíamos añicos las copas de cristal
de las cuales acabábamos de beber líquido color azul vitriolo, y entonces
renunciábamos el uno al otro. Eventualmente

la atmósfera se hizo insoportablemente sofocante,

pero desviar la mirada habría significado convertirse en ciego.

Un invitado dijo de repente: "¡Dios qué espléndido!" mirándola ya a ella
mirando ya al montado

pez que alguien había colocado bajo el vidrio.

¡Aquellos invitados! Hoy te reconocen, mañana no se apercibirán de tu
existencia. Pero darán garrote a un pez arponeado, repitiendo
"la vida fatal. La vida."
 

Love Story
  

...permanecí de pie, de espaldas al océano.
La esfumada ciudad parecía una vena abierta;
gaviotas chillonas tragaban neblina,
sus abiertos picos gritando, ‘!escribe una novela acerca de nosotras!’

Gaviotas, como el nicho del cazador en una cacería de humedal;
un zagal me trajo el amor sobre una fuente - ¿Qué podría hacer con él?
Aquellas gaviotas, como cejas preservando la duplicidad,
se mueren.
Pero yo nunca he escrito una novela.

 

Las provincias
 

Ensangrentados patos silvestres, una niebla fina sobre el pantano;
su hijo prefería por compañía mujeres calladas
de miradas lúbricas; el cura local husmea más la carne
que la humildad - esto es lo que los blancos dientes de perla y los postigos murmuraban.  

La gente, negra como los topos, mermó, devino una con la noche.
Más tarde - en una choza campesina tomaron el hijo de una mujer con sus sucias manos.
Rústicas sábanas, sudorosos rostros de la cosecha,
un corazón  escondido bajo una cobija desteñida: 

¿Qué es ello? ¿Una cicatriz rezumando sangre entre el crepúsculo como un dios
o simple arcilla gris extraída del lecho de un lago?
El pobre cura. Arrugadas las páginas del libro están 
días pasados alrededor de una mesa no evocan más que bostezos.

Desperté y bebí en el tejido transparente del agua.
Mi cabeza oscilaba a los lados como un tallo de cebada,
El dobladillo de mi falda está arrugado, las ventanas son amor espiritual
como bocas secas listas a chupar el cosmos 

entre mi cama, por favor, adónde puedo escapar?
La silla parece  muerta, como una tortuga torturada,
pies parados arriba en el aire, una daga en el corazón;
yo leí sobre el pelotón de ejecución que mató a un rey, 

un rey cuyo pueblo, hizo befa de él por palabras
que habrían más tarde de ser valoradas y aún ensuciadas por el uso excesivo
Pero entonces, exhalando hedor, ellos gritaron: levántate!
Sus sedas escarlatas fueron rotas por el hierro. 


Anzhelina Polonskaya nació en Malakhovka, Moscú, Rusia. Escribe poesía desde los 18 años. Durante algunos periodos de tiempo ha vivido en latinoamérica. Tres de sus libros de poesía publicados: Svetoch Moy Nebesny (My Heavenlike Torch, 1993); Verses (Moscow Writer Publishing House, 1998); The Sky in the Eyes of a Rank and File (1999), libro presentado en octubre del mismo año durante el 1er. Festival Internacional de Poesía en Moscú; En 2002, se publicó en Moscú otro libro de poesía, A Voice, y en 2004. La traducción al inglés de esta obra fue preseleccionada para el Premio Corneliu Popescu 2005 de Poesía Europea en Traducción. En 2011, el “Oratorio-Requiem” Kursk, cuyo libreto consta de diez de los poemas de Polonskaya, se estrenó en el Festival de las Artes de Melbourne. En 2013, Paul Klee's Boat, una edición bilingüe de los poemas recientes de Polonskaya, fue publicada y preseleccionada para el Premio al Mejor Libro Traducido de 2014 y para el Premio PEN de Poesía en Traducción. Sus poemas han aparecido en publicaciones como Moskovsky Konsomoletz, Argument and Facts, Gorodskoye Review, entre otras. Patinadora de hielo, ha dejado de lado sus patines para entregarse plenamente a la literatura. Desde 1998 es miembro de la Unión de Escritores de Moscú.

Última actualización: 24/01/2022