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Tom Schulz, Alemania

Por: Tom Schulz
Traductor: Daniel Bencomo

 

 

 

 

Córdoba

Un verano que no hubo
un verano sin protuberancia
un verano que aquí nunca ha llamado
inyectarme quisiera

las hojas de palmera deberían guiar
mi mano, con ella el Sur escribo,
un verano que expulsó la catedral
de la ciudad, que olvidó santos y fieles
antes de ir a la cama

un verano que no duerme
con el polvo, que dejó al ciempiés fotofóbico
en el baúl de sus ecos,
un verano, el cual nada en absoluto nada
quiere inmiscuirse con banderas, el cual nada se llama,

un verano que tan sólo permitía dormir
a los sosiegos, y luego por segundos
un verano, que acaso cantaba
y borró de las hojas cualquier signatura

un verano, que extravió a los lamas tristes
en un salón de tristeza, que negó
toda oración de faltante belleza,
el amor es una flor demasiado frecuente,
así que a este sur se lo atribuyo

 

De caer hasta el fondo

 

a las anémonas
de mar, a los bancos
de moluscos, de los que nada
hay qué esperar

 

salvo un rédito de luz
de lo profundo, que induce a lo lascivo
con mucamas, con las claves
de sutura, más abajo

como sinfonía inconclusa
con las claves rotas,
cual amigos de compras con chaquetas
marca Hombre, código de barras genético

a las flores de Bach, a
las citronelas del alivio
por doble regadas, frenéticas huellas linguales

en lo plural del amor, a aquella
madre dolorosa, a las gotas de
opio en el fondo del frasco

con el arpa de nieve, con el rastro
del hambre, al banco de juego
celular, where no time is money

 

Canon previo a la huida

 

la mugre en las uñas, las venas picadas
de un azul nocturno; las tarjetas de cumpleaños
rumbo al más allá, en eso te calcina
el ataúd universal, el modelo más sencillo

cómo te escabulles y tu corcel
Rocinante; yo canto
que la muerte no es propia de Emir
Ato alguno, ningún desierto
de cierto,

                                quién tiró la tierra terapéutica
del cóctel, frente a la farmacia 24 horas
con envíos a todo el mundo, quién da sorbos en el cáliz del coño,
y deja a los paganos rezos —perforar, adorar,
vestirse— florecer post mórtem

junto al expendedor de tumores, a la ventana de
asbesto de una clínica enferma, en plena orilla
de la ciudad dormitorio, ahí las enfermeras, enfermas hermanas,
todos los ayeres, llaman de nuevo al racional
farmaconfuso carro de pastillas, guantes
teñidos de negro, al lado de las fotos de la endoscopía,
donde las úlceras
floridas proliferan en rojos tardíos, ramo de orín,
solo de trompeta
en las últimas noches de noviembre, tan tibias
que puedes desvestirme, hasta dejarme en trusas
color piel y forma de esqueleto, cual nos invadiéramos el uno
al otro, como cuerpos
voladores erráticos, en un aire propulsor lastimado.

sobre qué es que tú cantas y tu helado té de larga ínsula,
que no apostaría por nadie de Manhattan
tarareo mi swing y digo: me caso con las tres hermanas1
y no le quedará a la muerte ni una villa de la era industrial

 

Plaza de la gracia

 

No se agitan las palomas
ante las migas del sueño, de la foto instantánea
caen al pan bancarrota,
de las garras de la bendición
a la secuencia de ayuno, debimos

operar de emergencia a las hostias, blanca
la iglesia de San Vicente, inmersa
en el horneado consuelo, nos hemos diluido
en la luz con tal frecuencia, día y noche,
sombras en la agenda de las hermanas arpías

quién recorta los claveles,
alzaban su bouquet en ramos de
extrañeza, nadie habla en
el bar de hojarasca, trepaba
y caía, vendrá otra vez la hora

antes del cero, en la que aquellos sonámbulos
mercaderes de ropa en abrigos de bovino,
pavonean en los feudos de mármol de Carrara,
paraísos de rumiantes, ahí la carne en bruto
alza el vuelo transformada en palomas

entonces veremos el río, paño sobre
el ojo de la ciudad, rebaños de nubes
de ceniza y de lluvia, sus debidos
saludos y saludos militares, mientras
los muros reposan Alfama amo-te

hemos de andar sobre
un cementerio de perros


Tom Schulz nació en Alemania en 1970. Es poeta, cuentista, periodista y editor.  Ha publicado, entre otros, los libros: Kanon vor dem Verschwinden (Canon previo a la huida, 2009), Premio de Bavaria, 2010; Vergeuden, den Tag (Desperdicio, el día, 2006); Abends im Lidl (Tardes en Lidl, 2004); e Innere Musik (Música interior, 2012), Premio de Artes de la Lotería de Brandenburgo, 2013. Fue incluido en la Antología Luces intermitentes (Edición Paraíso perdido, 2009).

Al decir de Daniel Bencomo, en la poesía de Tom Schulz “la música oscila entre la evocación vivencial y su transfiguración en imágenes alteradas, alucinantes, que basculan su interés por toda la tradición lírica de su lengua — desde el medievo y el barroco hasta la actualidad, como apunta Timo Berger—, y la vanguardia —sobre todo el surrealismo—, mientras aborda, con alegría melancólica, algunos de los meandros de la sociedad y el idioma alemán”.

Refiriéndose a los poemas de su libro Tardes en Lidl, refiere también Bencomo: “Schulz dirige allí una crítica a ciertas pautas y estructuras de las sociedades contemporáneas: el consumismo exacerbado, la fragilidad de todo postulado ideológico, la fractura de los individuos y las comunidades: la falla de la poesía como medio de evocación; todo en una atmósfera de lúcida alegría, cruzada por las agujas del humor y cierto escepticismo”.

-Uno no sabe adónde va Youtube
-Poemas bilingües Vericuetos
-“La diversidad” Canal de Youtube del Festival Internacional de Poesía de Medellín
Poemas web festivaldepoesiademedellin.org

Actualizado el 12 de junio
Publicado el 10 de mayo de 2017

Última actualización: 04/01/2022