English

Erik Spinoy, Bélgica

18º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Erik Spinoy
Traductor: Diego J. Puls

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 81-82. Julio de 2008.

 

Lo que dices no sabes
a qué suelo irá a parar

si brotará en primaveras
como un cardo
amapola
adormecerá o despertará
cuando estés

en tu vaina de piedra
y lo escrito
aún viva
o no

y suelo extraño y lluvia nueva
empiecen a hablar por ti
o no.

No lo sabes.

*

Primero no lograbas
deglutirlo

después de la garganta
el esófago
se abrió
en movimiento peristáltico

la pared del estómago
segregó
todos sus humores

e intestinos
molieron
como un ejército
larvas enloquecidas
y aun así
no se digirió.

*

Un lobo
es como una casa
con dos grandes aberturas:

una
donde jamás hubo una puerta

la cavidad
del hueco del sótano.

Por las ventanas vacías
penetran hiedra y parra
tomando posesión de los cuartos.

En sótanos reside
lo invertebrado
que gira y gira ejecutando
su ciego movimiento circular.

 

*

Se me había metido
en el ojo
esta salpicadura negra.

(Y encima
algo me picaba.)

Por eso no reconocí los rasgos
de ella mi amada
las cargas de nieve no hacían
casi ninguna diferencia
y clavé la mirada
con mi ceguera nocturna
en los rayos de una salida de sol.

Pero soportando
resignado y con paciencia
a sabiendas la salpicadura

pude ir mucho
más rápido.

*

A un lobo se lo reconoce 
por su lomo derecho
su cabeza ancha
sus muelas que
no muerden sino
desgarran.

Ante el peligro
por temor levanta
con músculos minúsculos
crines lacrimoformes
amenaza
y
no entrega

pues quien es
lo es sólo

por luchar y aspirar
a la ausencia
de lucha.

 

*

En lo alto de una colina
hay una casa

donde nunca se abre
una ventana
ninguna mano toca
el botón dorado del timbre
y el cerrojo de plata
nunca se corre.

El cristal no enseña cara alguna
sólo la presencia
del sol
el cielo de nubes
y el vacío lo llena
para la noche.

El muro del jardín de metros de altura
coronado de vidrios
y detrás del espino también
se desliza invisible un
perro de presa o similar.

Quien vive ahora allí
para quien encienden a veces
el hogar
por qué
en realidad me importa un comino.


ERIK SPINOY nacido en Aalst, Bélgica, en 1960. Es un poeta racional que recurre a la poesía y al lenguaje cuando el raciocinio lógico se hace insuficiente. Como pensador que es, explora los límites de la cognición; como poeta, se pregunta cómo puede la poesía trascender dichos límites. La poesía de Spinoy se ocupa de la relación del hombre con realidad. Aquel que quiere representar la realidad tiene que liberarla del engaño de sus propios prejuicios: para representar la realidad como es, ella tiene que ser expuesta; y una forma de hacer esto es confrontar la realidad personal con la de otra persona. Para Spinoy, la filosofía y la literatura son dominios superpuestos. Dice que “un poema honesto y seguro de sí mismo trastorna la ilusión de inteligibilidad al mostrar el espejo que crea la ilusión”. El poema no es un reflejo de una realidad existente sino que crea su propio nuevo significado y hace de este proceso de crear significado su principal asunto. Spinoy ve el lenguaje como un instrumento que nos permite intentar, incluso en contra de nuestra razón, revelar aquello no puede ser revelado. Su poesía es rica en sonidos y conceptos ambiguos. En ella el autor exhibe un cariño por la preservación de las palabras hermosas que han caído en desuso y una fascinación por el lenguaje oracular. Spinoy escribe poesía controlada e irónica, tal como se puede esperar de un poeta pensador. Es una poesía restrictiva, pues en ella cualquier cosa que sea nombrada directamente desaparecerá de manera irrevocable. La poesía facilita el pensamiento, podría ser el lema de Spinoy. Obra selecta: Los Cazadores en la Nieve; Susette; Los Lobos Traviesos; L; Yo.

Última actualización: 05/01/2022