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Samuel Jaramillo (Colombia)

Por: Samuel Jaramillo

 

HAY QUE ABRIRLE UN LUGAR A LA NOCHE


y a su respiración vegetal.
Igual, lo que me corresponde es el deseo.
Un cuerpo de mujer arde lentamente
en la penumbra horizontal
donde una hierba oscura
crece con denuedo.
El estremecimiento
de las ramas de los árboles
no responde solamente al viento
de esta noche ecuatorial
que lija las cosas
hasta dejar de ellas tan solo el hueso:
habla de que, contra toda prudencia,
quise besarla una vez más
en el jardín lunar.
Me voy. Pero ahora sé
que a mi espalda
dejo una puerta entornada.
Como una brasa,
el deseo dormita.
Ronronea con sus uñas retráctiles
en la noche estival.

PIENSO: SI SE PUEDE VIVIR SIN ESA NOCHE
en la que en la sartén hervían las estrellas,
es porque de verdad nada resiste el olvido.
El pájaro mensajero
debe poner su huevo en la eternidad.
El pájaro mensajero
deposita su huevo al otro lado
de esta puerta,
fuera de la corriente del tiempo.

 

BAJO UN CIELO VERTIGINOSO
en el que escurren nubes
con una velocidad de asombro, hay una playa.
En esa playa estas tú
En esa playa instalada en una luz del pasado
estoy yo también.
Destapo una botella
y su aroma espeso todavía perfuma
el aire denso bajo el calor.
Hay el aleteo de algún caballo
con sus grandes dientes oscuros.
Hay un pecho vacío como una caja de hierro
que solo encierra aire.
Un aire negro, hermético.
En esa playa irreal tu mirada se desplaza
en dirección a la mía,
pero no se detiene, y sigue bajo el cielo ominoso.
Destapo una botella:
su olor baña el aire caliente
bajo las nubes veloces.

 


Samuel Jaramillo nació en Bogotá en 1950. Poeta, ensayista, economista, crítico literario y profesor universitario. Ha publicado los libros de poemas: Ásperos golpes, 1973; Habitantes de la ciudad y de la noche, 1980; Geografías de la alucinación, 1981; Selva que regresa, 1988, Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia y la antología Bajo el ala del relámpago (1994).

Última actualización: 07/07/2021