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Ali Almaazmi

-1996-

Nació en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Ha publicado poesía en varios suplementos culturales y artículos en periódicos locales. En sus poemas aborda cuestiones de naturaleza existencial y mística. Las dolorosas experiencias de la vida anterior del poeta se ilustran en sus poemas, que le permiten al lector sentir el dolor de la pérdida de la primera infancia y casos de extrema alienación. Estos temas constituyen un rasgo esencial de su poesía. Los poemas de Al Mazmy también contienen muchas expresiones emocionales inesperadas, lo que sitúa su poesía en un término medio entre la poesía contemporánea y la herencia de los poetas árabes de los años sesenta. Ali Al Mazmy, describe su experiencia poética como un intento de probar diferentes herramientas expresivas y como el sacudirse de la influencia de la poesía clásica, que lo atrajo durante sus primeros intentos de escribir poesía.

Esta es una muestra de sus poemas:

La tumba del cuervo

                        A Ruhiya.


1
Mi corazón está nublado
y la mujer que transita
se apagó en mi lecho
se fumó el fuego
Corrió por un camino que acababa de nacer
con la velocidad de una moto,
mi brazo estaba extendido
Y mi cabeza creaba las cosas
luchó contra un tigre
él estaba enjuto
y se murió rosado
yo perseguía enanos
los golpeaba con un martillo,
después de cada
golpe crecían
y yo me volvía más pequeño...
Yacía en un pantano 
que cambiaba de color
su color semejante a los ojos de las amadas que me defraudaron.

2

Vinimos con los funerales
Y ellos nos trajeron la vida
que hemos matado
La extinción nos persigue como un perro rabioso
el humo deja el alma sin resuello
hasta purificarse con sus propias cenizas
Los tiempos tomaron el tren nocturno... y regresaron solos
Busco en la monotonía una muerte terrible
elijo la mirada
enciendo mi llama como una leyenda
Mi pecho es una coraza agrietada
y mi sangre se coagula en mi boca
Unas manos ebrias me revuelven
y hacen de mi cadáver una bodega...
Me suicidé una noche en una canasta de manzanas
y a mi funeral no asistió 
nadie más que una manzana mordida...
Fui derrotado en mis venas
era una muerte con múltiples máscaras.
Un maleficio elegante
un daño disperso
Un mero poeta
Envuelto en los trenes nocturnos
en busca de una muerte honesta.

3

Bajo la piel de la tierra
los árboles matan
el silencio.
Y ocultan su ferocidad
detrás de una sonrisa verde.
Pon tu cabeza en su profundidad
vigila la pieza del teatro otoñal
la caída de los traidores y los corruptos
la naturaleza
es un lienzo de pintura surrealista,
y la vida
una escena singular
de la tragedia de un hombre viejo
derrotado por la eternidad,
que cayó como el miedo
para luchar contra las criaturas
con un ojo malicioso
arrebata el collar
y extravía a las ramas.
Fíjense en la perpetuidad de la sublimidad
El sol que no cambia sus vestidos
La luna que se duerme en las venas de Dios,
Detrás de los velos
hay un movimiento
y detrás del amigo hay palabras
que sacará algún día
y arrojará
a las profundidades.

4

Los rostros de la noche cayeron
y se derrumbó la certeza
Una lágrima ardiente sobre la mejilla
una angustia
en el espíritu de un derviche
que se exilió por la nada.
Muy frío el abrazo a la luna...
La luz cuelga
en la frente del amante
él finge una riña
con los demonios y la pierde,
porque la noche es agotadora
y las estrellas son esquirlas
de una verdad que estuvo aquí, alguna vez
Frío es el abrazo de la luz...
Ahí donde los árboles visten la camisa de la nieve
esperando la transfiguración
Vendrá... No vendrá
No transfigurará,
se enredan en el anhelo
Frío es el silencio.
Frío es el abrazo de las olas...
sobre la otra mejilla del mar
Los sepulcros
escogen a sus muertos
y los poetas no se entierran
en las costas,
al otro 
lado
los profetas mueren de sed
y quedan los mensajes divinos
en los poemas