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Murad Al-Sudani

-1973-

Nació en Jerusalén, Palestina, el 23 de junio de 1973. Es poeta, ensayista, profesor universitario, crítico literario y editor. Culminó estudios sobre Literatura Árabe en la Universidad de Birzeit, donde obtuvo también su maestría en Estudios Árabes Contemporáneos. Es jefe de Edición de la Revista Los Poetas publicada por la Casa de la Poesía Palestina, editor principal de la Revista Aqwas, que agrupa a las voces jóvenes, también es editor principal de la Revista de los Prisioneros. Actualmente es el secretario general de la Unión General de Escritores y Literatos Palestinos, y vicepresidente de la Agrupación Internacional del Libro en Rusia para las relaciones árabes, africanas y latinoamericanas, la cual agrupa a 54 Uniones de Escritores en Rusia y el mundo. Por 10 años presidió la Casa de la Poesía de Palestina y fue secretario general del comité nacional palestino para la educación y la Cultura. Ha publicado en poesía: Ragbot; Señales del narciso (2002, al-zehira); La mañana del bache; La lámpara en la altura; y, El lugar de los ciervos. En crítica literaria publicó: Soy quien ha visto (artículos en la cultura palestina 2009). Es Premio Internacional de Poesía Martín Secoro, Italia, 2017. Pertenece al consejo central de la Organización por la Liberación de Palestina.

En sus palabras: “…La ocupación ha continuado su brutal guerra contra Palestina durante 75 años, y el enemigo continúa matando, destruyendo, saqueando y apresando a nuestro pueblo. Continúa renovando sus masacres contra la geografía palestina en toda Palestina, y continúa falsificando la historia y engañando a la opinión pública mundial con sus mentiras. Esta vez sus masacres y genocidio excedieron todos los límites, al destruir Gaza mediante la guerra de exterminio y demolición de viviendas sobre las cabezas de civiles seguros, y su guerra contra Jerusalén y Cisjordania…”

 

Esta es una muestra de sus poemas:

Una luna y un río

 ¿Puente o chispas,
es aquello que baila en la oscuridad del fuego?
¿una rosa o lluvia?
Una brasa desde la que se ilumina el día,
aquel que se deja caer en tu piedra pagana
para que tiemblen los caminantes extraviados.

Una azucena premeditada.

El suspiro de esta gacela en la noche lluviosa.
La satisfacción y la confusión,
dignos del baile hechicero
El arco de su anhelo son árboles
los cipreses son su estatura gitana, 
y estas montañas sus confusas narraciones...
Plata hecha de frutas,
y se vierte pura miel en las tinajas del pecho,
como una luna y como un río.

Un sueño lluvioso

¿Acaso, eres una pastora en tierra firme
a quien siguen rebaños de nubes,
y sueños frondosos

¿o tu tristeza es una casa cuyo techo fue bombardeado

por la separación... y sus ventanas están despojadas 
igual que las puertas de mi corazón?
¿o será que los tiempos se han roto?

Y la noche tiembla

¿O esperabas penetrar la noche en la jaula de la visión?
escribiendo sobre las paredes una canción, cuyas estrofas lloran
entonces la cuerda se volvió más solitaria
y sus amantes se han ido dispersando.

O sueñas con un tiempo sin límites...
y el viento cerca de mi sangre se desnuda y se oculta,
o tú eres un verano
y la lluvia nunca te ha soñado.

Tú, fuiste quien me dijo

Tú, fuiste quien dijo a la noche:
No tengo tiempo para cantarte, mis lágrimas florecen
y mi fuego se queda como estaba; mi secreto permisible 
por el narciso de lo fragoso, 
y mi manto, son pájaros disecados en el mural de la casa.

Tú, fuiste quien me dijo:
No duermas, tu país flota en el agua
de las guerras, tus caballos tienen sed,
los hermosos amigos se extraviaron...
Y tu camino es cárcel y muerte.

Tú fuiste quien me dijo:
Una violeta es tu corazón campesino
tu voz un palomar
Y heme aquí llamándote todas las noches
Así que llévame hacia ti, tan ligero como la sombra de la mariposa.
Un fantasma me persigue en mis sueños,
El lobo de tus ojos me buscó, y desde aquel día, mi corazón se convirtió en jardín.

Tentación

La seguiré como un campo de jazmines esparcidos en la noche
y liberaré detrás de ella la luna del agua 
los tímidos árboles de sesban...
y dejaré detrás de ella, el lobo de la tentación tan furioso.
Extraviado y extraño la seguiré...
Cubierto de la tristeza,
del amor…, y de horrores que conozco con asombro.
Puede que vea en su viaje nocturno mi estrella...
y puede reprocharme mi crepúsculo sobre su pecho.
Yo puedo verla como un jardín de jazmines
y una abundancia de visiones e historias.

El ritmo del guerrero

El guerrero dispersó por los senderos de la noche
el ritmo de la sangre profética
y devolvió a los caminos su propia biografía...
A él, se le ha confiado el camino, el viaje nocturno y el secreto.
El guerrero esparció lo que le quedaba de las balas del corazón
hacia los árboles debajo de la colina.
Permaneció tenso como un arco de fuego, destella
en la extensión su sintonización bélica
permaneció inclinado hacia las flores de violeta
sobre la lápida del mártir
sublevando hacia lo alto el himno del rifle a los hombres en las colinas
...

Este atardecer lo considera como el corazón de un guerrero
Ninguna pregunta sobre las citas de los combates
y ninguna pregunta sobre el camino del corazón
que el mártir conoce con la precisión de un cazador 
                                                                                 y con la pura conciencia.
y ninguna discusión sobre la repartición de las lágrimas y los disparos.

El guerrero esparció los narcisos del valle.
sobre el chal de las chicas
Entonces mi corazón voló hacia el espacio de fuego
y caminaron las palmeras de los cantos

El guerrero se adentra en la noche de su extrañeza
su destino la tenacidad de su gatillo y su país
Él se va y en los límites de las brasas
los custodiaban las altísimas estrellas   
y las oraciones de su madre...

El guerrero esparció el puñado de henna y las balas
y el rocío cayó como una cosecha celestial
en el horizonte del país
El halcón guerrero no tiene más que su intención
alta en que sople el avance y aflicción.
Entonces el puente de la batalla y la brasa del significado 
                   se convierten en un firmamento de la redención
la viña de las parras un esparcido de tiros que revolotean 
y la canción del resistente combatiente 
                         se vuelve trueno en los valles 
deambulan sobre ella los halcones del monte 
Y al guerrero todo lo que pretendía
ya está hecho
el horizonte del país una oda a la libertad roja...
El guerrero tiene una intención blanca las palomas salpicaron con la música
y la levantaron en la más alta extensión y mano.

           Traducciones de Khalid Raissouni para Prometeo