English
< Regresar

Vadim Terekhin

-1963-

Nació en Pesochensky Suvorov, distrito de la región de Tula, Rusia, en 1963. Desde 1991 trabaja en el campo de la literatura y la cultura. Durante mucho tiempo, fue viceministro-jefe del Departamento de Cultura, Arte y Cinematografía de la Región de Kaluga. Su obra poética ha sido traducida al italiano, macedonio, árabe, vietnamita, inglés, yakut, entre otros idiomas.

Es poeta, copresidente de la Unión de escritores de Rusia, presidente del consejo de la rama regional de Kaluga de la Unión de escritores de Rusia, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes (San Petersburgo), miembro de pleno derecho de la Academia de Literatura Rusa (Moscú), consejero de Estado de clase II.

Reconocimientos: Premio literario Marina Tsvetaeva (1998); Premio literario de la editorial "Golden Alley" (2000); Premio literario de toda Rusia "la casa del padre" (2002); Premio honorífico del Foro poético en Bahréin (2007); Premio del Distrito Federal Central de la Federación Rusa, literatura y arte (2009); Premio Internacional "Cultura imperial" Eduard Volodin (2012); Premio literario ruso "Belukha" (2012); Premio literario ucraniano Taras Shevchenko (2018); "Golden Knight" del festival literario eslavo internacional (2016).

Esta es una muestra de sus poemas:

Campana

Avanzando hacia la vida eterna,
Como un fiel escudo celestial
Sonidos proféticos de campana
Guardián de la patria

Buscando una respuesta entre la gente.
Luchando con las últimas fuerzas
¡Más fuerte! - pidió Mefodi.
¡Más intenso! – exclamó Cyril.

Gira el tiempo y el espacio
Smog alfabeto eslavo
El corazón del cristianismo late.
Este cielo habla

Estar listo para todo
La gracia nos otorgan
Antes de la primera palabra
Para que la patria sufra

La gente derriba los monumentos.
Como si fuera su destino.
Granito cubierto de cemento 
El culpable estaba solo.

Como si esperara que sin duda.
De dolor, de pena y de anhelo
Él será salvado por el cambio.
Y estas piezas rotas

Y eligiendo un camino especial,
Nuevo camino, invicto,
Erigirán de nuevo la fuente de la maldad,
Como monumento a alguien

Temo tu amor
Recuérdame con una palabra amable.
Dios bendiga.
Estar dispuesto para tus regalos.

Dar santas gracias
Imparcialidad y voluntad 
Con un corazón puro para arrancar.
Ya envié una parte

Infundir coraje
Dádiva de celestiales Serafines
Vete por tus caminos
Que son inescrutables 

El tiempo está atado a números.
Sólo baja hasta el umbral
Fuerte y misterioso significado 
Mantiene tu correa

Instantes volarán y seguirán su camino
Sólo déjalos caer,
Lanzando corpóreos lazos
Días de siete alas.

Cada uno se encuentra en un repollo
Tomados como número único,
Un pequeño trozo de tristeza,
Clavado en esta tierra.

No pensar en cada hora.
Vivir los días como sin quererlo 
En repetición desenfrenada
Se va el tiempo de mí.

Acelerar la vida aturde.
Niño dado a luz
La última vez cumplí cuarenta años.
Bueno, quiero decir cuarenta y nueve años.

Y si viviéramos en el mundo.
No para conseguir espinas,
Nos alegraríamos - mariposas y niños
Y campanas sonarían la despedida

Esta alegría - esta libertad
El Señor, creador de la naturaleza.
Y el honor de un cuidado digno.
Bajo el pabellón de su poderío


Apocalipsis

1.
Quien lleva una terrible peste
es igual a un maleficio extravagante;
Yo soy en todos los espacios
por mucho tiempo para todos el primero
soy, soberbio, malicioso, obstinado,
¡y si no lo fuera también sería yo!
Sin color, sin olor, el que vuela,
poderoso y ubicuo,
y tengo tamaña fuerza,
cuando en el espectáculo del mundo
en la fiesta de todas, en la Pascua
yo incluso a Dios sustituiría.
Teniendo que ver con todo,
de inmediato aportaré a la vida
claridad, para cada ser humano su prójimo
ni amigo es ni hermano, solo una propiedad,
amargura explícita y peligro,
¡como un ser subterráneo ya lo tienta!
Poseeré por todas partes sin
medida. Yo soy el poder que de
Dios no procede, yo voy a acusar a
la tribu terrena
de todo el pecado, la seduciré como a
rebaño, tendré puesta una máscara será mi
instrumento para causar la división del mundo.

Traducción José Muchnik