Yingxia Tang
Es una reconocida poeta chino-australiana, presidenta del Festival Internacional de Poesía de Sídney y presidenta honoraria del Centro Internacional Superior de Artes y Cultura de Australia, organiza y cura anualmente numerosos eventos poéticos, culturales, artísticos y benéficos.
Su poesía resuena con la inmensidad de la vida y una profunda pasión que toca el corazón, sumando lectores de todo el mundo. En 2014, su colección de poesía Tan sólo vivir tranquilamente, fue coeditada por la Editorial Popular de Shanghai y por Century Publishing Group. Se lanzó tanto en la Universidad de Fudan como en la Universidad de Sídney.
En 2015, el “Recital de poesía de Yingxia”, celebrado en la Universidad de Sídney, provocó un resurgimiento de la poesía escrita en chino. En 2016, Dieciocho momentos y un poema de anhelo, uno de sus libros de poesía, fue publicado conjuntamente por la Editorial Popular de Shanghai y Century Publishing Group; se estrenó en la Feria Internacional del Libro de Shanghai y recibió una gran aclamación. En 2019, Fudan University Press publicó su tercer libro de poesía, Yo sólo quiero ver el mundo a través de tu amor, y lo presentó en la Feria Internacional del Libro de Shanghai. La colección se agotó en una hora durante su evento de lanzamiento.
En 2020 y 2021, su serie de Sídney Lockdown Diaries, cautivó innumerables lectores y se publicará como libro. En octubre de 2022, recibió el premio “Contribución destacada a la poesía china en Australia” del Parlamento de Nueva Gales del Sur, por sus contribuciones a la comunidad poética. En agosto de 2023, la editorial Wenhui publicó su cuarto libro de poesía, Marchitarse y florecer: un amor rural, y lo presentó en la Feria del Libro de Shanghai. En noviembre de 2023, un editor australiano publicó su serie Tres años inestables: Diarios del aislamiento en Sídney, escrita durante los tres años de pandemia, y debutó con un evento de firma en Sídney.
Esta es una muestra de sus poemas:
El mundo, qué hermoso mundo
El mundo ¡qué hermoso mundo!
Quiero criar un caballo, dejar que el caballo
lleve mi sueño y siga corriendo
Cruzo un otoño fresco, dibujo con tinta china en la montaña nubosa
Dejo atrás el dolor, dejo atrás la tristeza, dejo atrás la derrota
Comparto lo que queda de mi vida con caminos, valles y colinas, lagos y arroyos
Cruzo la tierra yerma, escalo el nevado
para ver a quien quiero, para hacer lo que quiero
Abro tu corazón al amor de tu vida
O soñaré con mi difunto padre
que murmura, sus ojos como el agua transparente
de un manantial muy profundo, tan profundo que no puedes
ver el fondo, pero sí la benevolencia de mi padre
Prosigo, veo mi rostro empapado en llanto
Otro día es otro don
Veo estrellas y el mar y una flor abriéndose
Me veo a mí misma país arcoíris
El mundo ¡qué hermoso mundo!
Quiero criar un caballo y dejar que éste sea mi coraza.
Está amaneciendo, y eso también lo amo.
Traducción de Nelson Ríos a partir de la traducción al inglés de Jing Han (Australia)
En la bahía de la copa de vino, un brindis por mí
¡Mira! Este mar abrazado por montañas, serpentea en olas plateadas,
Como el interminable paso del tiempo o el grave gruñido del destino.
¡Mira! Rastros de balleneros, el crepúsculo rojo sangre
arrastrado por olas, una tras otra.
¡Mira! Pequeñas olas lentas pero decididas bajo mis pies,
Como cartas de amor nunca enviadas, capa tras capa.
¡Mira! Esta inmaculada Bahía de la Copa de Vino, donde hasta la tranquilidad corre profundo,
Como si el mundo no contuviera sino aliento.
¡Mira! Una gaviota sobre el mar azul celeste, desciende de repente
Y me roza, sus alas desgastadas por la escarcha.
¿Alguna vez temiste caer?
¡Mira! Aquellas rocas morenas, reciben en silencio los golpes del océano;
Como yo, beben tranquilamente este vino elaborado por el tiempo.
La copa de vino se inclina, nubes se bambolean,
Pero alzo aún mi copa para enfrentar el viento, la luz,
Y el aire que colma mis venas y huesos.
¡Un brindis por la juventud que corre!
¡Un brindis por el anciano sonriente que escala las alturas!
¡Un brindis por las almas que titilan levemente!
¡Un brindis por la soledad, la melancolía y el dolor inevitable!
¡Un brindis por los sueños frágiles pero fervientes!
¡Un brindis por las miradas tiernas y por estos versos que no morirán!
