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Mahmoudan Hawad

Por: Mahmoudan Hawad
Traductor: Rafael Patiño

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 80. Diciembre de 2007.

 

 

BEBEDORES DE BRASAS

 

(Fragmento)

Oh sedientos
hemos bebido las brasas

I

Sin preocuparse por el fuego
memoria que devora su estela
el astro galopa desde hace mil años
en busca del doble
de su razón

Sin esperar las bodas
de la flor y la primavera
verano en pleno desierto
una mariposa abraza
la resquebrajadura de tizón
aureolando los labios
del huérfano tuareg
que trituran
los carros del Sahel

Gemido alado
su inflamado aliento
El soplo
arteria
dolor
de los desiertos
cuádruple ardor
con su sombra gemela
el niño kurdo
que la ráfaga de una metralleta
salpica
con las entrañas de su madre
sobre los desaguaderos
de Bagdad Estambul Teherán

Oh infantes de la penumbra
y de mil días agonizantes
Más allá de la tierra de África
la tempestad estornuda el rayo
sobre un radar del pentágono
grito de venganza coagulado
en la manzana de Adán
del esqueleto de un hermano Sioux
que toda la noche surca
las avenidas de Nueva York
aullando
eh, testículos de George Washington
jamás tocaréis
la tierra de América

Nosotros somos el espejo del futuro
¿Dónde está el relámpago
que quiere conocer
la faz del crepúsculo
fundido entre su alba?

Nosotros somos la memoria y el sueño
y sabemos combinar
las tinieblas y el día
Y en la danza de la luna
hemos bebido
insomnio

Eh hombre
de los tiempos del provecho
danza con nosotros
Nada temas por tus perlas
mañana a ti también
haremos beber
la hez de afuera del tiempo

Nosotros somos la rama y la raíz
del tiempo
porque sabemos
volver amnésico
a tu reloj

Para que deje
de añorar sus perlas
sírvele el orujo
de las risas de estrellas
que nosotros bebimos
para festejar nuevos soles

Nosotros somos la glotis
pero también el eco
porque sabemos enterrar los días
con el rumor de los astros
que unimos
fusionando la congoja
y el arco iris

Y nosotros sabemos
hacer que el hombre olvide
la pesadumbre por sus perlas

Aparte de la dama camaleón
reina de nuestras danzas
¿Quién ha sondeado el silencio
con el cual volvemos mudo
al silencio mismo?

El arma es una marcha en espiral
el alma, Temujar'a (1)
la ruta, continuidad
el blanco, un ala de la vía láctea
¡bum!
Hola Tuareg
¡De pie!
Yo tiré por ti
sobre la corva del tiempo

Oh Tuaregs
de R'adames hasta Tanout
de Bilma hasta Tumbuctú
hombres
el sendero es recto
la resistencia es su astro

Tablilla de los vértigos
¿cuál es mi nombre?
Yo soy una mula
Yo soy un toro

Sobre el lomo o los cuernos
llevo el duelo y la resistencia
Mi rostro es la metamorfosis
de todas las derrotas de la historia
con revanchas del alba
sobre el crepúsculo

Nómbrame ceniza
y yo te dibujaré con mi lengua
un círculo de llamas

No te quedes boquiabierto
No se trata de ciencia esotérica
ni de magia venida
de un Oriente lejano
sino del recorrido de la brasa
que no se somete
al salitre de los tiempos

Nosotros sabemos
vigilar al viento compañero
cuando se agota y rompe sus alas
y enseñar a la estrella
a reír cuando ella se enceguece

¿Qué nos hará el crepúsculo
en vez de ser sumergido por nosotros
bajo el polvo y el sudor
de las rutas?
Con todo esto que se abatió sobre nosotros,
incluso si se trata del cielo,
con el fardo,
nosotros marcharemos

Cantad
hermanos
vosotros que conocéis la brasa
con la cual se levanta la Temujar’a

Y cuando el nomadismo se cansa de nosotros
sabemos hacer danzar
a las ciudades con el fuego

Para atrás por debajo
al norte al sur
no no
no nos busques
Infinitamente afiladores de brasas
nosotros somos la estrella liberada
ala del águila desgranando los horizontes

Cuando se está sobre el transcurso
del viento agotador
el fin no es una preocupación únicamente

Dadme un cartucho
de tinta
Yo os labraré
otros linderos de rutas
donde ni siquiera el sueño
se ha aventurado Mi mirada es piedra pómez
que afila las volteretas de la historia

En 1917 Francia nos castró
luego Nigeria nos lanzó

a una ciénaga de sarna
Malí nos curtió con piojos
Libia nos volvió pastosa la lengua
Argelia nos puso el cabezal
para inmovilizarnos sobre el excremento
y la carroña
y nuestros fantasmas de hermanas jadeando
y abortando y ululando y gimiendo
y arrodillándose y arqueando el lomo
y levantando la mano suplican al cielo
Temujar´a
que nosotros hemos deslustrado
solamente por una cucharada
de sorgo con gorgojo

 

Traducidos del touareg al francés por el autor
y del francés al español por Rafael Patiño


Mahmoudan Hawad nació en 1950 y es originario del macizo del Aire en el Sahara Central. Pertenece a la tribu tuareg de los nómades Ikaskazen. Desde muy joven entró en contacto con grupos de sufíes itinerantes. Ha residido en monasterios sufíes en Egipto y Libia, y en los campamentos nómades alrededor de Bagdad. Actualmente trabaja sobre la relación entre lenguaje, grafismo y espacio, continuando sus investigaciones sobre la cosmogonía tuareg, dominios que en su obra aparecen estrechamente ligados. Aparte de dos novelas, Hawad ha publicado las selecciones poéticas y de caligrafías: Caravana de la sed ,1985; Cantos de la sed y de extravío, 1987; y Testamento nómade, 1989.

Última actualización: 20/02/2021