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George Wallace

Nacido en 1949 en Nueva York, E. U., es un poeta con más de 40 libros de poesía y cinco Cd’s de Spoken Word publicados. Su escritura, que enfatiza una conciencia humanitaria global, está impregnada de la musicalidad de la generación Beat y también marcada por influencias surrealistas, desde su estudio de la poética europea y suramericana del siglo XX.

Wallace fue un músico oficial en los años 60 en Nueva York, antes de emprender una carrera internacional itinerante de 20 años como estudiante de cultura mundial, viajero itinerante y trabajador de la salud (Peace Corps, USAF Medical Service). En Long Island, Wallace se estableció temprano como organizador de la poesía regional, llegando a numerosas comunidades de escritores aislados y creando lugares de presentación y publicación; y fue nombrado primer poeta laureado del condado de Suffolk en 2003, y escritor residente en el lugar de nacimiento de Walt Whitman en 2011. En 2000, su alcance se había extendido a la ciudad de Nueva York y más allá, tanto con una presencia innovadora en Internet (Poetrybay.com) como con redes de contactos. con el creciente movimiento nacional Post-Beat desde su posición como historiador local en Northport.

Durante las últimas dos décadas, Wallace se ha establecido como una figura fundamental en el panorama escénico del centro de Nueva York (escritor adjunto en Pace University, coeditor de Great Weather for Media, editor de NYC FROM THE INSIDE), anfitrión de numerosos lugares clave de poesía; y ha utilizado su posición en Nueva York como plataforma para lanzar una red de comunidades de escritores con sede en E.U., incluidas Woodstock/Hudson Valley, Northampton/Lowell Ma, St Augustine Fl, San Antonio Tx, Oklahoma, Cleveland, Kansas City, Albuquerque, San Francisco y Los Ángeles.

Desde su base de operaciones en Walt Whitman Birthplace, donde ha sido escritor residente desde 2011, Wallace ha cosechado los máximos honores internacionales y ha participado en festivales en los últimos años en E. U., Europa y en selectos lugares de Asia, así como de sur y centroamérica. Apariciones recientes en festivales internacionales, muchas de las cuales incluyeron reconocimientos de primer nivel, incluyen Beat Poetry Festival (EE. UU.), Ledbury Festival (Reino Unido), Ditet e Naimit (Macedonia del Norte), Orpheus Festival (Plovdiv BU), Korca Festival (AL), Alexander Prize (Salomina GR), Bienal de Piacenza (IT), Festival de Poesía de Turrialba (CR), Festival de Poesía de Boao y Festival de Poesía de la Ruta de la Seda (CA).

 

Esta es una muestra de sus poemas:

Un poeta dentro del sol

en la alta hierba
⠀un pequeño dios 
con un ojo perspicaz  
⠀y un corazón bueno y verde
rígido como un overol
⠀⠀con un sombrero de paja
en su mano derecha
⠀y un pincel en 
su mano izquierda;
⠀un caballero 
zurdo en un 
⠀⠀mundo diestro
con un buen olfato 
⠀para la naturaleza
que arroja pasto verde
⠀y riberas 
a todo lo que ve
⠀⠀y lleva un collar de azules 
pájaros que cantan
⠀y destruyen el mundo 
de los acreedores 
⠀y las mujeres 
con su pintura;
⠀⠀el perro del lago
acostado a su lado 
⠀toma el sol 
con el pelaje todavía 
⠀mojado 
la cola al viento 
⠀⠀en alerta a los estados
de ánimo cambiantes
⠀de su amo
el dulce toque
⠀del pato o el señuelo
no le interesan 
⠀⠀ni los verdes tallos 
en la hierba
⠀reluciente; 
entre la blanca nada 
⠀la vida es buena
la vida es vertical
⠀ ⠀ (salva al diablo 
que se retuerce 
⠀con el vientre caliente
en el aburrido 
⠀y muerto suelo
tratando de pronunciar
⠀⠀una palabra)
toda la creación 
⠀tararea una canción
como un avión monomotor 
⠀inventado por el dios
del AHORA
⠀⠀o como un abejorro 
que canta en el 
corazón de un poeta 
⠀dentro del sol

Así se ve el cielo

Así se ve el cielo cuando el barco 
ha zarpado y los animales del bosque 
empiezan a desaparecer y la artemisa 
arranca sus raíces desesperadas 
cuando el invierno no es invierno 
y la primavera no es primavera
Así es como se ve cuando 
el agua potable se ha bebido
y el veneno en las venas de los 
hombres se derrama en las calles
y quienquiera que creías que eras 
ya no lo eres y nunca lo fuiste
Así es el cielo cuando el oleoducto gotea
cuando falla el filtro y los buitres se comen 
a sus crías y el bosque recuerda 
el verdadero sabor a fruta del napalm
Así se ve el cielo cuando 
el viejo tejón cruza la calle 
y te desgarra la carne del vientre
cuando la serpiente cascabel sale a jugar
cuando los gallos se sacan los ojos entre ellos 
Ya no hay lugar para lápidas en el cementerio 
y la carretera ha dejado de estar oxidada
¿Hay grietas en el cielo de cemento?
Sí, hay grietas en el cielo de hormigón
y nunca escaparás por ninguno de ellos
La gente se mueve a tu alrededor como 
cocodrilos y las torres de los relojes 
dan vueltas sobre ti y las ciudades arden 
en tierras extranjeras y los relojes marcan 
cero y a nadie le importa en realidad 
Así es como se ve el cielo cuando 
una nación se cansa de sí misma
cuando demasiado no es suficiente
cuando una nación se vomita
Así se ve el cielo cuando 
una nación se envanece 
cuando una nación da la espalda
cuando la ingeniería no funciona 
y la represa hidroeléctrica explota
Así se ve el cielo cuando todas 
las represas estallan y la tierra 
comienza de nuevo con sus redondos
y terrestres y ordinarios asuntos 
y los valles recuperan 
     sus formas 
               serpenteantes ¡sí!
las antiguas y originales 
   costumbres
poco exigentes
               del valle 
        sin que tú 
     estés en ellos 
            para arruinar
       las cosas 

Si no fuera por el río

Si no fuera por el río, que se esconde en los corazones de los hombres como una serpiente en la arena, no habría agua, sólo piel muda y un cuerno de alce para invocar a Dios.