¡Un brindis por el amor que tiembla al borde del corazón, pero arde todavía!
Un brindis por la vida: ¡efímera pero magnífica, como el rugido del trueno!
Bahía de la Copa de Vino, levanto una copa rebosante de viento y olas,
¡A este mundo hermoso e inagotable!
Bahía de la Copa de Vino, levanto una copa rebosante de amor y pasión,
¡Al pasado, a este momento!
¡A mí misma, que retrocedo mil veces como las mareas, pero vuelvo siempre con valentía!
*Wineglass Bay (Bahía de la Copa de Vino), en Tasmania, se encuentra entre las diez playas más bellas del mundo, según la revista estadounidense de viajes Outside.
Aunque existe un sinnúmero de bahías como Wineglass Bay, su nombre conlleva una historia de crueldad. Durante la época ballenera, la bahía fue un matadero de ballenas arrastradas del mar. Su sangre tiñó el laurel de rojo, como el vino a la copa, de ahí su nombre. Afortunadamente, con la protección del medio ambiente como prioridad, Wineglass Bay ahora brilla en tonos azules; ya no es una copa de vino tinto, sino una copa de cóctel Blue Lagoon.
Tasmania, Australia, enero de 2025.
Traducción de Nelson Ríos, a partir de la traducción al inglés de Christine Peiying Chen
Despertar a los primeros rayos de sol
Donde surgen los primeros rayos de sol
el mundo abre lentamente sus ojos como la primera vez
–Todo lo que sube, renace con la aurora–
inhóspita hierba marina, marismas grises,
cocoteros al viento y pájaros de oscuro plumaje.
Conchas que cargan secretos del mar por miles de años
acogen a los primeros rayos de sol.
Oh amigo mío, saludo a la aurora
de pesadillas recurrentes
y cansancio reflejado en el espejo
con las horas marcadas por la ignorancia
¡Oh amigo mío, saludo la luz!
Es un día sin estrenar... la brisa leve, las gotas de rocío,
hasta las briznas de hierba emanan dulzura...
Los seis hibiscos chinos frente a la cabaña están en plena floración
Oh, el barco de la libertad zarpa otra vez
–hacia donde surgen los primeros rayos de sol–
Fiji, 16 de octubre de 2022
Traducción de Nelson Ríos a partir de la traducción al inglés de Jing Han (Australia)
Ven, enamórate de ti
Ven, siéntate. Dale a tu ser la bienvenida al hogar
—Prepara té, lee un libro, desenrolla un pergamino—
Luego acuéstate y escucha el viento y la lluvia.
Ven, enamórate de ti. Remueve todo lo oculto
—El aburrimiento, la confusión, la soledad interior—
Retíralos, simplemente quítalos, para revelar
El reflejo en el espejo,
Que ya no te resulta familiar.
Como un árbol en flor, escríbete
Una tierna y sentida carta de amor
—Sutil o contundente, como quieras—
Las nieblas a la deriva y las nubes reunidas, las tormentas que te empapan,
Sólo son desvíos hacia el mundo del otro.
Ya no te venderás, ni te empeñarás ni te enterrarás a ti misma.
Ven, siéntate —Dale a tu ser la bienvenida al hogar—
Enfatiza el vino, los platos, la fragancia de frutas maduradas en todas las estaciones.
El humo y el fuego de este mundo, el vasto mar de la vida,
Las heridas, las pérdidas, los agujeros negros de la desesperanza
—Todos son auto robos, de tu propia autoría—.
Ven, siéntate. Dale a tu ser la bienvenida al hogar
—Como acogiendo el fulgor de las estrellas—
Ven, enamórate de ti
—Como la noche que ofrenda el amanecer al mundo—
Traducción de Nelson Ríos a partir de la traducción al inglés de Christine Peiying Chen
Una canción de rosa de medianoche
No necesitas dudar,
No es necesario acatar leyes mundanas.
Tu alma ha estado a la deriva por milenios,
Sacudida por olas, sobre un mar de vidrio.
Ama a tu cuerpo —gentil, tierno,
Atado sólo a estas fugaces décadas de vida—
Atiende su llamado, permítele guiarte al hogar.
Ama lo que amas, con los caminos que has recorrido.
Con tormentas que te golpearon una y otra vez.
Ama a tu hombre o a tu mujer, con soledad,
Con el hambre de tu corazón. Ama con la mirada
De tu padre
Cuando se encontró por primera vez con tu madre, mucho antes de que nacieras.
El cuerpo apasionado es tan hermoso,
Como un alma iluminada por la luz de la luna, increíblemente precioso.
¿Por qué esperar la última oración de vida de la tarde?
Eres tu propia canción
—Una canción de rosa de medianoche—.
Traducción de Nelson Ríos a partir de la traducción al inglés de Christine Peiying Chen