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Darío Jaramillo Agudelo, Colombia

20º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Darío Jaramillo Agudelo

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

POEMAS DE AMOR, 1

                          

Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.

 

 

POEMAS DE AMOR, 4

Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.

 

POEMAS DE AMOR, 6

Tu voz por el teléfono tan cerca y nosotros tan distantes,
tu voz, amor, al otro lado de la línea y yo aquí solo, sin ti, al otro lado de la luna,
tu voz por el teléfono tan cerca, apaciguándome, y tan lejos tú de mí, tan lejos,
tu voz que repasa las tareas conjuntas,
o que menciona un número mágico,
que por encima de la alharaca del mundo me habla para decir en lenguaje cifrado que me amas.
Tu voz aquí, o lo lejos, que le da sentido a todo,
tu voz que es la música de mi alma,
tu voz, sonido del agua, conjuro, encantamiento.

 

 

POEMAS DE AMOR, 8

Tu lengua, tu sabia lengua que inventa mi piel,
tu lengua de fuego que me incendia,
tu lengua que crea el instante de demencia, el delirio del cuerpo enamorado,
tu lengua, látigo sagrado, brasa dulce,
invocación de los incendios que me saca de mí, que me transforma,
tu lengua de carne sin pudores,
tu lengua de entrega que me demanda todo, tu muy mía lengua,
tu bella lengua que electriza mis labios, que vuelve tuyo mi cuerpo por ti purificado,
tu lengua que me explora y me descubre,
tu hermosa lengua que también sabe decir que me ama.

 

De la nostalgia, 1

Recuerdo solamente que he olvidado el acento de las más amadas voces,
y que perdí para siempre el olor de las frutas de la infancia,
el sabor exacto del durazno,
el aleteo del aire frío entre los pinos,
el entusiasmo al descubrir una nuez que ha caído del nogal.
Sortilegios de otro día, que ahora son apenas letanía incolora,
vana convocatoria que no me trae el asombro de ver un colibrí entre mi cuarto,
como muchas madrugadas de mi infancia.
¿Cómo recuperar ciertas caricias y los más esenciales abrazos?
¿Cómo revivir la más cierta penumbra, iluminada apenas con la luz de los Beatles,
y cómo hacer que llueva la misma lluvia que veía caer a los trece años?
¿Cómo tornar al éxtasis de sol, a la luz ebria de mis siete años,
al sabor maduro de la mora,
a todo aquel territorio desconocido por la muerte,
a esa palpitante luz de la pureza,
a todo esto que soy yo y que ya no es mío?

 

 

Canto a mi cama

Mi cama es la cama de todos los días.
Aprendí hace mucho las sombras que se ven desde mi cama,
a tientas llego fácil en mi cama al volumen de la música,
al suiche de la lámpara, a mis gafas,
mi cama me acoge cada noche, se abre en la forma de cada  músculo mío,
mi cama tiene la prueba de que no existo sino en sueños
y mi peso que se tiende en ella como si flotara
respira para que bailen los dioses de la noche,
fantasmas varios y alucinaciones de la insomne duermevela,
cada noche jardín distinto o variado infierno,
estremecimientos que ni yo conozco y que mi cama conoce,
desgarraduras y éxtasis que mi cama sabe.
Cama que me conoces solitario, quieto, difunto casi,
cuánto te agradezco que me entrenes
para que la muerte así me llegue,
sobre ti,
y te queden mis sueños,
mi única sustancia.

 

Conjuro

¿Por qué no tu boca aquí,
por qué no sobre mi piel tu aliento
por qué no adentro yo de tus abismos?
 

GATOS

Estados de la materia.
Los estados de la materia son cuatro:
líquido, sólido, gaseoso y gato.
El gato es un estado especial de la materia,
si bien caben las dudas:
¿es materia esta voluptuosa contorsión?
¿no viene del cielo esta manera de dormir?
Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin tiempo?
Cuando el espíritu juega a ser materia
entonces se convierte en gato.

 

 

GATOS

No son de este mundo,
los gatos no son de este mundo,
pasan de puntillas,
observan en la oscuridad,
espían para Dios o el diablo,
hacen pereza aburridos de este mundo,
los gatos: invasores, testigos.

 

 

GATOS

Aletargados en perpetua siesta
después de inconfesables andanzas nocturnas,
desentendidos o alertas,
los gatos están en la casa para ser consentidos,
para dejarse amar indiferentes.
Dios hizo los gatos para que hombres y mujeres aprendan a estar solos.


Darío Jaramillo Agudelo  nació en Santa Rosa de Osos, Antioquia, Colombia, en 1947. Ha publicado siete libros de poemas, la mayoría con la Editorial Pre-Textos de Valencia España. Editorial que también ha publicado cuatro de sus siete novelas y sus libros de ensayo. Estuvo en el  International Writing Program, Universidad de Iowa, 1974-75. Fue Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus, 1977. Fue finalista en el Premio Rómulo Gallegos, 1995 y 2003, Poeta en Residencia de la Residencia de Estudiantes de Madrid, 2006 y Becario de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, 2008-2009, Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.

Obra poética: Historias, Bogotá, La Soga al Cuello, 1974; Tratado de retórica, Cúcuta, Premio Nacional de Poesía, 1978; Poemas de amor,  Bogotá, Fundación Simón y Lola Guberek, primera edición, 1986, Bogotá, El Áncora Editores, décimo cuarta edición, 2006; Del ojo a la lengua, (ilustraciones a grabados de Juan Antonio Roda), Bogotá, Arte dos gráfico, primera edición, 1995, Bogotá, El Áncora Editores, segunda edición, 1995; Cantar por cantar, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2001; Gatos, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2005; Cuadernos de música, Editorial Pre-Textos, 2008.

Obra novelística: La muerte de Alec, Bogotá, Plaza y Janés, primera edición, 1983, Bogotá, Editorial Alfaguara, segunda edición, 1999; Cartas cruzadas, Bogotá, Editorial Alfaguara, primera edición, 1995, México, Ediciones Era, segunda edición, 1997; Novela con fantasma, Bogotá, Editorial Norma, primera edición, 1995, Valencia, Editorial Pre-Textos, segunda edición, 2001; Memorias de un hombre feliz, Bogotá, Editorial Alfaguara, 2000; El juego del alfiler, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2002; La voz interior, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2006.

Otras de sus obras: Guía para viajeros, Bogotá, Editorial Planeta, primera edición, 1991, Bogotá, Fondo de Cultura Económica, segunda edición, 2006; Historia de una pasión, Bogotá, Sota de Bastos, primera edición, 1997. Valencia, Pre-Textos, cuarta edición aumentada, 2006; Poesía en la canción popular latinoamericana, Valencia, Pre-Textos, 2008.

Última actualización: 23/11/2021