Si no fuera por las alas de una golondrina ribereña que corta el aire, no habría lugar para la tolerancia, los niños ni la paz en los recios corazones de los hombres.

Si no fuera por la mandíbula de un asno y la memoria del rebaño, no habría fuerza en las piernas nómadas, ni vagabundeo por el desierto, ni amparo contra el rencor o la tormenta en el cobertizo que ocupan los ilegales. 

La olla arrojada se resquebraja al servirse por vez primera: la piel de mule se irrita y el fuego se apaga. 

No establecemos las reglas en este agreste lugar del que somos esclavos, donde yacemos uncidos a nuestros propios y crueles amos.

Llegué ante mi mujer, un frío y penoso día, con el corazón en las manos: soy un pájaro del acantilado, dije llorando, busco dónde hacer un nido.

Ella me dio cobijo y me dio descanso (como mil veces, antes que a mí, dio a hombres descanso y cobijo).

Y también me echó.

Y sí, hay crueldad en el desierto, e indiferencia, y un ángel oscuro, pero también hay purificación.

Si no fuera por el veredicto según el fuego, el castigo con el diluvio, la resurrección por el polvo, no habría justicia.

Alejandría te saludo, brindo por los vivos.

Si no fuera por el río, no habría vitalidad en los pulmones, ni salto al escalón, ni sangre animal que fluya; no habría olor a jazmín para endulzar las fosas nasales,

sólo el ojo del tigre brillando furioso como el sol.

Tengo noticias sobre esta canción

Los pobres ya no oyen esta canción desde sus terribles cuartitos, sino que la cantan en sueños; los trabajadores de las fábricas ya no escuchan esta canción, pero la cantan en sus fraguas con sus martillos, la cantan entre revendedores y fundiciones, entre lingotes y laminadores.

Nico, que vive en un recodo del río por donde nunca pasan cables eléctricos, que recoge flores silvestres para su madre, no oye esta canción, pero la canta, en el invernadero y los andamios, y en el café y el bar en penumbra, en la habitación donde los hombres desempleados van a rezar. 

Recibí noticias sobre esta canción: en toda la tierra donde nació esta canción, en toda su genialidad y poder, esta canción se está cantando.

En todo su sombrío esplendor, esta canción despierta a los pueblos costeros, sigue a los pescadores hasta el puerto y navega con ellos hacia la pequeña y libre bahía. Vestida como un mendigo en las calles, esta canción infesta la capital y reparte poemas angelicales y subversivos escritos en servilletas y paquetes de cigarrillos. Vestida como el viento del sur en los pasos de alta montaña, esta canción da a las violetas su tono púrpura.

El gobierno intentó reemplazar esta canción. El gobierno intentó hacerla desaparecer. El gobierno envió grupos de búsqueda para robar esta canción; hacerle una lobotomía, arrancarla de su lecho, reclutarla y convertirla en su soldado. 

Tengo noticias para los soldados del gobierno que esta noche husmean entre los arbustos con bayonetas, con miedo en sus rostros y cheques de pago del gobierno en sus bolsillos: son nuestros muchachos; son uno con nosotros.

Esta canción vive en el gemido solemne del saxofón. Se respira en la piel de las congas. Hace que las mujeres se arranquen las blusas y devuelvan su corazón al pueblo.

Esta canción vive en una guitarra de cuerdas rotas y en las balas y la culata de un rifle. Cuida a los heridos y atiende a los débiles en su pena y humillación. 

Esta canción se sienta en un rincón con otros revolucionarios de ojos tristes y canta canciones y descubre cómo distribuir el pan, las municiones y la música al pueblo. 

Recibí noticias sobre esta canción: hace que la tierra vuelva a dar frutos donde antes crecían los árboles frutales.

Las mujeres se reúnen junto al arroyo salvaje de una montaña 

Las mujeres se reúnen junto a un arroyo salvaje que sale de las montañas como una serpiente, aunque no es una serpiente, es sólo un secreto que ocultan a los hombres, con sus groserías y mentiras de lengua plana.

Se reúnen junto al arroyo salvaje de una montaña, y les pertenece, es su secreto, se reúnen
allí y van chapoteando en el agua y ningún hombre sobre la tierra puede detenerlas.

Y oh la generosidad de sus pechos, la redondez de sus vientres, y oh la hilaridad y libertad subversiva de su canto, lejos del pueblo y de la calamidad de las noches y de los días.

Las mujeres se reúnen junto al río, más verdes que el verde, más verdes que los dragones, más verdes que la piel de la manzana. Se sumergen juntas en el río, muy, muy profundo en el río, hasta que quedan completamente sumergidas; son una con el arroyo salvaje de la montaña que se mueve como una serpiente saliendo de las montañas; 

son una con lo serpentino, una con la más dulce de las ondulaciones, tan profundamente conmovidas, tan profundamente conmovedoras, juntas, juntas, juntas;

con los cabellos sueltos, los labios casi tocándose, bailando alrededor del mundo,

palma a palma junto al fragante río.

               Traducciones de  María Del Castillo Sucerquia